Siguiendo con su papel de “canciller de facto”, el hijo de la pareja dictatorial de Nicaragua, Laureano Ortega Murillo, se reunió este lunes con Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma Estatal de Rusia.
Este es solo uno de muchísimos encuentros con altos funcionarios rusos, que en los últimos años ha venido protagonizando Laureano en nombre de Daniel Ortega y Rosario Murillo en busca de más cooperación y respaldo, luego del repudio internacional por la masacre del 2018 y la eliminación de las libertades públicas en Nicaragua.
El gobierno de Vladimir Putin, igualmente repudiado por la comunidad internacional, no pierde la oportunidad para expresar su apoyo a la dictadura nicaragüense y recordar los históricos lazos que los unen con los sandinistas.
“Las relaciones entre nuestros países son de un carácter especial, tradicionalmente amistosas. Entendemos que esto se debe en gran parte a nuestros presidentes, quienes han puesto una buena base. Gracias por su posición en los organismos internacionales, las Naciones Unidas, donde estamos hombro con hombro, defendiendo el derecho a un mundo justo y multipolar”, expresó el parlamentario ruso.
Envío de material militar
La semana pasada Rusia anunció el envío de equipos militares al Ejército de Nicaragua para fines supuestamente “humanitarios” y que serán utilizados en situaciones de emergencia. Esa no es la primera ocasión en que el gobierno del dictador Vladimir Putin envía equipo militar, pues en 2016 la dictadura sandinista adquirió de Rusia unos 50 tanques T-72B1 por lo se habría desembolsado unos 80 millones de dólares.
La amistad entre Daniel Ortega y Putin también se ha trasladado a los diferentes foros internacionales, puesto que la última votación en la Organización de Naciones Unidas (ONU), en febrero de este año, Nicaragua votó en contra de una resolución de la Asamblea General que pedía poner fin a la invasión de Rusia en Ucrania, después de un año de conflicto militar.
En más de una ocasión Estados Unidos ha advertido sobre la fuerte presencia rusa en Nicaragua, de igual forma la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, alertó sobre la “expansión maligna” de Rusia con el objetivo de fomentar la inestabilidad y minar la democracia en la región Latinoamericana y el Caribe. En este punto destacó que la campaña de desinformación rusa en la región tiene como objetivo promover metas geopolíticas rusas y perjudicar los intereses de seguridad de Estados Unidos.
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