El dictador nicaragüense restringue las opiniones y la libertad no solo de quienes se le oponen, también lo está haciendo con aquellos militantes y funcionarios sandinistas que le son fieles.
En un audio filtrado, el presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, uno de los más leales operadores del régimen, transmitió las nuevas disposiciones de Ortega en relación a las opiniones que pueden emitir los sandinistas o iniciativas particulares a las que se puedan sumar.
“Ningún militante sandinista, alcalde, diputado, secretario político, sandinista reconocido ni funcionario del Estado podemos incorporarnos a iniciativas particulares, ni a grupos de WhatsApp, ni firmar pronunciamientos o comunicaciones de llamado que no hayan sido consultados y autorizados por el Frente Sandinista“, expresa el documento leído por Porras.
Medio oficialista asegura que Ortega trae protección esotérica
Al respecto, señala que «todo llamado, iniciativa o convocatoria que no provenga de la secretaría general del FSLN debe consultarse antes de responder», ya que argumenta que «la abundancia de falsos movimientos, organizaciones y llamados» les «convoca» a los sandinistas a cuidarse más «frente a trampas e intrigas de intereses ajenos a la fortaleza» del régimen.
«Esta es la orientación del comandante Daniel», indica enfático Gustavo Porras, sancionado por Estados Unidos en junio del 2019 por dirigir “una entidad que ha promulgado acciones o políticas importantes que socavan los procesos o instituciones democráticas en Nicaragua”.
Pese a su absoluto control sobre el país, desde el 2018 Daniel Ortega no ha podido evitar la fuga de la militancia sandinista e incluso de altos funcionarios.