El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, decidió expulsar al embajador de la dictadura Ortega-Murillo en Nicaragua.
Brasil aplicó el “principio de la reciprocidad” frente a una medida que considera “injustificada”.
El régimen sandinista había nombrado embajadora en Brasil a Fulvia Patricia Castro Matus, quien recibió en mayo pasado el beneplácito del canciller Mauro Vieira.
Régimen expulsa de Nicaragua al embajador de Brasil. El motivo es insólito
La noticia se conoce un día después de filtrarse a los medios de comunicación la expulsión de Nicaragua del embajador de Brasil, Breno de Souza Brasil Dias da Costa, por no asistir al acto de la Revolución Sandinista, celebrado el pasado 19 de julio en Plaza La Fe, Managua.
El régimen sandinista le dio un plazo de “15 días” al diplomático para retirarse del país.
Brasilia quería hacer pública esa acción del régimen para evitar un “escándalo”.
Relaciones entre Lula y Ortega se deterioraron
Lula da Silva mantuvo una estrecha relación con Ortega desde 1980, cuando el líder brasileño viajó a Managua para el primer aniversario de la revolución sandinista, ocasión en la que conoció al entonces presidente cubano, Fidel Castro.
Ahora, con el regreso de Lula al poder, esa relación se ha venido deteriorando y las relaciones diplomáticas entre él y Ortega se fraccionaron, pese a que ambos comparten ideología izquierdista.
Incluso, Lula reveló el pasado 22 de julio, días después del acto de la revolución sandinista, que Ortega no le atiende el teléfono desde que el papa Francisco le pidió que intercediera por la situación del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, ahora desterrado al Vaticano junto a otros 18 religiosos.
“Conversé con el papa y él me pidió que conversara con Ortega sobre un obispo que estaba preso”, dijo Lula en una entrevista con corresponsales extranjeros. “Lo concreto es que Ortega no me atendió el teléfono y no quiso hablar conmigo. Entonces, nunca más hablé con él”, agregó.
“Yo hablaré con Ortega para que le puedan dar la libertad porque es necesario aprender a pedir perdón (…) y reconocer este error”, añadió Lula, en ese entonces, tras conversar con el papa Francisco durante 45 minutos en el Vaticano.
Las expulsiones de los embajadores ocurre cuando Lula, junto con los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y México, Manuel Andrés López Obrador, intentan una negociación para buscar una salida a la grave crisis abierta en Venezuela tras las elecciones del pasado 28 de julio.
También ocurre cuando Lula habló por teléfono con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para tratar sobre temas bilaterales, multilaterales y sobre la situación en Venezuela, país que atraviesa otra crisis que se desencadenó luego de las elecciones presidenciales celebradas el pasado 28 de julio en las que el dictador Nicolás Maduro se autoproclamó victorioso.