En 1985, Steadman Fagoth fue expulsado de Honduras tras amenazar públicamente con ejecutar a 23 prisioneros sandinistas si el gobierno de Nicaragua intentaba rescatarlos en los campos de entrenamiento de Misura, la facción de guerrilleros indígenas de Yatama que él lideraba desde el país vecino.
Las autoridades hondureñas le exigieron abandonar el país debido a sus declaraciones públicas. Aunque Honduras permitía a los rebeldes antisandinistas operar en su territorio de manera discreta, el perfil bajo no era el estilo de Fagot.
“Siempre fue verborrágico y extravagante”, comenta un académico del Caribe nicaragüense.
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El pasado fin de semana, Fagot volvió a caer en desgracia por lo que dijo en público. En una entrevista en vivo en una radio del Caribe, denunció la invasión y el tráfico de tierras indígenas por parte de colonos protegidos por la dictadura de Daniel Ortega, del cual él mismo formaba parte como asesor.
Minutos después de que Nicaragua Investiga publicara una nota con las declaraciones de Fagot, un grupo del Ejército lo capturó en un hotel de Waspam y lo trasladó en helicóptero a Managua.
Dos días después, el Ejército, leal a la dictadura, lo acusó de planear el robo de armamento militar junto con “delincuentes hondureños ligados al crimen organizado”.
Ratificado como asesor
Fagot había sido ratificado como asesor de Ortega en agosto pasado. Sin embargo, no es la primera vez que el líder miskito es señalado como delincuente por los sandinistas. En 1986, después de sus declaraciones sobre la ejecución de rehenes, solicitaron su extradición, pero Honduras lo rechazó, permitiendo que Fagot se trasladara a Guatemala.
Posteriormente, el líder miskito apareció en Washington, en una asamblea de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), denunciando la masacre de la población del Caribe Norte de Nicaragua a manos de los sandinistas.
Según su testimonio, conocido como la “Navidad Roja” de 1981, los sandinistas asesinaron a decenas de miskitos, desplazaron comunidades enteras a Honduras y confinaron a otros en campos de concentración.
Las tensiones entre los miskitos y los sandinistas comenzaron en 1979, cuando el gobierno intentó imponer formas de gobernanza a las que los indígenas no estaban acostumbrados.
Fagoth, miskito descendiente de alemanes, fue protagonista de este conflicto desde el principio. Lideraba la organización Misurasata (Miskitos, Sumos, Ramas y Sandinistas Unidos) y, según la biblioteca Enrique Bolaños, cuando se hizo evidente la cercanía de los sandinistas con la Unión Soviética, Fagoth se puso en contacto con la embajada de Estados Unidos.
El primer arresto
Los sandinistas lo acusaron de ser un agente de la CIA y lo arrestaron por primera vez en 1982. Este arresto provocó enfrentamientos entre el Ejército y Misurasata en Prinzapolka. Finalmente, debido a la presión de las comunidades indígenas, Fagot fue liberado en mayo de 1981.
Después de su liberación, se unió a la “Legión 15 de septiembre”, que ya operaba desde Honduras.
En los años 80, los miskitos tuvieron dos líderes: Steadman Fagot y Brooklyn Rivera, ambos archirrivales. Rompieron su relación en 1982, cuando Fagoth unió su facción guerrillera con la FDN, que operaba desde Honduras, mientras que Rivera se alió con Edén Pastora en Costa Rica.
En 1987, se reconciliaron y fundaron Yatama, participando en los acuerdos que llevaron a la aprobación de la Ley de Autonomía de la Costa Caribe. Sin embargo, más tarde volvieron a distanciarse. Fagoth fue nombrado gobernador del Caribe Norte, mientras que Rivera se mantuvo fuera de su círculo.
El único gobierno en el que Fagoth no ostentó cargos fue el de Enrique Bolaños, según el medio digital Despacho 505. Después, se reconcilió con los sandinistas, primero como funcionario de Inpesca y luego como ministro asesor. Sin embargo, su enemistad con Rivera nunca desapareció a tal punto que Fagot nunca denunció su captura. Ahora el tocó el turno a él.
“El problema entre ellos siempre fue el liderazgo. Ninguno aceptaba ser mandado por el otro”, explica un académico del Caribe.