Nicaragua rechazó recibir al expresidente panameño Ricardo Martinelli, asilado en su embajada en Panamá desde hace más de un año, mientras el gobierno de este país no aclare si pidió a Interpol su captura, a pocas horas de expirar el lunes el permiso con el que partiría al exilio.
El magnate de 73 años, que gobernó Panamá de 2009 a 2014, se refugió en la embajada el 7 de febrero de 2024, cinco días después de quedar en firme la pena que le fue impuesta en 2023 de 10 años y 8 meses de prisión, y una multa de 19 millones de dólares, por blanqueo de capitales.
Con ocho maletas y su perro ya listos para salir rumbo al aeropuerto, Martinelli está a la espera de que Panamá y Nicaragua superen la crisis antes de la medianoche, cuando vence el salvoconducto que le dio el gobierno panameño.
Rosario Murillo, copresidenta nicaragüense junto a su esposo, Daniel Ortega, leyó un comunicado en el que denunció una «trampa» de las autoridades panameñas al darle a Martinelli el permiso de viaje y, al mismo tiempo, pedir a Interpol que emita una alerta roja en su contra.
La polémica estalló el domingo cuando la Policía de Panamá reveló que había en trámite «una alerta de Interpol» contra Martinelli a pedido de la jueza que lo condenó, pero luego la misma institución y el gobierno señalaron que prevalecía el salvoconducto por la condición de asilado que le dio Nicaragua.
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«Mientras ellos no resuelvan esta incongruencia, no podemos (…) aceptar lo que consideramos una emboscada» contra Martinelli y el Estado nicaragüense, dijo Murillo.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, es amigo de Martinelli pero se ha quejado del activismo político que ha mantenido el asilado desde su refugio. El jueves le concedió el salvoconducto por razones «humanitarias» para que atienda problemas de salud, dijo.
Nicaragua, bajo el gobierno de Ortega y Murillo, ha dado refugio en los últimos años a extranjeros acusados de corrupción, entre ellos los expresidentes salvadoreños Mauricio Funes -ya fallecido- y Salvador Sánchez Cerén.
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«Los Ortega-Murillo convirtieron al país en refugio de delincuentes de saco y corbata que tienen muchísimo dinero para blindarse comprando la nacionalidad nicaragüense y la protección del régimen», afirmó a la AFP la exguerrillera nicaragüense Dora María Téllez, exiliada en España.
Tras concluir su mandato en 2014, Martinelli se juramentó en el Parlamento Centroamericano, pese a que dijo que era una «cueva de ladrones» donde los expresidentes de la región buscaban inmunidad.
En 2015, se instaló en una villa lujosa en Miami, hasta que en 2018 fue extraditado a Panamá por un caso de espionaje político y enviado a la cárcel. Pero en 2019 pasó a arresto domiciliario y en un nuevo juicio quedó absuelto en 2021.
Por casos de corrupción dos de sus hijos cumplieron condenas en Estados Unidos, donde Martinelli y su familia tienen prohibida la entrada.
AFP
