La oposición nicaragüense no logra salir de su estancamiento y sus peleas interminables hicieron que el Departamento de Estado de Estados Unidos cancelara una reunión que tendría con ellos a mediados de septiembre, según se conoció por fuentes internas.
La oposición lleva meses tratando de reunirse con Marco Rubio para solicitar acciones contra la dictadura sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo. No lo consiguieron, pero sí se les concedió una reunión con funcionarios para América Latina del Departamento de Estado, sin embargo, cerca de la fecha del encuentro, se trató de agregar a más representantes de los acordados originalmente y estalló la disputa.
Todos querían ir
Monteverde reúne a tres facciones o bancadas: La Concertación Democrática Nicaragüense (integrada por personas con tendencias de izquierda), la bancada independiente (integrada por organizaciones de sociedad civil) y el bloque centro-derecha. A esta reunión asistiría un representante de cada facción más una persona adicional. Juan Sebastián Chamorro, Rosalia Miller, Violeta Granera y José Adán Aguerri.
Luego, quisieron integrar a Norman Caldera y a Kitty Monterrey y la Concertación presionó para tener dos luagres más también con Suyen Barahona y Diego Barberena como representantes.
Estas dos personas propuestas por la Concertación habrían causado muchas molestias e inconformidades entre algunos de los representantes del bloque centro-derecha, y al parecer hicieron llamadas al Departamento de Estado para hacer comentarios en contra de ellos y su organización.
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Sergio Marín, periodista de La Mesa Redonda aseguró en su programa, que sus fuentes le indicaron los comentarios que hicieron:
«Los del bloque centro-derecha empiezan a enviar mensajes al Departamento de Estado diciendo que esos delegados no deben ser recibidos por esa delegación del Departamento de Estado y que más bien los que consideraban ellos que tenían todo el derecho de asistir y ser interlocutores con el Departamento de Estado eran Normal Caldera y la Señora Kitty Monterrey», expresó.
Estos señalados respondían al Departamento de Estado defendiendo su participación y diciendo que habían sido elegidos por sus organizaciones para asistir a la reunión, dejando a los funcionarios norteamericanos en medio de los dimes y dirites. Finalmente el Departamento de Estado canceló la reunión.
A llorar sobre la leche derramada
Luego se vino una serie de recriminaciones porque la información de los pleitos y el hartazgo del Departamento de Estado se filtró a los medios de comunicacion y se abrió un nuevo conflicto porque querían que estos roces se mantuvieran en secreto.
Una de nuestras fuentes nos indicó que a pesar de que peleaban por asistir, «nadie llevaba ningún plan estratégico sobre Nicaragua» para presentar a los funcionarios norteamericanos.
«El problema es que en Monteverde la izquierda tiene dos representantes, una está en la Concertación Democrática Nicaragüense que es la de UNAMOS y la otra bancada del centro que son ONGs, entonces la mayoría son de izquierda y es el brinco de los de derecha, porque aquellos llevaban más representantes, el problema es desde que se formaron, para más simple, deberían de ser dos bloques», indicó nuestra fuente.
Nicaragua Investiga también conoció que en una reunión más reciente, representantes de Monteverde pidieron a sus miembros no comentar ni debatir en redes sociales el tema de las confiscaciones de los 80, porque «este es un asunto que se debe dejar a los historiadores» y que según ellos, solo agudiza la división entre las tres facciones de Monteverde.
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