Este lunes un grupo de opositores nicaragüenses sostuvieron un encuentro virtual ante el Parlamento Europeo con el fin de abordar la situación actual de la crisis sociopolítica del país de cara a los comicios electorales del próximo 7 de noviembre.
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Durante la sesión de la delegación para las relaciones con los países de Centroamérica, los opositores y parlamentarios coincidieron en que garantizar unos comicios transparentes durante las elecciones generales de noviembre es la única salida a la crisis que enfrente Nicaragua desde hace tres años.
Sin embargo, se destacó la falta de esfuerzo que se ha presentado hasta ahora por parte del gobierno de Daniel Ortega para adoptar las diferentes resoluciones que han emitido organismos nacionales e internacionales. En cambio, reconocieron que hasta ahora se han implementado una serie de leyes que «no son exactamente positivas» para alcanzar un consenso entre gobierno y oposición.
El eurodiputado Leopoldo López Gil, destacó que «debe haber cambios que no vemos en este momento… porque pareciera que la voluntad del régimen de los Ortega, lejos de reformar para lograr mayor transparencia y participación democrática, lo que han hecho son leyes que avalan las persecuciones, el acoso político, la censura a los medios y por supuesto las cadenas perpetuas como amenaza a los disidentes políticos».
Ortega aferrado al poder
López sostuvo que el objetivo del gobierno actual «está claro» y este sería su continua permanencia en el poder. Asimismo, aprovechó a consultar a los opositores nicaragüenses cuáles serían algunos puntos en los cuales los parlamentarios europeos podrían apoyar en el proceso de democratización del país.
La exguerrillera Dora María Téllez coincidió en que la voluntad de Ortega es permanecer en el poder y que «este proceso electoral lo tiene que convertir en una manera para permanecer con un cierto grado de legitimidad y legalidad», por ello destacó que mayo —tiempo límite que la OEA otorgó para aplicar reformas electorales— es un mes crucial.
«Las condiciones son sencillas, primero que cumpla los acuerdos de marzo de 2019, con la reforma electoral que la oposición tiene en consenso y que sea una elección competitiva con participación amplia de la oposición» dijo Téllez. De igual forma, afirmó que «los nicaragüenses estamos absolutamente listos para una negociación de reformas electorales y estamos preparándonos aún en las peores condiciones de represión para ir a unas elecciones que le signifiquen al pueblo nicaragüense abrir las puertas de la transición democrática».
Para ello, la opositora sostuvo que «el régimen no entiende con palabras dulces sino con mensajes contundentes», por lo que solicitó a los parlamentarios aumentar las presiones y sanciones, dejándole en claro al gobierno nicaragüense de que «no va a haber aceptación del régimen que surja de unas elecciones fraudulentas, como las que ya están en marcha, y que solamente será aceptable un resultado de elecciones limpias y transparentes». «Ha demostrado que lo único que le duele son las sanciones individuales, a él, a su familia, a su grupo de poder» agregó.
Oposición debe unirse
Los parlamentarios mostraron su disposición a apoyar a los nicaragüenses a través de distintos mecanismos de presión, sin embargo, alertaron que, aunque la ayuda que se puede ejercer desde Bruselas es significativa, lo que más teme Ortega es que la oposición se una.
«Su estrategia consiste en dividir a la oposición para que sea al final una cacofonía de voces incapaz de aglutinar el apoyo popular, desde mi humilde opinión creo que el cambio en Nicaragua estará mucho más cerca el día que las distintas fuerzas opositoras se unan bajo una única candidatura para las elecciones. Si finalmente son capaces de dejar las diferencias de lado, lo que podés conseguir para el pueblo de Nicaragua sería histórico, y si se coordinan y se suman esfuerzos se movilizará un apoyo popular que el régimen seguramente no podrá frenar» compartió la parlamentaria Alicia Ginel.
El eurodiputado Nacho Sánchez coincidió en recalcar la importancia de que la oposición «tenga un cuadro claro sobre en qué condiciones aceptaría las elecciones» y señaló la experiencia de otros países latinoamericanos en que «la oposición no se pone de acuerdo cuando hay una oferta de ese tipo, y eso sería desastroso».
«La oposición tiene que plantear un frente común de en qué parámetros aceptarían participar en las elecciones, que no suceda que al final el régimen consigue separar unos que van a participar y que serán tratados de traidores, y otros que no querrán participar y que serán considerados radicales o no realistas» y pidió tener claro hasta dónde pueden aceptar una oferta de marco electoral.
Presión internacional
Ante las sugerencias de los parlamentarios, el politólogo Félix Maradiaga aseguró que están trabajando «por la unidad que tenga la justicia como pilar». Agregó que desde la Coalición Nacional están preparándose para ir a elecciones «pero no a cualquier elección, la ciudadanía necesita garantías y que el hecho de ejercer su voto no va a simbolizar un riesgo».
Para ello instó ante el Parlamento a que no se reconozca «a ningún gobierno que no nazca de la voluntad popular». «Daniel Ortega cometió fraudes electorales de manera recurrente y aun así la comunidad internacional le reconoció como válidos esos procesos, ese fue un error grave a pesar de las denuncias que se hicieron y eso no se puede permitir» cuestionó.
«Nosotros como oposición vamos a hacer nuestra labor de organizarnos políticamente desde la no violencia, pero no estamos dispuestos a ir a unas elecciones que no estén sujetas a los parámetros internacionales de transparencia» finalizó.
Téllez coincidió en que «las presiones y sanciones sean ahora, este es el momento de intensificar la presión al máximo sobre el régimen de Ortega» pues «más tarde ya no va a haber tiempo porque, aunque vaya la oposición unida, puede que sea una oposición que esté totalmente incapacitada porque no ha tenido tiempo de prepararse y enfrentar el fraude en las urnas electorales».
Para la exguerrillera el panorama actual de Nicaragua aún podría cambiar pero solo si el gobierno «cesa la represión, si el régimen renuncia a inhibir candidatos y fuerzas políticas, si se acepta el retorno de organismos de derechos humanos, si cumple los acuerdos de marzo de 2019, libera a las personas encarceladas, permite el retorno seguro de las personas exiliadas, y podría cambiar si se da un reforma electoral profunda» pues de no darse augura una crisis de mayor profundidad, mayor migración y «desesperación».
Voluntad gubernamental
La eurodiputada Soraya Ramos concluyó que esperan que la voluntad de diálogo manifestada por el presidente Daniel Ortega «no se corresponda con la actitud que ha tenido la embajadora Venerio al no venir hoy a la sesión». El comentario fue en referencia a la ausencia de la embajadora de Nicaragua ante la Unión Europea, Irana Venerio, durante la sesión.
Y agregó que había muchas preguntas que se le podían hacer a la representante y que quedaron sin respuesta. También señaló que «Ortega debe recibir un mensaje claro, no vamos a contribuir de ninguna manera a blanquear unas elecciones que no sean realmente democráticas».
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