El escritor nicaragüense Sergio Ramírez denunció una vez más al gobierno de Daniel Ortega al recibir este lunes en España la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes.
Ramírez insistió en que en Nicaragua existe una «tiranía» que está encarcelando u obligando a salir al exilio a todo aquel que se atreva a defender la democracia.
«Hablo delante de ustedes como un escritor forzado al exilio y bajo una orden de prisión arbitraria, la misma que ha caído sobre la cabeza de más de 150 de mis compatriotas presos por pensar diferente, por disentir, por hacer valer su derecho a opinar, por creer en la democracia y por defenderla», dijo el laureado escritor al momento de su discurso.
«A mí, además de todo eso, se me ha enjuiciado por mis palabras por el hecho de escribir, por mostrar la realidad de un país sometido a la violencia de la tiranía y por imaginar, por crear, la invención también tiene un precio, porque a los ojos del poder absoluto la novela se vuelve subversiva», agregó.
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La tiranía tiene «rostro de piedra»
Para el autor de «¿Te dio miedo la sangre?», la literatura «es un oficio peligroso cuando se enfrenta a las desmesuras del poder de las tiranías», las cuales nunca dejan de sentirse amenazadas por las palabras. Al respecto, subrayó que el poder es una anomalía recurrente del destino democrático de América Latina y que se ejerce con crueldades y excesos. «Tiene rostro de piedra y es contrario a la tolerancia, y contrario a las verdades, y a la invención, y al humor y a la risa”, resaltó.
El gobierno de Daniel Ortega no permitió que la última novela de Ramírez circule en Nicaragua. Se trata de «Tongolele no sabía bailar», en la cual el escritor denuncia la masacre del 2018.
“La autocensura mata la escritura”: escritor nicaragüense Sergio Ramírez
«Yo con mi lengua recorro todo un continente, atravieso el mar y siempre me estarán escuchando y si mis libros están prohibidos en Nicaragua, las veredas clandestinas de las redes sociales hacen que lleguen a miles de lectores, igual que pasaba antes con los libros inscritos en las listas negras de la Inquisición», manifestó.
Ramírez fue vicepresidente durante la dictadura militar de la revolución sandinista en la década de los ochenta. Sin embargo, a mediados de los noventa se separó del FSLN y desde entonces se convirtió en un fuerte crítico de Ortega.
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