Los nuevos diputados de Ortega tras las votaciones recientes

Tras las escandalosas votaciones del pasado 7 de noviembre, consideradas una farsa por la oposición, la Organización de Estados Americanos (OEA) y los países Europeos, el Frente Sandinista de Liberación Nacional reafirmó su control absoluto en la Asamblea Nacional.

A partir del próximo año el FSLN tendrá 75 diputados, cinco más que los logrados en las elecciones del 2016, tachadas también de fraudulentas.

En una Asamblea de 92 diputados, con esa cantidad de escaños el caudillo sandinista Daniel Ortega no ha tenido problema alguna para que se aprueben todas las leyes y decretos de su interés.

Ortega no se aventuró a muchos cambios para la nueva legislatura, pero los pocos que hizo son realmente llamativos. Veamos.

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Moisés Absalón Pastora

El recuerdo de Marvin Javier Rivas Montiel se terminó diluyendo en el tiempo como ha sucedido con los cientos de miles de víctimas de las revueltas políticas de Nicaragua. Para él no hay solemnes discursos o exaltaciones a su memoria por parte de Rosario Murillo ni nadie más. Actualmente de Rivas Montiel muy pocos sandinistas, por no decir que ninguno, se acuerda, pero el pasado 7 de noviembre los militantes de ese partido fueron religiosamente a votar por el hombre que lo mató: Moisés Absalón Pastora.

El sangriento hecho ocurrió el 7 de noviembre de 1991. Violeta Barrios tenía poco más de un año de haber asumido la Presidencia y las asonadas del FSLN eran cosa de todas las semanas. Fue en una de esas asonadas que Pastora, en ese entonces un reconocido periodista antisandinisa, disparó contra un grupo de militantes del FSLN, quitándole la vida a Rivas Montiel,  de 21 años.

Pastora adujo defensa propia. Se salvó de rendir cuentas ante la justicia, gracias a la ayuda que le dio el gobierno de la presidenta Violeta Barrios, según se dijo.

Por él abogó incluso la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). “La Comisión ha sido informada, asimismo, que la amnistía del 22 de diciembre está siendo aplicada de manera selectiva, como lo demuestra el caso del periodista Moisés Absalón Pastora, contra el que se ha dictado orden judicial de captura por un hecho ocurrido el 9 de noviembre de 1991, en momentos en que una turba atacó y destruyó las instalaciones de Radio Corporación, en la que labora el señor Pastora”, indicaba la CIDH en su informe anual.

“Al momento de producirse el ataque, siempre según la información proporcionada a la Comisión, el señor Pastora habría efectuado disparos en contra de personas armadas, hiriendo a una de ellas que luego falleció. Teniendo en cuenta que todas las personas arrestadas por los graves hechos acaecidos en Nicaragua en esa fecha han sido ya liberadas, la orden judicial contra el señor Pastora revela, según la información proporcionada, una aplicación arbitraria de la ley de parte de la administración de justicia”, agregaba el organismo.

Pastora actualmente está muy unido al FSLN y hasta tiene un programa en el estatal Canal 6, desde donde lanza viscerales ataques contra la oposición nicaragüense, los periodistas no oficialistas, los Estados Unidos y los “gobiernos neoliberales” que antes defendió.

Ante la audiencia eminentemente sandinista de Canal 6, el propagandista no habla de ese polémico pasaje de su vida. Sin embargo, en marzo del 2021, casi 30 años después de esos sucesos, aseguró durante un programa: “Muchos sabemos lo que significa la defensa propia. Estamos vivos por ella y aún podemos hacer charchalear una caña hueca”. Difícil saber si al decir eso recordaba a Rivas Montiel.

El próximo mes de enero Pastora asumirá un escaño en la Asamblea como uno de los nuevos diputados del FSLN, desde donde continuará haciendo lo que hace desde hace ya varios años: Defender a Daniel Ortega y a Rosario Murillo.

En los últimos años Pastora ha sido uno de los propagandistas “bendecido” y “prosperado” a los que, según investigaciones de Nicaragua Investiga, el gobierno les ha beneficiado con millonarias sumas de dinero en concepto de publicidad.

Adolfo Pastrán

Otro que salió premiado con una diputación es el agitador político Adolfo Pastrán. Desde su programa en Canal 6 y su boletín informativo llamado «Informe Pastrán», se ha convertido en uno de los principales propagandistas del FSLN.

Al igual que Moisés Absalón Pastora, Pastrán figura entre los «bendecidos» con dinero estatal para servicios de  “publicidad». Solo en el primer semestre del 2021, Pastrán recibió C$138,500.00 en concepto de publicidad en el programa que dirige en el estatal canal 6. Los fondos salieron  del Fondo de Inversión Social de Emergencia (FISE).

Hasta antes de las protestas antigubernamentales del 2018 prefería perfilarse como un «analista» serio, neutral, que se privaba de echarle flores a Daniel Ortega.

Incluso llegó a dirigir un programa llamado Nicaragua Empresaria, del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), en tiempos cuando el gran capital mantenía un idilio con Ortega llamado «alianza público-privada».

Al igual que el resto de la comparsa de aduladores sandinistas, Pastrán fue un férreo defensor de la Ley de Ciberdelitos, aprobada en octubre del 2020. Esta ley ha sido denunciada como lesiva a la libertad de expresión, al implicar largas penas de cárcel contra periodistas o ciudadanos por publicar noticias o publicar artículos que el oficialismo considere información «falsa». Es una ley con la que personajeros del FSLN ha amenazado a todos los periodistas no alineados con el discurso oficial, pero a ninguno de sus agitadores, pese a las constantes y probadas mentiras que divulgan como parte de la estrategia de «comunicación» sandinista.

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Amanda Pineda

Probablemente el nombre de Amanda Pineda no le diga nada ni siquiera a los sandinistas que el 7 de noviembre asistieron a las urnas, pero Pineda fue una de las favorecidas en la lista del FSLN y en enero asumirá su cargo.

La propaganda oficialista la cataloga como «heroína», al ser una de «Las mujeres del Cuá», un grupo de campesinas que en los años setenta del siglo pasado apoyaron a la guerrilla comunista FSLN en su lucha contra la dictadura de la familia Somoza.

Para los nicaragüenses más jóvenes, incluso sandinistas, es una desconocida, pero no toda su vida se remonta tantas décadas atrás. En junio del 2018 su hijo Francisco Arauz fue uno de los militantes asesinados y luego quemado en las inmediaciones de la universidad Upoli. Arauz era un trabajador de la Alcaldía de Managua que participaba en lo que los sandinistas llamaban eufemísticamente «limpieza» de tranques.

El 19 de julio del 2018 Amanda Pineda fue condecorada por Daniel Ortega con la orden Augusto C. Sandino.

Virginia Molina Hurtado

Entre los que salieron elegidos también figura Virginia Molina Hurtado. Esta también ha estado ligada al FSLN pero como alta funcionaria de gobierno. Molina fue una prácticamente desconocida magistrada del Consejo Supremo Electoral (CSE). Dejó el cargo después que en mayo del 2021 Ortega, a través de su Asamblea Nacional, eligió a nuevos miembros en el poder electoral.

Otros

Otros que también se convertirán en legisladores por su lealtad a la pareja en el poder son el exalcalde del municipio de Santa Teresa, Carazo, Cristóbal Conrado Portobanco; la maestra Idania López Rueda; la presidenta del Consejo Regional del Caribe Sur, Sharia Down.

Flor de María Avellán, quien es la diputada suplente del  jefe de la Bancada Sandinista, Edwin Castro, ahora asumirá un escaño como propietaria.

Vida de diputado

Ser diputado en Nicaragua significa devengar un salario de aproximadamente 3,000 dólares mensuales. Nada mal si se toma en cuenta que el salario mínimo promedio de un nicaragüenses es de solo 180 dólares.

También manejan un «Fondo Social» de más de 400 mil córdobas y 135 galones de combustible mensual, una pequeña fortuna si se toma en cuenta que el litro de gasolina supera los 40 córdobas.