El futuro de los presos políticos es incierto. Cada día aumentan los arrestos por parte de la dictadura de Daniel Ortega, quien se mantienen en el poder “a punta de fuego y de sangre”. Una posible negociación se ve lejana y “hasta ahora el ritmo que han llevado es multiplicarse en maldades”, indican defensores de derechos humanos.
Los especialistas de derechos humanos suponen que puede darse una liberación de presos políticos, pero advierten que son “caramelos en el infierno”, como lo hizo Ortega en el segundo diálogo nacional.
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“No cumplió con el resto de acuerdos y como para medio mandar un mensaje a la comunidad internacional y lavarse la cara, liberó a una parte de los presos políticos, pero tiene una puerta giratoria”, destaca Haydee Castillo, defensora de derechos humanos.
La puerta giratoria es un mecanismo que fue implementado en Cuba y luego en Venezuela, que consiste en liberar y encarcelar a reos políticos de forma periódica.
El fututo depende de fuerzas unificadas
Castillo considera que el futuro de los presos políticos depende mucho de la capacidad de la oposición política nicaragüense, que tendrían que unificarse con los actores sociales y con las víctimas para que articulen una estrategia efectiva y poder arrancarle al régimen la libertad de los presos políticos.
“No puede depender de la voluntad de la comunidad internacional, porque la comunidad internacional tiene una obligación de defender los derechos humanos que son universales, pero no siempre tienen los suficientes mecanismos vinculantes para lograr esa liberación”, dice.
Sobre una negociación entre el régimen sandinista y sectores de la oposición, Castillo advierte que el caudillo sandinista “no es alguien confiable para decir que en un proceso de negociación se va a lograr lo que se quiere, si no hay la suficiente fuerza, presión y resistencia organizada adentro, con el apoyo de exilio y la diáspora”.
Dictadura se multiplica en maldades
Gonzalo Carrión, defensor de derecho humanos, manifestó que cada vez que ha habido una medida de carácter internacional o alguna resolución de la OEA, sanción de la Unión Europea, de Estados Unidos o como la aprobación de la Ley Renacer, “la racha ha sido reaccionar con venganza bajo captura”.
“Hasta ahora el ritmo que han llevado es multiplicarse en maldades. Y el pueblo nicaragüense siempre se sorprende de nuevos hechos, de nuevas maldades. Lo cierto es que es impredecible porque no gobierna la sensatez y el sentido común, más bien gobierno un régimen que desafía todo el orden constitucional y los derechos humanos de todo un pueblo”, señaló Carrión.
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Dictadura creó leyes para una “trama de legalidad”
Castillo comenta que el régimen ha ido desmontando toda la institucionalidad y el Estado de Derecho de los nicaragüenses para crear una serie de leyes, como la Ley de Ciberdelitos, la Ley de Seguridad Soberanía, la Ley de Agentes Extranjeros y la reforma al Código Penal, la cual ahora puede tener a cualquier persona detenida 90 días sin ningún juicio de por medio.
“Toda esa trama ha sido un mecanismo que Ortega ha usado para “legalizar” el estado policial de facto en el que ha sometido al país, para poder sostenerse en el poder: a punta de fuego y de sangre”, indicó Castillo.
Carrión sostiene que la reacción de régimen es la “venganza”. Agregó que el régimen gobierna bajo un “pantano” que cuando les llegue a las narices podrían verse maniobras para oxigenarse, “incluyendo la liberación de todas las personas presas políticas, y el cese de la represión. Eso lo pueden ir modulando en la misma proporción en que se vea en peligro su permanencia en el poder”.
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Personas no son «monedas de cambio»
“Es lamentable que el régimen Ortega – Murillo haya reducido la dignidad humana a moneda de cambio, porque cada vez es más evidente cómo se va llenando de presos y presas políticas para usarlas en una futura negociación como monedas de cambio, de que yo te doy y vos me das”, apuntó Catillo.
La defensora de derecho humanos destacó que todo el pueblo de Nicaragua se encuentra en un estado de altísima vulnerabilidad, “porque no tenemos nada que nos defienda y nos proteja”. “En un país donde la ley es la pareja presidencial, todo el pueblo está en vulnerabilidad. Pero en medio de esos vulnerables, hay unos más vulnerables que otros, y son los presos y las presas policías que están viviendo actos de tortura y de laceración de su integridad humana”, concluyó.
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