El activista de la plataforma Mentes Libres, Yoel Ibzan Sandino, cumplirá 6 meses de estar detenido por el gobierno de Daniel Ortega. De acuerdo con su familia, Sandino sufre de un quiste en la cabeza, una patología congénita que debe mantenerse en constante revisión pero que ha sido desatendida en el cautiverio.
«No puede estar encerrado por su patología, es una abrumadora tortura el encierro qué someten a mi hijo» expresó Yamilet Ibarra, madre del detenido.
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«Como madre solicito me le respeten las condiciones mínimas de sus necesidades humanas» añade, explicando que su hijo está retenido en una celda muy pequeña de la cual sólo sale alrededor de media hora para tomar el sol. «Hay semanas en las que no lo sacan al sol y aún no le permiten los carnets a sus hermanos para que lo lleguen a ver».
Por estas condiciones Sandino se encuentra «muy triste, con depresión» y a pesar de que le han recibido la paquetería, hay preocupaciones por su salud.
«Estoy pidiendo que me le cambien el régimen carcelario a domiciliar debido a que tiene un quiste congénito en su cabeza y las afectaciones de las crisis propias de la patología son seguidas y pueden crecer. No puede permanecer en encierro» lamenta Ibarra.
La noche del 5 de noviembre del 2021, Sandino fue detenido con violencia por agentes gubernamentales en Managua. Posteriormente, fue trasladado a la Estación 2 de Policía y luego al sistema penitenciario Jorge Navarro «La Modelo» de Tipitapa.
Ya detenido, al activista lo interrogaban todos los días en la madrugada, según dijeron anteriormente sus familiares a Nicaragua Investiga. Sandino no pudo recibir visitas hasta en enero de 2022 y en marzo, fue condenado a 11 años y medio de prisión y una multa de 42 mil córdobas por supuestamente violar la Ley de Ciberdelitos y «conspirar para el menoscabo de la integridad nacional«.
Yoel Sandino «continúa preso tan sólo por expresarse. Pensar diferente es un derecho de todo ser humano universal, nadie puede ser alejado de sus pensamiento ni ser obligado a no pensar como individuo por estos motivos» expresa su madre.
Sandino es sólo uno de los más de 170 presos políticos que el gobierno de Daniel Ortega mantiene en condiciones que violentan sus derechos humanos y violan acuerdos internacionales.
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