Exiliados con menos esperanzas de retornar a Nicaragua

En agosto del 2018 el analista político Enrique Sáenz, al igual que miles de nicaragüenses, decidió exiliarse en Costa Rica luego que el régimen de Ortega y Murillo desató una feroz persecución contra todos los opositores que participaron de manera abierta en las protestas cívicas en demanda de justicia y libertad, que al final dejaron más de 350 personas asesinadas producto de la represión policial y paramilitares.

Sáenz recalcó que en ninguno de los últimos años han existido condiciones para que los miles de exiliados, que se encuentran en su mayoría en Costa Rica, Estados Unidos y Europa, puedan retornar de manera segura a Nicaragua sin el temor de ser llevados a las celdas de Auxilio Judicial, conocidas como el “Chipote”, donde existen amplias denuncias de violación a los derechos humanos.

“La demostración está en que varios de los exiliados que decidieron retornar al país, están encarcelados y otros decidieron salir de nuevo por veredas, para escapar a la represión orteguista, pero este es el peor momento, porque la dictadura se encuentra abiertamente en una fase demencial de represión, incluso contra la iglesia católica hasta prohibir una procesión de la imagen de la virgen peregrina de Fátima”, resaltó Enrique Sáenz.

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El analista político consideró que todos los actos de represión que desató la pareja presidencial en estos últimos meses contra la iglesia católica y el obispo de la Diócesis de Matagalpa monseñor Rolando Álvarez, son “zarpazos” demenciales, porque todas esas medidas no tienen ninguna lógica política, aún dentro de una dictadura, para permanecer en el poder.

“Ningún exiliado en su sano juicio podría exponerse a los desmanes de la dictadura y sus esbirros”, enfatizó.

El exilio, una pesada cruz

Raúl Oporta se vio obligado abandonar el municipio de San Lorenzo del departamento de Boaco hace más de cuatro años, luego que dirigentes del partido sandinista lo acusaran en el juzgado local por haber destruido, supuestamente, un rótulo de la pareja presidencial durante las protestas que surgieron en abril del 2018.

“Una mañana la imagen de la pareja presidencial amaneció quemada en el empalme del municipio y luego la dirigencia local del partido sandinista me señaló de ser el actor material de ese acto que resultaba un agravio para ellos, la policía me arrestó y estuve cuatro días en las celdas de la estación de la localidad, pero me sorprendió que me dieron casa por cárcel, para enfrentar el proceso, yo sabía que la sentencia final iba ser condenatoria, por eso decidí exiliarme en Costa Rica”, relata Oporta.

En el pueblo de San Lorenzo decenas de opositores que participaron de manera activa en las protesta en demanda de libertad y justicia, se vieron obligados a abandonar sus hogares y exiliarse en el país vecino de Costa Rica, para resguardar su vida, ante el temor de ir a parar a las cárceles de Auxilio Judicial.

“El exilio es una cruz que se vuelve pesada con el pasar del tiempo, con la nostalgia que dejaste tu tierra y esfuerzo de vida, en mi caso abandoné un restaurante que estaba administrando junto a mi familia, gracias a los ingresos que logré en los años de trabajo como migrante en los Estados Unidos, país donde me encuentro nuevamente, luego de salir de Costa Rica”, remarcó Oporta.

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Este opositor fue candidato a alcalde en las elecciones municipales del 2017 por el extinto partido Ciudadanos por la Libertad, donde logró posicionarse como segunda fuerza política y considera que no existen las mínimas condiciones para poder regresar a Nicaragua.

“Si retorno a Nicaragua, sería sumarme a la lista de presos políticos que están siendo violentados en sus derechos humanos, tengo un exilio indefinido en los Estados Unidos, sería imprudente de mi parte regresar a vivir a San Lorenzo, porque en este país estoy resguardando lo más preciado, que es la vida”, detalló el opositor.

Oporta, no pierde las esperanzas de un mañana mejor para Nicaragua, aunque aún dice no divisar una luz en el túnel, porque considera que cada atropello que comete el régimen se hunde como un pantano.

“Yo creo que ahorita el régimen está hundido hasta el cuello y solo le falta la nariz, para ahogarse, porque las estupideces que comete en contra de la iglesia católica, de mantener casa por cárcel al obispo Rolando Álvarez y encarcelar a sacerdotes, ya rondan en el desquicio de una persona que está desesperada, porque no tiene el apoyo popular y solo se basa en la fuerza bruta e insensatez, para sostenerse en el poder”, enfatizó Oporta.

La crisis económica también aleja a los nicaragüenses

El economista Enrique Sáenz añadió que los miles de exiliados nicaragüenses se ven imposibilitados de retornar a Nicaragua por la represión y la crisis política, pero a esto se suma la grave crisis económica a la que el régimen sometió al país, donde a diario miles abandonan el país buscando llegar a los Estados Unidos de forma irregular.

“La dictadura a sumido al país y a las familias nicaragüenses, a las empresas en una situación apremiante desde el punto de vista económico y social, por ejemplo, el Banco Central reportó que en los últimos tres meses el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, perdió alrededor de tres mil quinientos cotizantes, eso son trabajadores formales que salieron a formar parte del ejércitos de desempleados de Nicaragua”, subrayó.