El cronista deportivo Miguel Mendoza logró ver el miércoles 7 de diciembre a su hija Alejandra en compañía de su mamá Margin Pozo, luego que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo no le había permitido la visita por más de 500 días.
Ramón Mendoza, hermano del preso político, dijo en sus redes sociales que fueron cuatro horas en este primer encuentro entre ambos, los que fueron muy emotivos entre abrazos, besos y todo tipo de amor paternal.
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“Alejandra pudo contarle todo su sufrimiento, los días llenos de llanto, desesperación y oraciones, además de sus cartas, dibujos y audios, su primer lugar en la escuela, sus clases de natación, lecturas de libros, sus recaídas en la salud, visitas al médico”, escribió Ramón Mendoza en su cuenta oficial en Facebook.
Según su testimonio, la hija del preso político “no se separó de su padre ni un segundo en las cuatro horas de visita y al final la despedida fue dura, no quería dejar a su padre, deseaba quedarse con él, salió en llantos hasta llegar a casa”.
“Papi, no quiero dejarte aquí, ya no quiero que estemos separados, quiero verte más seguido, me quiero quedar contigo”, contó Margin Pozo como parte de la despedida dolorosa.
No había visto a su hija por más de 500 días
La niña no había visto a su padre desde hace 534 días, quien se encuentra en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como El Chipote, considerado como un centro de torturas por grupos de derechos humanos. La esposa del preso político denunció en múltiples ocasiones que esta visita fue rechazada, a pesar que su hija suplicaba ver a su padre.
Alejandra, de ocho años, solo le enviaba cartas y videos que le dedicaba a su padre. “18 meses no los puedo resumir en poco tiempo, me han robado tu tiempo, tu cariño y tus abrazos”, le dijo la niña durante la visita.
La Policía al servicio del régimen sandinista publicó un comunicado inusual en donde autorizó la visita de familiares a los presos políticos detenidos en El Chipote, las cuales se llevarán entre el 7 y 8 de diciembre, como parte de las “festividades” en honor a la Purísima.
En el comunicado, la institución policial manifestó que durante la visitas los presos políticos podrán intercambiar y compartir alimentos con sus esposos, madres, padres, hijos, nietos y otros miembros de sus núcleos familiares.
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