Aunque el dictador Daniel Ortega ha hecho alarde de la construcción de varios centros de salud y hospitales a nivel nacional, que por cierto no son proyectos novedosos para cualquier gobierno, en materia de salud salió aplazado en el reciente informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que ubica a Nicaragua en el primer lugar en la lista de contagios por dengue en la región latinoamericana.
Según el informe de la OPS, Nicaragua encabezó en el 2022 los casos de dengue con 1,455 contagiados por cada 100 mil habitantes, seguido por Brasil que registra 1,328 contagiados por cada 100 mil habitantes.
El reciente Boletín Epidemiológico de la OPS que llega hasta la semana 51 de un total de 52, refleja que Nicaragua contaba con una tasa 95,915 casos sospechosos, 4,425 confirmados y 35 casos de dengue graves.
Los entresijos de la conflictiva relación de Rosario Murillo, Daniel y Humberto Ortega
Había una advertencia
Médicos independientes alertaron en julio del año pasado sobre un brote de dengue en el país. De hecho, el mapa de salud del Minsa, reporta que de enero a julio de 2022 la fiebre sospechosa por dengue fue una de las 15 causas que ameritó hospitalización dentro de la población nicaragüense.
Un médico nicaragüense explicó a Nicaragua Investiga, bajo condición de anonimato, que parte de estas preocupantes cifras se debe a que la población mayormente se muestra reacia a que las brigadas de salud realicen fumigación o abatización en el interior de su casa, por motivos de la inseguridad que impera en el país, de allí que el vector queda dentro de los hogares.
Minsa debió ser más beligerante
También apuntó que muchas personas que tienen dengue no guardan ninguna medida de prevención y por la misma necesidad de trabajar acuden a sus centros de labores o a las calles y así hay más probabilidades de que los mosquitos infecten a más personas. Sin embargo, es enfático en que esto no libra de responsabilidad al Minsa, que es rector de la salud en Nicaragua.
“El dengue no se combate solo con jornadas de fumigación o abatización, el Minsa debió tener un plan B cuando subieron las cifras de contagios, tuvo que haber articulado a todo su conjunto global como las clínicas medicas previsionales, al Ejército, a médicos privados, convocarlos y explicarles la situación, pero esto nunca pasó, de modo que ese hermetismo que mantiene el gobierno sobre las altas cifras contagio no alerta a nadie”, criticó el galeno.
Minsa solo sigue las directrices de Murillo, afirma
Dijo que el Minsa debe transparentar la información a la población, hacer campañas masivas, hacer concertación con todos los sistemas y subsistemas que tiene y hacer una promoción de participación voluntaria de la población para la lucha contra el dengue y la malaria.
“El otro problema es que el Minsa no trabaja independiente porque solo siguen las directrices de la Rosario Murillo, que no sabe nada de salud. Mientras la ministra de Salud, Martha Reyes, no tenga autonomía y libertad para hablar con la OPS y con los especialistas internacionales del manejo del dengue, lógicamente esas cifras de contagio se van a mantener, sin ambargo, hacen lo contrario puesto que cuando tenemos cifras altas, entonces se hacen los perros bravos con la OPS”, señaló el especialista.
Lamentó que esta situación es grave, porque está sucediendo lo mismo que con los primeros casos del Covid-19 en el 2020, cuando el gobierno negaba los casos y solamente decía a la población que se trataba de neumonía atípica, aunque en el caso del dengue, considera que el Minsa todavía está a tiempo de disminuir esa cifra en este 2023.
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