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Los entresijos de la conflictiva relación de Rosario Murillo, Daniel y Humberto Ortega

Uno de los motivos más graves del distanciamiento de los hermanos Ortega Saavedra y sus familias, es el hecho de que las dos esposas (Rosario Murillo y Ligia Trejos) no se toleraban.

Durante décadas se ha mencionado que entre Daniel Ortega y su hermano Humberto existen rivalidades que los han llevado al distanciamiento. Algunas de las muestras de este posible quiebre son las fuertes declaraciones del uno contra el otro. Sin embargo, muchos coinciden que el factor determinante de las fisuras en la relación de los dos hermanos, es Rosario Murillo, la esposa del dictador.

En el artículo “Hermanos Ortega, una novela de tiranos con cuñada y desquite” publicado el 2 agosto 2019, el diario El Mundo de España menciona varios motivos del punto de quiebre de la relación entre hermanos y por los que estos se pueden llegar a odiar, siendo dos los que tienen que ver con Humberto y Daniel Ortega:

1- La interferencia de terceros (habitualmente cuñados) que quiebran la lealtad al clan.

2- El éxito y el fracaso, ya que los hermanos compiten y después se reprochan mutuamente el triunfo igual que la derrota.

El poder por sobre todas las cosas

Con la caída de la dictadura de Anastasio Somoza Debayle y el triunfo de la Revolución Popular Sandinista en 1979, Daniel pasó a formar parte de la Junta de Reconstrucción Nacional y luego se convirtió en presidente del país. En tanto, su hermano Humberto, quien era un personaje mucho más importante dentro de las filas del Frente Sandinista, se quedó con los cargos de Ministro de Defensa y Jefe del Ejército. Con el paso del tiempo esto acabó por alimentar diferencias entre hermanos sin que dejaran de trabajar en base a sus mutuos intereses.

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Una vez derrocado Somoza, comandantes sandinistas como Tomás Borge, Henry Ruiz y Humberto Ortega, se perfilaban como coordinadores de la Junta de Gobierno e incluso mostraron interés por la presidencia, y en vista de que ninguno de ellos estaba dispuesto a dejar que el otro tomara el puesto, se escogió a Daniel Ortega, ya que este no parecía ser ambicioso y por tanto, no le haría sombra a los otros dirigentes.

El ser “callado”, una virtud con la que “lograba más que mediar”, le habría dado ventaja a Daniel Ortega entre sus compañeros revolucionarios, según describe Zoila América Narváez, en el libro El Preso 198, del periodista Fabián Medina.

“Que Daniel sea apocado es lo que les va dando confianza a los otros. Pero no es por eso que entra. Entra porque es hermano de Humberto”, indica en el mismo libro de Medina, el escritor Sergio Ramirez Mercado, quien también participó en el proceso revolucionario y luego se convirtió en la mancuerna de Daniel Ortega en las elecciones de 1984.

El periodista Fabián Medina, concuerda con el relato de Ramirez Mercado. En entrevista con Nicaragua Investiga, explica que Daniel era “una ficha de Humberto Ortega, quien quería concentrar el poder de la revolución en la tendencia tercerista y así es que pone a Daniel de coordinador de la Junta de Gobierno y él se queda a cargo del Ejército, que eran las más principales”.

Los otros dos comandantes que se disputaban el liderazgo, Tomás Borge y Hery Ruiz, se vieron obligados a aceptar respectivamente, otros puestos con menores capacidades como Ministro del Interior y la administración económica.

Róger Miranda Bengoechea, asistente personal de Humberto entre 1982 y 1987, describe en su libro La guerra civil en Nicaragua, que en los ochenta este no quería que nadie fuese más que él, excepto su hermano Daniel, y por eso se hacía el inalcanzable.

El mismo Humberto Ortega reconoció que él y su hermano tenían el “peso fundamental”, para que uno se convirtiera en presidente y el otro en “el hombre de las fuerzas armadas”.

Hasta ese momento la relación entre los dos hermanos Ortega Saavedra no parecía mostrar fisuras, al menos en el ámbito político. Sería hasta 1984 que se observa un punto de quiebre cuando Daniel se convierte en candidato presidencial. “Ahí este emerge con una figura y sobrepasa a Humberto Ortega en proyección”, detalla Fabián Medina.

De los hermanos Ortega Saavedra, la poeta y novelista nicaragüense Gioconda Belli, dice conocer muy poco. La escritora que también militó en el FSLN entre 1970 y 1993, detalló a Nicaragua Investiga que la relación entre estos “era cordial hasta los 90. No sé qué habrá pasado entre ellos pero obvio que Humberto ha expresado sus diferencias en público”.

Problema de vieja data

Fabián Medina detalla que desde antes de los ochenta, a nivel íntimo “había problemas no entre Daniel Ortega y Humberto Ortega, si no más bien entre Humberto Ortega y Rosario Murillo, cuando estaban en Costa Rica por las diferencias que habían entre las familias” y especialmente porque “Rosario Murillo siempre ha sido una persona bien conflictiva”.

En los ochenta, las familias de ambos hermanos se mantuvieron distantes, en gran parte a causa de la influencia de Rosario Murillo sobre Daniel Ortega y el hecho de que la familia de Humberto llevaba una vida “muy lujosa”, a tal punto que en esa época se bromeaba con “la familia rica” y “la familia pobre”, según declaró un amigo del exjefe del Ejército a la revista Magazine en septiembre de 2019.

Rosario Murillo, «una mujer manipuladora»

Pero eso no es todo, el motivo más grave del distanciamiento de las familias, es el hecho de que las dos esposas no se toleraban. Róger Miranda Bengoechea, exasistente de Humberto Ortega, describe a la pareja de este, Ligia Trejos, como una mujer “sin pretensiones en sus acciones y vestimenta, casi sin perfil público” y a Rosario Murillo como una “jefa”, “dominante”, “con una gran influencia sobre (Daniel) Ortega”.

Esa imagen “dominante” de Rosario Murillo, llevó a que Humberto mencionara en círculos reducidos e íntimos: “esa mujer deshonra a Daniel”.

Los roces entre Rosario Murillo y la pareja Ortega-Trejos, también se dejaron entrever cuando Ligia era la directora del Instituto de Estudios Sandinistas (IES), porque a Humberto le gustaba la historia y escribía sobre ella, algo por lo que la esposa de Daniel, también se interesaba.

Mamá de los Ortega no la toleraba

Pese a las diferencias entre los hermanos y sus familias, su madre Lidia Saavedra y la Dirección Nacional del FSLN, fueron los dos enlaces que les permitieron mantener su relación familiar, al menos hasta la derrota electoral de 1990.

A inicios de los años noventa, la muerte de Germania, hermana de los Ortega Saavedra y quien se dedicaba al cuido de doña Lidia, hizo que la progenitora pasara a estar bajo la protección de Humberto, porque Rosario Murillo no habría permitido que su suegra entrara al núcleo familiar.

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Y es que las relaciones entre Rosario y su suegra nunca fueron buenas. Una persona que fue muy allegada a esta familia afirmó a Nicaragua Investiga, bajo condición de anonimato, que a doña Lidia Saavedra, no le agradaba la personalidad de Murillo.

En la casa de doña Lidia, parecía que el nombre de Rosario Murillo estaba vetado, incluso la señora ni se refería ni en bien ni en mal, siempre esquivaba la plática cuando se mencionaba algo referente a la Rosario. Hasta en las reuniones sociales donde ambas coincidían, doña Lidia la esquivaba, ni siquiera la quería ver”, recuerda la fuente.

Con quien se llevaba bien Lidia Saavedra era con Leticia Herrera, su anterior nuera, y con la que Daniel tuvo un hijo. “No le agradaba la Rosario porque la consideraba como una mujer manipuladora”, detalla.

Rosario Murillo y Humberto Ortega

Pese a que externamente no se conoce de roces directos entre Rosario Murillo y Humberto Ortega, se sabe por las pocas declaraciones del hermano de Daniel, que ambos guardan distancias.

“No conozco ninguna situación directa de Rosario Murillo contra Humberto Ortega. No tengo ninguna constancia de eso, solamente lo que me dicen mis fuentes cercanas que tuvieron relaciones con ellos dos, que era una relación bien conflictiva, que no se entiende las dos familias”, explica el periodista Fabián Medina.

Durante todos estos largos años, ambas familias han mantenido en silencio sus diferencias. Rosario no se ha atrevido a referirse públicamente sobre Humberto. Por el otro lado, una de las pocas veces que el excomandante habló sobre su cuñada, fue en noviembre de 2016 en el extinto programa de entrevistas, Jaime Arellano en la Nación.

“Daniel Ortega ha decidido darle un papel de vicepresidente a la compañera Rosario Murillo (…) simplemente, lo que así se decir, es que la sucesión por lo que yo conozco de la lucha histórica del frente y por lo que conozco también de otras experiencias, debe descansar sobre instituciones, en este caso de partido y no en individualidad”, dijo Humberto cuando le consultaron sobre la posible creación de un partido único liderado por su hermano y su cuñada.

En cuanto a la relación distante de los hermanos, Fabián Medina lo atribuye a dos factores determinantes: “Uno, Rosario Murillo y dos, las posiciones de poder de cada uno de ellos”. Estas cosas fueron muy notorias en el funeral de doña Lidia.

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Se pelearon en el funeral de su madre

La situación se complicó cuando Humberto comenzó a vivir más tiempo en Costa Rica que en Nicaragua y no había quien cuidara a doña Lidia. Esto y el hecho de que Humberto asegurara un acuerdo para el traspaso de la jefatura del Ejército con el gobierno de Violeta Barrios, hizo que la relación entre los dos hermanos acabara por romperse casi en su totalidad.

El abismo fue más ancho debido a los desaires de Rosario Murillo contra Humberto, a quien consideraba una persona en la que no se podía fiar.

Los años pasaron y en mayo de 2005, tras el fallecimiento de su madre, la relación llegó a uno de sus puntos más tensos. Los hermanos tuvieron una fuerte discusión en la iglesia, peleaban por el sitio donde serían enterrados los restos de su progenitora, a tal punto de que dos carros fúnebres yacían en los predios del templo católico para trasladar el cuerpo a cementerios diferentes.

Para poder calmar los ánimos y lograr un acuerdo, el entonces cardenal Miguel Obando y Bravo, tuvo que intervenir. Así primó la postura de Daniel y la madre de los dos hermanos fue enterrada en el Cementerio General de Managua, lo que significó una gran molestia para Humberto quien «se fue arrecho», según relató uno de los sepultureros, en un artículo publicado en 2015 por la revista Domingo de La Prensa.

Humberto acusa a su hermano de causar “terror y muerte”

Muy poco se supo de la relación entre los hermanos Ortega Saavedra durante los siguientes 13 años. Fue hasta en 2018, tras la brutal represión del régimen Ortega-Murillo contra los manifestantes, que Humberto se atrevió a reprochar el actuar de su hermano mediante una carta pública el 4 de julio de ese mismo año.

En la misiva, Humberto llamó a convocar un diálogo, adelantar elecciones y a desarmar a paramilitares. “El presidente Daniel Ortega, al adelantar constitucionalmente las elecciones presidenciales para el año entrante, dice sí a la paz”, expuso el exjefe del Ejército.

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Posteriormente, en una entrevista a la cadena de noticias CNN, el 27 de julio de ese mismo año, Humberto acusó a su hermano de causar “terror y muerte” con los grupos paramilitares, de haber desnaturalizado la profesionalización de la Policía Nacional y de ser el principal responsable de la violencia en el país. En su intervención, tambien reiteró el llamado a desarmar las fuerzas paramilitares.

“El principal responsable de esta situación que estamos viviendo es el Estado de Nicaragua, y en este sentido, el Gobierno de Nicaragua al frente de este Estado debió haber tomado todas las medidas para no llegar a estos niveles de sangría que el pueblo está sufriendo”, expuso en ese momento.

Ortega considera a Humberto «peón del imperio»

Las declaraciones de Humberto mantuvieron inerte a su hermano Daniel por varios meses, hasta que el 3 de diciembre de 2018, el dictador lo atacó frontalmente, acusándolo de haberse pasado en 1990 al lado de los que ganaron para convertirse en “peón de la oligarquía y del imperio” estadounidense.

Dos años y medio después, exactamente el 4 de julio de 2021, Humberto volvió a ser entrevistado por CNN, esta vez dijo que los opositores detenidos por el régimen “no son terroristas” o “traidores a la patria”.

“Estoy claro que estos que están detenidos no son terroristas, no han atentado en contra de la estabilidad del país, simplemente son opositores que tienen su punto de vista como yo lo tengo (…) Yo he criticado con toda firmeza y respeto al Gobierno actual por eso yo podría ser catalogado de terrorista o traidor a la patria”, explicó Humberto.

Daniel Ortega no lo dejó pasar y volvió a atacarlo por partida doble en meses posteriores. La primera fue 13 agosto de 2021, durante el 41 aniversario de la Fuerza Naval del Ejército de Nicaragua. En su intervención, sin mencionar directamente el nombre de su hermano, lo tildó de “traidor” y “vendepatria”.

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La siguiente ocasión fue el 10 de diciembre de ese mismo año, en la XXVI Graduación de Oficiales del Centro Superior de Estudios Militares. Ahí, el dictador llamó “idiota” a su hermano por confiar en la oposición y le contradijo al mencionar que los detenidos en “El Nuevo Chipote” son “terroristas”.

“Claro que son terroristas, terroristas que incluso, con ganas le meten cuatro balazos a uno que sale ahí hablando por la televisión (alude a las declaraciones de Humberto a CNN) de que no son terroristas, ¡Idiota!, ¡Qué idiota! Cree que se lo tragan. Ni siquiera lo mastican. Ni siquiera lo mastican y no se da cuenta que con ganas le meten cuatro balazos, sí (se escucha una carcajada de Rosario Murillo) porque esa gente lleva odio, carga odio”, dijo Ortega en su discurso.

Arremetidas de propagandistas contra Humberto Ortega

Daniel no solo se ha valido de sus propias palabras para arremeter contra su hermano Humberto, también ha usado su maquinaria propagandística. En al menos dos ocasiones, William Grigsby Vado, director de la radio oficialista La Primerísima, se lanzó contra el excomandante.

Una de ellas fue el 19 de febrero de 2021. Grigsby arremetió contra el exjefe del Ejército, luego que este pidiera en un artículo de opinión la unidad de las “fuerzas democráticas” y “elecciones libres” en las presidenciales que se llevarían a cabo en noviembre de ese año.

El propagandista político tildó a Humberto Ortega de “soldado renegado”, contratado por el gobierno de los Estados Unidos para “dividir” al Frente Sandinista. Vociferó que “esos soldaditos de plomo, de vez en cuando escriben cartitas, como diciendo aquí estoy”.

“Los yankees han contratado a gente que fue sandinista, que son renegados. Algunos soldaditos que se vistieron con uniforme de general, por ejemplo, los han contratado para dividir al Frente y les van a ser útiles si logran su objetivo, sino le van a pegar la patada ya sabés adónde”, dijo Grigsby en clara referencia al general en retiro.

Otra de las arremetidas fue el 16 agosto de ese mismo año. En su programa “Sin Frontera”, William Grigsby llamó “baboso” a Humberto Ortega, por creer ser interlocutor de su hermano. Estas declaraciones se dieron luego de un discurso de Daniel Ortega y declaraciones de Rosario Murillo ante medios oficialistas, sobre el supuesto apoyo de sacerdotes a manifestantes que se encontraban en los tranques levantados durante las protestas de 2018.

“Humberto anda diciendo que él tiene comunicación directa con Daniel, se vende así ante gobiernos extranjeros. No es interlocutor de nadie. Anda diciendo que él puede convencer a Daniel, así anda diciendo el baboso, Daniel no quiere saber nada de él, ya lo dijo lo que tenía que decirle. De este lado de la acera nadie quiere saber nada de él y del otro lado tampoco. Que se dedique a vivir con todo el dinero que se robó de los helicópteros”, arremetió Grigsby.

La muerte de Hugo Torres

Dos meses después, la tensión entre los dos hermanos llegó a uno de sus puntos más álgidos, con la muerte del exguerrillero, Hugo Torres, el 12 de febrero de 2022, quien pereció “en el cruel encierro” al que fue sometido desde el 13 de junio de 2021, por autoridades policiales bajo órdenes del que fuera su compañero de lucha en la década de los 70 y 80, Daniel Ortega.

La muerte de Torres fue el detonante para que Humberto Ortega volviera a referirse a la crisis generalizada que vive el país y cuyo origen ha sido a consecuencia de la represión ejercida por el gobierno de su hermano Daniel en contra del pueblo de Nicaragua.

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“Hugo Torres integra una de las varias fracciones en que el antiguo FSLN se divide desde la década de los noventa, y no rehúye el sacrificio, la cárcel, en la que una vez más demuestra sus convicciones revolucionarias, y muere, como cualquiera a su edad y condiciones físicas, al ser expuesto en el cruel encierro”, expresó Humberto en un artículo de opinión publicado por La Prensa, el 18 de febrero de 2022.

“Hoy, este lamentable, doloroso desenlace de un compañero de luchas, que cumple hasta el final consecuentemente este juramento, debe contribuir en la ruta de solución a la crisis política que padece nuestra patria, que requiere urgentemente un clima de reconciliación, que lo genera de ser puestos en libertad los encarcelados políticos, por medio de cualquiera de los instrumentos jurídicos, legales requeridos”, expuso el exjefe del Ejército.

Este pronunciamiento no tuvo una reacción directa e inmediata de parte de Daniel Ortega. Fue hasta el pasado 23 de diciembre de 2021, que se dio un acercamiento entre los dos hermanos, en medio de una serie de especulaciones y de un comunicado emitido por la Presidencia de la República, que se presta a más interrogantes de si el dictador busca o no un consejo de Humberto.

Ante todo esto, el periodista Fabián Medina, concluye que Humberto y Daniel “no es que están peleados, pero sí distanciados y en eso ha sido muy incidente la figura de Rosario Murillo por su misma personalidad, que no permite que entren en su mundo otras personas que puedan incidir y cambiar el estatus que ella ha creado”.

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