Una pareja de nicaragüenses que llegó como migrante a Estados Unidos en el 2022, literalmente “mordieron la mano a quien les dio de comer”, al quedarse viviendo en una propiedad ajena que es de una persona que les brindó abrigo cuando los vio desamparados, según lo denuncia el propio perjudicado en un video publicado por el periodista cubano Mario J. Penton en su página de Facebook.
Fue el 20 de diciembre del año pasado cuando el ciudadano americano residente de La Florida, al salir de un supermercado fue abordado por un hombre y una mujer de origen de nicaragüense, para pedirles un poco de comida o dinero porque la estaban pasando mal.
“Y la verdad que me dio pena en la forma en que me dijeron, porque como emigrante también llegué a este país, y lo pasé difícil los primeros días, y les dije que fuéramos para cómprales algo, y ellos me dijeron que no tenían dónde cocinar, entonces en ese momento cometí el peor error de mi vida, del cual hoy me arrepiento”, refiere el ciudadano del cual no se revela el nombre en el video.
Decidió llevar a la pareja a una casa rodante que mantiene en el patio trasero de su casa, para que estuvieran unos días, mientras hallaban otro lugar, y que en esos días de navidad estuvieran abrigados. “Usted es un ángel que nos cayó del cielo, muchas gracias, Dios lo va a bendecir, Dios es bueno con nosotros porque nos puso una persona tan buena como usted”, no se cansaban de repetirle al buen hombre.
Pasó el tiempo y la pareja continuaba habitando dicho inmueble. Sin embargo, hace un mes el señor les comunicó que ya les había apoyado suficiente después tanto tiempo dándoles posada y de buenas maneras les pidió que desalojaran el lugar.
Su sorpresa fue cuando el sujeto se hizo “el gato bravo” y le respondió con groserías afirmando que ley de La Florida los protegía, que de ahí no se movían y que iba a llamar a la Policía porque se sentían ofendidos, además le gritaron que era un desgraciado porque no apoyaba a los inmigrantes.
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El asunto se complicó cuando la Policía llegó donde el señor y le advirtió que no podía sacar a la pareja porque prácticamente eran invitados de él y que no podía desalojarlos. Luego el tipo se pudo frente a su casa y le dijo: “Si me sigues jodiendo, hasta te puedo matar”.
Al pasar el tiempo la familia de la pareja creció con tres miembros más, ahora son cinco personas quienes viven en su propiedad. La situación se ha vuelto infernal para este ciudadano, porque, además, los sujetos lo pasan insultando cada vez que pueden.
El señor incluso perdió el caso en una corte de La Florida y se muestra desesperado y arrepentido del día en que decidió obrar en bien de estas personas porque ahora no puede desalojarlos.
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