La visita del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, no produce ningún beneficio para el pueblo de Nicaragua, al contrario «trae pobreza y peligro para nuestra región», afirman analistas políticos nicaragüenses.
El analista político Enrique Sáenz indicó que el país de Medio Oriente «necesita bases que le sirvan de apoyo en sus disputas con Estados Unidos y es evidente que Daniel Ortega y sus compinches de Venezuela y Cuba se prestan gustosos a jugar ese papel».
Sin embargo, para los intereses de los nicaragüenses no hay ningún beneficio, aunque ambos regímenes intenten proyectar la imagen de una alianza estratégica.
Sáenz no descarta que, detrás del vendaval de promesas que difunda el régimen de Ortega, exista la posibilidad que el régimen nicaragüense utilice a Irán para realizar las «transacciones financieras oscuras» de sus negocios en los sectores de electricidad, combustible, oro y otros.
Presidente de Irán dice que relaciones con Ortega son «estratégicas»
Pobreza, peligro y provocación a EEUU
Por su parte, el analista político Arturo McFields señaló que se trata de una cooperación política y comercial entre el «tirano persa» y «las dictaduras más longevas y criminales de la región», Venezuela, Nicaragua y Cuba.
«Daniel Ortega ha ofrecido ser la plataforma de Irán en Centroamérica», ejemplo de ello es la defensa de los programas nucleares de países asiáticos, dijo en su columna de opinión.
Ejército de Nicaragua habló con Irán sobre una posible cooperación militar
Coincidió en que «la presencia de Irán no trae nada positivo para Latinoamérica. Nada. Estas giras buscan empoderar a los dictadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela, impulsar negocios turbios y hacer geopolítica de alto voltaje».
Tímida respuesta del mundo
La gira de Raisi en América Latina solo «trae pobreza y peligro para nuestra región y es una provocación flagrante a Estados Unidos«, agregó.
Sin embargo, McFields critica la «tímida respuesta» que la comunidad internacional ha mostrado ante el acercamiento de China, Rusia e Irán en la región latinoamericana, la que calificó de «un hecho penoso y peligroso que podría tener consecuencias».
Reguero de promesas
El también economista Enrique Sáenz recuerda que el expresidente iraní Mahmud Ahmadineyad visitó Nicaragua en 2007 y 2012 dejando un «reguero de acuerdos, memorandos de entendimiento y promesas».
«Hasta acordaron resucitar la construcción de la refinería El Supremo Sueño de Bolívar«, dijo.
Detalla que ambos regímenes prometieron:
- Construcción de 4 centrales hidroeléctricas.
- Edificación de 10 mil viviendas populares
- Una planta de construcción de equipos agropecuarios
- Entrega de 4000 tractores
- Construcción de 5 plantas procesadoras de leche
- Construcción de dos muelles adicionales en Corinto con una inversión de 36 millones de dólares
- Fábricas de cemento, sistemas de riego y de agua potable.
- Construcción de un puerto de aguas profundas en el Caribe.
«Salvo la construcción de una policlínica de salud en un barrio de Managua, lo demás fue humo en las manos», agregó en un artículo de opinión.
Para Sáenz, los supuestos proyectos ni siquiera son viables y representan «una burla» para los nicaragüenses. Por ejemplo, ¿para qué servían los acuerdos culturales si los nicaragüenses ni hablan persa ni los iraníes, español?
Y si se trata de cooperación comercial, ¿qué producimos los nicaragüenses que la economía de Irán necesita?, se pregunta Sáenz.
«Las distancias, la falta de rutas comerciales y de infraestructura logística tornan ilusorio cualquier acuerdo comercial. La prueba está que han pasado 16 años y en las cuentas comerciales de Nicaragua, ni siquiera aparece Irán», sostuvo.
You must be logged in to post a comment Login