El 13 de julio, cuando en Bruselas iniciaba el Foro Unión Europea – América Latina y el Caribe (UE-ALC), en Managua de manera sorpresiva, Rosario Murillo, vicepresidenta y esposa del caudillo sandinista Daniel Ortega, anunció que el régimen había “enviado nota al Servicio Europeo de Acción Exterior de la Unión Europea, ratificando el beneplácito otorgado” a Fernando Ponz Cantó como embajador en Nicaragua. También dio a conocer que César Augusto Castañeda Lacayo era el nuevo embajador ante la UE y que este ya había recibido el beneplácito del Consejo Europeo y la Comisión Europea.
Era un giro de 180 grados. El 18 de abril la dictadura nicaragüense había retirado el plácet a Ponz en represalia a un comunicado emitido por los europeos en solidaridad con el pueblo nicaragüense, que ese día conmemoraba el inicio de la brutal represión gubernamental del 2018.
La administración sandinista, sobre la que pesan señalamientos de crímenes de lesa humanidad, consideró el comunicado de la UE como «posiciones imperialistas y colonialistas», a la vez que la calificó de «potencia avasalladora». Era solo un capítulo más de los fuertes encontronazos “diplomáticos” en los que los insultos de Daniel Ortega y Rosario Murillo nunca han estado ausentes.
Un paso atrás de Ortega
Es decir, ese 13 de julio, a pocos días de que el 17 y 18 de julio se realizara la Cumbre de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (UE-CELAC), Nicaragua, una vez bajaba el tono y parecía más dispuesta a retomar las relaciones con el viejo continente.
Enrique Martínez, activista opositor y vocero de la Plataforma de Unidad por la Democracia (PUDE), es enfático en que “fue Ortega el que dio un paso atrás” en su política hacia la Unión Europea.
“Era Ortega el que tenía la postura de no dejar entrar a la delegación de la Unión Europea a Nicaragua, sin embargo, en vista de que ellos (el régimen) necesitan tener esta vinculación por factores económicos y políticos con Europa, tuvieron que ver en qué forma retomar las relaciones con Europa”, explicó Martínez, quien asistió al importante encuentro birregional en Bruselas.
UE no quiere sacar a Nicaragua del Acuerdo de Asociación
El 11 de julio hubo una noticia que pasó desapercibida para algunos, aunque era de gran importancia. Ese día la radioemisora española RFI publicó una entrevista con Peter Stano, portavoz para Asuntos Exteriores de la Comisión Europea, en la que este se refería al caso de Nicaragua y aseguraba que los europeos no optaban por suspender al país del Acuerdo de Asociación UE-Centroamérica (ADA). “Si suspendemos esas actividades los primeros que van a sufrir son los ciudadanos que ya sufren mucho bajo régimen de Ortega”, sostuvo Stano, destacando lo fundamental que es para el pueblo nicaragüense los acuerdos de cooperación y comercio.
En esa entrevista el funcionario europeo reconoció la naturaleza autoritaria de los Ortega-Murillo, al afirmar que en Nicaragua no quedan instituciones democráticas, “porque el régimen de Ortega mantiene una dictadura en el país”.
«Una de las peores dictaduras del mundo»
Esto último es algo que el Alto Representante para Asuntos Exteriores, Joseph Borrell, tiene muy claro. En octubre del 2021 expresó que la de Nicaragua «es una de las peores dictaduras del mundo”. Semanas después, el 7 de noviembre, se realizaron en Nicaragua elecciones presidenciales en las que Ortega y su esposa se reeligieron tras encarcelar a los aspirantes presidenciales de la oposición y acallar cualquier tipo de disidencia.
Pese a ello, la Unión Europea siempre ha mantenido una política de mantener abiertas las vías de comunicación y la disposición al diálogo. La cumbre fue muestra de ello.
“Nosotros debemos de tener a América Latina en nuestro escenario geopolítico”, dijo Borrell a la televisión española a inicios de julio del 2023.
“Nuestra relación no es una lista de proyectos de inversión, toca a la estructura, toca a la fibra social, a la manera cómo podemos ayudarles a combatir violencia, desigualdad, tráfico de drogas, inestabilidad política, sin querer dar lecciones a nadie”, enfatizó.
Discurso soberanista de las dictaduras
La apertura de Europa a ayudar a la región a luchar y superar todos esos males, choca con una visión muy diferente de algunos gobiernos de la región, para quienes las violaciones de los derechos humanos, los problemas de inestabilidad política y falta de institucionalidad, son un asunto interno, de “soberanía”, en los que nadie debe de meterse. En esa visión se enmarcan principalmente Cuba, Venezuela y Nicaragua, dictaduras en toda regla.
Días antes de la Cumbre UE-CELAC, el bloque de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), cuyos máximos representantes son los tres regímenes de izquierda antes mencionados, emitieron un comunicado haciendo el llamado a que en el encuentro se “respeten” los “principios de “autodeterminación de los pueblos” y “la no injerencia en los asuntos internos de los países”.
Aunque a la cumbre de alto nivel no asistió Daniel Ortega ni Rosario Murillo, sí enviaron una delegación encabezada por el canciller Denis Moncada. El 14 de julio, cuando Murillo lo anunció dijo lo que el régimen sandinista esperaba: “Ojalá así fuera y ojalá todos estos encuentros y reuniones así sean en base al respeto mutuo y a la esperanza”. Es decir, no quería críticas ni resoluciones condenatorias.
Ortega se beneficiará del cambio de estrategia de Europa
En juego hay mucho dinero y para estas tres dictaduras, Europa se perfila como una oportunidad para lograr recursos económicos. En el marco de la Cumbre UE-CELAC, la Comisión Europea anunció un paquete de inversiones en América Latina por un montó de 45 mil millones de euros (unos 50,600 millones de dólares) para los próximos cuatro años. Estos recursos forman parte de la iniciativa Global Gateway.
Para Arturo McFields, exembajador de Nicaragua en la Organización de Estados Americanos (OEA), Europa está inaugurando «una nueva política exterior». «La Unión Europea abrió las puertas a las dictaduras de Nicaragua, Cuba y Venezuela no porque respalda todo lo que están haciendo las dictaduras de Cuba Nicaragua y Venezuela, sino porque hay un cambio de estrategia en cuanto a su política exterior. La guerra en Ucrania, la influencia China en Latinoamérica han sido dos cosas que lo han llevado a hacer este cambio de política exterior”, explica el diplomático.
«Están lamentablemente, a mi parecer, bajando el estándar en cuanto a la relación con Nicaragua, Cuba y Venezuela. Significa que la dictadura (de Nicaragua) se va a beneficiar de esta cooperación millonaria de la Unión Europea, significa que están pidiendo menos condicionantes en temas de derechos humanos y democracia”, critica McFields.
Diálogo con Ortega y sanciones
En este punto, y tomando en cuenta la aceptación del embajador de la Unión Europea, ¿qué tan viables son las posibilidades de un diálogo o intercambio que permitan algunos cambios que los europeos vienen demandando a Ortega desde el 2018, como son la liberación de los presos políticos, la libertad de expresión y de prensa, el cese de la represión, el respeto de los derechos humanos e incluso sentarse con los opositores para resolver la crisis política?
Con una oposición desarticulada, exiliada y sumida en disputas internas, Ortega parece no tener contraparte nacional para “hablar” y en todo caso, luego de los fallidos diálogos de 2018 y 2019, y la consolidación de su poder, no luce muy interesado en dialogar. Aunque sí hay algo que parece importarle mucho: el retiro de las sanciones.
La Unión Europea ha sancionado a 21 funcionarios y miembros del régimen de Ortega, incluyendo Rosario Murillo y sus hijos Laureano, Camila y Juan Carlos. Estas establecen la «prohibición de viajar a la UE y la inmovilización de bienes».
“Exigimos que las nocivas e injustas medidas unilaterales sean suspendidas y se les ponga fin a estas políticas denigrantes y violatorias”, clamó el canciller Denis Moncada en la Cumbre UE-CELAC.
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«Con el dueño del circo, no con los payasos»
Pero Ortega no parece dispuesto a hablar de sanciones con los opositores, que poco pueden disponer sobre ellas. En junio del 2021, en medio de los arrestos de opositores, el vocero y agente de propaganda oficialista, William Grigsby, fue tajante al decir que el caudillo solo hablaría con quienes sí toman decisiones.
“El propósito es, hermano, limpiar la mesa de los traidores. ‘A ver gringo ¿querés hablar conmigo?, vení hablá conmigo. Dejá de estar contratando sicarios, vení hablá conmigo, pongámonos de acuerdo, respetame y pongámonos de acuerdo…’, ya de una vez arreglar eso, pero es con los gringos, con los dueños del circo, no con los payasos”, afirmó Grigsby.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea no la tiene fácil con Ortega. Está cerrado en sus posiciones. Su permanencia en el poder luce fuera de discusión pese a las demandas de los opositores, quienes alertan que hay un proyecto dinástico en desarrollo, en el que tras la ausencia del anciano dictador (que cumplirá 78 años en noviembre del 2023) le sucederán Rosario Murillo y su hijo Laureano Ortega. Este último es el negociador con Rusia y China y una suerte de Canciller de facto, en detrimento de Denis Moncada.
Cumbre no fue un fracaso
Sobre la UE hay demandas muy firmes por parte de muchos opositores. El 14 de julio más de 150 víctimas de la represión y 29 organismos defensoras de derechos humanos demandaron al bloque la creación de un grupo de apoyo a Nicaragua para buscar el retorno de la democracia.
Durante la cumbre, los europeos recibieron críticas por el recibimiento dado a los regímenes que en América Latina violan los derechos humanos. Incluso la resolución final fue calificada de «tibia» por no incluirse en ella resonantes condenas a Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Miguel Díaz-Canel y otros líderes regionales como el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, acusado de violentar el estado de derecho y la democracia.
No obstante, Napoleón Campos, especialista salvadoreño en Relaciones Internacionales, Integración Regional y Migraciones, no cree que la cumbre haya sido de ninguna manera un fracaso. Señala que el recibimiento a los delegados de estos gobiernos fue más que nada «protocolar», pero que en esencia la Unión Europea reafirmó sus principios fundamentales. «Están claros que antes y después de la cumbre se impone el realismo político», indica.
«Yo creo que muchos queríamos que se produjera de entrada una condena directa, con nombre y apellido contra quienes están perpetrando el desmantelamiento democrático, constitucional e institucional en nuestros países y que fueran expuestos y exhibidos en vitrina allí en Bruselas, pero yo creo que al haber sido ratificados los principios y valores democráticos, la Unión Europea y sus actores principales hacia nuestros países, a mi me queda muy claro que quedan repotenciadas sus capacidades para reclamar esos principios y esos valores», afirma Campos.
Efectivamente, Joseph Borrell ha dicho que la UE está tratando de relanzar sus relaciones con la región. “Es un momento para reunirnos, relanzar y reconstruir nuestra relación», aseguró nuevamente el 17 de julio.
Ortega y su lealtad extrema a Putin
Durante la Cumbre Nicaragua se quedó sola en su defensa de Rusia. La delegación sandinista intentó boicotear la condena a la invasión de Ucrania, pero fue ignorada practicamente por el resto de países. «Es Daniel Ortega el que queda exhibido, porque muchos se preguntan: ¿por qué esa lealtad de Daniel Ortega en una cumbre de tanta importancia como esta? ¿Qué hay (detrás de esto) si no hay comercio relevante entre Rusia y Nicaragua, si no hay inversiones rusas a gran escala que signifiquen generación de empleos, grandes obras públicas con fondos rusos en Nicaragua?», enfatiza Napoleón Campos, quien destaca que todo lo que Rusia no le ha podido dar a Nicaragua, sí lo ha logrado de Estados Unidos y Europa.
Campos asegura que Ortega ha llevado su lealtad con Putin a un nivel extremo.
El analista cree también que vienen momentos de «grandes definiciones en la región».
Los entresijos de la conflictiva relación de Rosario Murillo, Daniel y Humberto Ortega
Sociedad civil debe aumentar su insidencia
Sectores de la sociedad civil nicaragüense insisten en que la cumbre dejó muchos sinsabores. Alexander Reyes, integrante de la Plataforma Nicaragüense de Redes de ONG, afirma que «si bien la Unión Europea está abierta a recibir planteamientos de la sociedad civil nicaragüense» esto es «únicamente un ejercicio diplomático, de escucha, pero que realmente aún no se interioriza en los graves efectos» que el pueblo «ha experimentado en manos de Daniel Ortega y Rosario Murillo».
Reyes indica que pese a los aspectos considerados negativos, los activistas opositores y de derechos humanos en el encuentro supieron «estar a la altura». «Se supo llevar las voces de los nicaragüenses, tanto de los que estamos dentro como fuera del país, sin embargo, en este punto también es necesario recalcar lo indispensable que es aumentar la participación de la sociedad civil en estos espacios», refiere.
«Necesitamos cubrir todos los frentes posibles hasta que se declare una emergencia humanitaria y de derechos humanos en Nicaragua, una declaración a la que no le quepa ninguna duda a ningún estado que la administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo es una dictadura que necesita medidas contundentes y consecuentes con la situación que vivimos en Nicaragua», agrega.
Un drama fuera de los grandes titulares internacionales
Efectivamente, aunque la situación de Nicaragua no suele ocupar grandes titulares internacionales, como el caso de Venezuela o conflictos como el de Ucrania, no quiere decir que detrás no haya un enorme drama humano, con repercusiones más allá de sus fronteras.
El 20 de junio del 2023 el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más presentó un informe que refleja el éxodo masivo experimentado en este país centroamericano debido a la crisis. El informe indica que al menos 462,810 nicaragüenses se desplazaron forzadamente fuera del país entre abril de 2018 y diciembre de 2022, y que la mayoría solicitó formalmente alguna categoría de protección internacional en Estados Unidos, Costa Rica, México y España. A esa cifra se suman otros 108,986 connnacionales que migraron en los primeros cinco meses de 2023.
Al menos 355 asesinatos a raiz de las protestas del 2018, cientos de presos polícios, persecuciones y amenazas, falta de libertades, son otros aspectos del terrible drama nicaragüenses. El 2 de marzo del 2023 el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN) de las Naciones Unidas dio a conocer un informe en el que da una radiografía de la situación del país, y acusó al Estado de perpetrar crímenes de lesa humanidad, como detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales, tortura y violaciones sexuales.
Al presentar el informe, Jan-Michael Simon, presidente del GHREN, comparó lo que ocurre en Nicaragua con el nazismo. «Todos los elementos que se ven en Nicaragua, desgraciadamente, se pueden ver en los Juicios de Nuremberg», manifestó.
El 15 de junio el Parlamento Europeo, en base al informe del GHREN, emitió una resolución instando a sus Estados miembros a iniciar investigaciones “sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por las autoridades nicaragüenses».
La clausula democrática del AdA
La UE considera que suspender el Acuerdo de Asociación sería hacerle más daño a Nicaragua, pero algunos sectores de la oposición piden activar la clausula democrática o que se condicione la cooperación, a la vez que consideran que no es totalmente cierto el argumento de los europeos.
«La Unión Europea lamentablemente no ha logrado establecer un sistema de monitoreo, de seguimiento y verificación», lamenta Alexander Reyes.
Ortega quiere que lo «respeten»
Independientemente de las buenas intenciones de los europeos con el pueblo de Nicaragua, Ortega siempre ha estado cerrado en lo que para él es Europa. “Esa riqueza que ha tenido la Unión Europea la regaron, ese jardín lo regaron con la sangre de millones de seres humanos», dijo en octubre del 2022.
Mientras desprecia a Europa, hace ingentes esfuerzos por acercarse y estrechar lazos con regímenes semejantes al suyo y que representan un grave peligro para la paz mundial. Aunque siempre ha sostenido que Nicaragua no está de acuerdo con la proliferación de armas de destrucción masiva, cuando le toca defender a Rusia, Corea del Norte o Irán, no duda en justicarlas. Incluso firmó un acuerdo con Rusia para el desarrollo de la energía nuclear «con fines pacíficos», pero no por eso el 2 de febrero del 2023 se privó de soñar con tener algo que disuada a quienes, según él, lo amenazan.
“En este mundo lo que cabría es que todos buscáramos cómo traer nuestra armita atómica para que nos respeten, porque allí sí respetan, cuando saben que a ese que quieren aplastar tiene la arma atómica», dijo Ortega en una reunión en Managua con Hossein Amir-Abdollahian, canciller de Irán.
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