Javier Milei, un dirigente político autodefinido como liberal libertario y a quien los analistas consideran parte de la ultraderecha, asumirá la presidencia de Argentina el 10 de diciembre en un contexto de pocos aliados y muchos antagonistas en la región, según analistas.
Milei, de 53 años, ganó las elecciones presidenciales de Argentina con 55,69 % de los votos y 2,9 millones de boletas más que el oficialista Sergio Massa, del peronismo.
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Milei, apodado “El León” por su melena amarilla, es un disruptivo de la alternancia del peronismo/kirchnerismo versus el antiperonismo de los últimos 20 años en Argentina, impulsado por dichos, promesas y planes que pueden clasificarse “en el espectro de la extrema derecha”, explica a la Voz de América el politólogo argentino César Murua.
Por ejemplo, Milei insultó frecuente y vehementemente a los líderes de la izquierda y el comunismo en Argentina y fuera de sus fronteras, con expresiones críticas a los gobiernos de Cuba y Venezuela, incluso contra el Papa Francisco, a quien acusó de comunista.
Murua considera que Milei ha convocado a dirigentes que se asemejan a la “alt-right estadounidense”, un movimiento nacionalista de extrema derecha que ha respaldado la presidencia y candidatura para 2024 del republicano Donald Trump.
Trump dijo a Milei que estaba “muy orgulloso” de su triunfo en Argentina, mientras que Jair Bolsonaro, ex jefe de Estado de Brasil, con similares posturas ideológicas, le comentó que “la esperanza vuelve a brillar en América del Sur” con su victoria.
Murua, por su parte, prevé que las relaciones de Milei no serán “fluidas” con Brasil, el principal socio comercial de Argentina, y que esa coyuntura pudiera llegar a afectar “seriamente” el funcionamiento del Mercosur, que ambas naciones integran.
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Milei ha llegado a calificar al presidente brasileño como “corrupto” y “ladrón”, descartando una reunión entre ambos por tachar a Lula de “comunista”.
Entre sociedades y roces
El presidente electo de Argentina no parece tener “una política exterior definida, más allá de consignas genéricas ideologizadas sobre alineamientos con ‘el mundo libre’”, remarca Murua.
El consultor político argentino anticipa que Milei buscará aliados fuera de la región en su primera fase de gobierno y, solo “eventualmente”, intentará acercarse a gobiernos como los de Luis Lacalle Pou, de Uruguay, y de Santiago Peña, de Paraguay.
Milei tendrá “la difícil tarea” de lograr alianzas en una región donde los países “más grandes”, entre ellos Brasil, están gobernados por líderes de izquierda y centroizquierda, opina Geoff Ramsey, analista político sénior del centro de pensamiento The Atlantic Council.
Ramsey, con estudios especializados en asuntos internacionales, cree que el aliado ideológico más cercano del presidente electo de Argentina pueda ser Lacalle Pou.
“Pero, la verdad es que los dos países tienen intereses tan conflictivos, que es difícil imaginar que Argentina y Uruguay se lleven bien”, dice a la VOA.
Ramsey valora que los principales adversarios de Milei en la región suramericana “son claros”: Gustavo Petro, en Colombia, y Nicolás Maduro, en Venezuela.
Petro escribió la noche del domingo en X que la victoria de “la extrema derecha” que representa Milei es “una noticia triste para América Latina”.
Horas después, su gobierno emitió un comunicado para expresar “su firme disposición de trabajar para continuar profundizando los lazos de amistad y cooperación que han regido las relaciones de las dos naciones”.
Maduro, por su lado, catalogó este lunes como “neonazi” a Javier Milei y lo acusó de representar “un proyecto colonial” para Argentina, Latinoamérica y el Caribe.
“Para Colombia, va a significar mayores tensiones con Argentina. Es muy probable que Milei rompa las relaciones diplomáticas con Venezuela por completo”, anticipa Ramsey.
Comodidad con ciertos actores
Cruz Facundo, politólogo e integrante del Centro de Investigación para la Calidad Democrática de la Argentina (CICAD), opina que Milei “se va a sentir más cómodo con actores” como Nayib Bukele, que aspira a la reelección en El Salvador; Santiago Peña, votado presidente de Paraguay en marzo; y Luis Lacalle Pou, en Uruguay.
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“El resto de la región ha elegido espacios y actores que no solo se encuentran en las antípodas ideológicas (de Milei), sino que, además, en sus elecciones vencieron a personajes similares a Milei”, puntualiza Facundo en conversación con la Voz de América.
Bukele, considerado el mandatario con mayor aprobación popular en todo el continente, pareció defender a Milei ante las expresiones de Gustavo Petro tras su triunfo.
“Ahora dilo sin llorar”, contestó el presidente de El Salvador al mensaje en X de su homólogo colombiano, el domingo, añadiendo un emoticón de cara risueña.
Gabriel Boric, en Chile, país que comparte fronteras con Argentina, ha tenido expresiones y posturas propias de una izquierda moderada y más alejada de los proyectos políticos de Nicaragua y Venezuela, según analistas.
En Ecuador, el empresario y político Daniel Noboa, de 35 años, ganó la presidencia proyectándose como un defensor de la libertad del sector privado. Como Milei, asumirá su cargo en diciembre próximo.
EEUU será el foco de Milei
Estados Unidos será “el faro a mirar” para Milei, remarca Facundo, miembro de Pulsar.UBA, un observatorio de la opinión pública de la Universidad de Buenos Aires.
En política internacional, el presidente electo de Argentina prometió en su campaña alejarse de China y convertir a Estados Unidos e Israel en sus aliados.
El consultor político argentino advierte que terminan siendo “una total incógnita” los alineamientos de Milei con sus vecinos e incluso cuál será su plan de gobierno.
El nuevo presidente de Argentina propone dolarizar la economía, eliminar el Banco Central, reducir el gasto público y la dimensión del gobierno y sus ministerios, e incluso privatizar algunas empresas estatales.
Según Facundo, el mundo solo conoce en realidad “su plataforma electoral”.
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Alternancia tras el COVID-19, no progresismo
Ramsey, del Atlantic Council, advierte que es difícil categorizar a los jefes de Estado de América del Sur según sus posturas ideológicas, de derechas o izquierdas.
“Más que un enfoque ideológico, los votantes latinoamericanos quieren oportunidades económicas, sistemas legales funcionales y un orden próspero” y se muestran “frustrados con el statu quo”, opina, citando los ejemplos de Petro en Colombia, Lula en Brasil y ahora Milei en Argentina.
Facundo, de la Universidad de Buenos Aires, coincide.
“América Latina eligió alternancia antes que un giro a la izquierda”, apunta a la VOA, acotando que es la región que más alternancia ha mostrado en sus elecciones tras la pandemia por COVID-19.
Facundo sentencia que el común denominador en Latinoamérica “es el cambio, antes que el progresismo”, una doctrina que procura el desarrollo y el progreso de la sociedad en todos sus ámbitos, especialmente en el político y lo social.
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