El tiktoker Alex Adonis Medrano Martínez, cuyo nombre artístico es El Piojo Nica, ha vivido los 25 de años de vida que tiene en las montañas de Rosita, en el Triángulo Minero, en una comunidad que se llama Yakalwás, cerca del río Kukalaya.
Para llegar a la finca de su madre, si es verano, debe tomar un bus en Rosita que le cuesta 190 córdobas, llegar hasta el empalme de Layasiksa y luego viajar a caballo durante cuatro horas.
Si es invierno, lo mejor es ir al puente de Kukalaya, antes de llegar a la comunidad Sahsa, y tomar un bote que cuesta 130 córdobas por un recorrido de casi cinco horas. Al bajar, debe ir a pie media hora más.
En invierno, el camino por tierra se pone malo para viajar a caballo y, en verano, el río Kukalaya se pone difícil de navegar.
Vivir en esa zona impide que Medrano Martínez tenga fácil acceso a la tecnología. Fue hasta en el año 2016, cuando ya tenía 18 años de edad, que conoció los teléfonos inteligentes, a como se les llama a los que tienen pantalla táctil.
Desde que ese aparato llegó a sus manos, Medrano Martínez enloqueció con las redes sociales. Su sueño era subir videos a Youtube. Le habían dicho que así podía ganar dinero.
Creó un canal en Youtube, al que subió algunos videos, pero todo era muy difícil. La señal de internet no es buena donde él vive y gastaba mucho en recargas. No tenía presupuesto. Abandonó la idea del canal.
Denuncian detención de tiktoker que defendió a Sheynnis Palacios
Una vida de trabajo
Desde pequeño, Medrano Martínez ha cultivado la tierra. Sus padres, Adonis de Jesús Medrano Cerna y Mirna Martínez Torres, le enseñaron a sembrar granos, maíz y frijoles especialmente, así como yuca, plátano, guineo. También cría gallinas y cerdos.
La familia ha tenido muy poco ganado, porque la ganadería no está desarrollada en esa zona. Ahorita, él tiene dos vacas y su mamá tiene siete. Con la leche que producen, hacen cuajadas y las venden. Solo una vez a la semana dejan cuajada para el consumo familiar.
Medrano Martínez aprobó la primaria viviendo en Rosita, donde una tía. Pero, la secundaria se le hizo difícil. En ese tiempo todavía no había botes y en el invierno el camino se ponía intransitable para las bestias. Tres años intentó aprobar el primer año de secundaria, pero no pudo.
Se dedicó al trabajo, unas veces en el campo, otras en Siuna o Rosita. En Siuna trabajó seis meses en una tienda de celulares. En Rosita, en un aserrío.
Hace un año trabajó para una empresa constructora, como banderillero, dando vía a los vehículos en un tramo de carretera en construcción. En ese trabajo se sentía «en las nubes». Ganaba entre 20 mil y 22 mil córdobas. Nunca había ganado eso.
El proyecto se terminó y regresó a la finca, pero no solo, sino con una compañera de vida, Fanny Edipcia Hernández Valle, quien pronto dará a luz al primer hijo. A la muchacha la conoció mientras trabajaba como banderillero y la vio pasar a la escuela. Le pidió el número de teléfono y así nació la relación.
Surge el tiktoker
Hace apenas cuatro meses Medrano Martínez subió su primer video en la red social Tik Tok.
Le había comprado un teléfono celular a su mamá en cinco mil córdobas, que en Rosita lo cotizó a 10,000 córdobas, pero su madre se lo dio más barato.
Estaba en otra finca comprando unas gallinas cuando se puso a revisar Tik Tok y se le ocurrió pedirle a su hermano menor, Rafael, que lo grabara contando un chiste y subió el video a esa red social.
No tenía muchas expectativas, porque nadie se ríe cuando él cuenta un chiste, afirma. En ese momento, en su cuenta de TikTok solo tenía 50 seguidores. Por eso, se asustó cuando vio que el video tenía 200 mil reproducciones y dos mil me gusta.
@el_piojo_nica #me #compre #un #iphone … #humor #nica #dibercion #INESPERADO #divertido #parati #parami #tiktok #viral #fyp #alex #elpiojonica
Subió otro, contando una anécdota de la guerra de los ochenta en Nicaragua, y lo mismo: 100 mil reproducciones.
Después del tercer video, hizo otra cuenta de TikTok, a la que puso por nombre El Pijo Nica, porque en los comentarios a sus relatos de la guerra los usuarios le llamaban «comandante Piojo». Además, Medrano Martínez había visto los videos de otro tiktoker nicaragüense, la Liendra Nica. «Si hay una liendra, que haya un piojo», se dijo.
Al principio, Medrano Martínez usó como camarógrafos a su compañera de vida, a su hermanito Rafael y a otros dos niños. Hoy, se graba él solo, porque a los niños se los llevaron de la finca y su compañera muchas veces está ocupada con los quehaceres del hogar.
La inspiración de El Piojo Nica
Cuando graba un video, Medrano Martínez no escribe un guion antes. Todo es improvisado.
Las ideas las saca de las pláticas con sus amigos, de los chistes que le cuentan y de lo que ve en las noticias. Ahorita está aprovechando el boom de la miss Universo Sheynnis Palacios.
Subió un video en el que finge una llamada a la reina de belleza y es el más visto de todos los que ha subido en su corta carrera de cuatro meses como tiktoker: un millón 300 mil reproducciones.
Aunque no vivió la guerra de los ochenta, entre contras y sandinistas, Medrano Martínez publica muchas historias sobre ese conflicto. Se inspira en los relatos que desde niño le ha escuchado a un hombre de Rosita, Vidalito le llaman, que quedó con problemas mentales y siempre está hablando de esa guerra.
Medrano Martínez recuerda que cuando era pequeño y vivía donde su tía en Rosita, cada vez que Vidalito llegaba, corría a sentarse a su lado, porque ya sabía que iba a contar una anécdota de la guerra. Vidalito cuenta cosas raras sobre la guerra, como cuando le sacaron las venas y el corazón, o de cómo se sentía culpable porque la guerra había empezado porque él se estaba peleando con alguien más por una guayaba.
Además, en los videos, El Piojo Nica es muy diferente a su creador.
El Piojo Nica es muy guapo, guapo, guapo, tanto que le duele la cara y ya no aguanta las llamadas de las mujeres. En Rosita tiene cuatro, en Siuna tiene tres, dos en Puerto Cabezas, y así, a cada lugar que llega, le salen dos o tres novias.
Es un hombre espectacular, casi súper heroe, aunque se baña solo una vez al mes. Una vez fue al río a bañarse y cuando se percató había cientos de pescados muertos río abajo. Nunca supo por qué murieron los peces.
En cambio, Medrano Martínez es hombre de una sola mujer. Afirma que tiene seguidoras que le escriben, pero él inmediatamente les advierte que es comprometido, asegura.
En lo que sí se parecen El Piojo Nica y Medrano Martínez es en la vestimenta. Como trabajan en la finca, siempre andan con ropa raída, pantalones viejos y camisetas con hoyos. Eso sí, cuando Medrano Martínez va a Rosita, se pone su buena ropa.
Primer pago de TikTok
Medrano Martínez cuenta que TikTok no paga en Centroamérica por videos publicados. Solo en México, Estados Unidos, Europa y otros lugares del mundo.
En Nicaragua, los tiktokers solo pueden monetizar su trabajo con los regalos, en transmisiones en directo, Es decir, mientras se comunican con sus seguidores, estos últimos les envían rosas, manitos y otros emoticonos, que representan. Por ejemplo, una rosa vale un centavo de dólar, dice Medrano Martínez.
A El Piojo Nica se le ha dificultado hacer transmisiones en vivo, por la mala señal de internet.
En el día hay buena señal, pero se le dañó la batería del panel solar, además, en esas horas anda trabajando en los cultivos.
De noche, cuando está en casa, la señal es pésima.
No obstante, TikTok ya le notificó que le depositó 3,800 córdobas en una cuenta bancaria y, este viernes 24 de noviembre, Medrano Martínez estará en Rosita para retirarlos. Es su primer pago por su trabajo como tiktoker.
Tiene la meta de vivir de las redes sociales, porque le gusta ese trabajo. También piensa hacer producir más la finca y agrandarla.
De momento, hay gente que le desanima. «Dejá de estar haciendo esos videos y ponete a trabajar», le escriben. Pero, son más quienes le animan: «Siga adelante, usted tiene talento», le dicen.
You must be logged in to post a comment Login