Eran las tres de la madrugada del 17 de junio de 2022. Ese día, mientras muchos dormían, Olman Valle Hernández dejaba la comodidad de su casa, el amor de su madre y el de sus amigos. Estaba huyendo de las garras del régimen sandinista para recuperar su libertad en Estados Unidos, un país al que los dictadores nicaragüenses, Daniel Ortega y Rosario Murillo, llaman imperialista, pero que ha acogido a muchos desertores de su gobierno.
Olman Valle fue presentador de la Revista Primera Hora de Canal 2, un medio de comunicación en donde la familia Ortega-Murillo tiene acciones. Mauricio Ortega Murillo, uno de los hijos de los dictadores, es socio mayorista a través de Celeste S.A., por medio de la cual se tienen los derechos mayoritarios de TV Noticias, Primera Hora y el programa Luces, Cámara y Sazón.
Olman Valle Hernández en las oficinas del periódico El Reportero. Foto | Cortesía.
El ahora ex presentador de ese programa matutino rompió el silencio con Nicaragua Investiga desde San Francisco, California, Estados Unidos, donde vive actualmente. Él sostiene que ha sabido trabajarle a la empresa privada como al Estado de Nicaragua, pero no a la familia Ortega-Murillo.
Él cuenta que trabajó cinco años como divulgador de prensa en el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred), lugar en el que asegura que vio mucha corrupción. Luego le salió la oportunidad de trabajar para Canal 2. “En la Revista Primera Hora no se iba a decir: «Viva Daniel. Viva Rosario»”, confiesa Olman Valle, quien trabajó para ese programa nacional al menos un año y cuatro meses.
Los maltratos y abusos del poder
Este joven de 37 años asegura que vivió situaciones incómodas y supuestos maltratos laborales mientras trabaja para Canal 2. Uno de esos eventos eran las reuniones que le orientaban a los presentadores cosas que no se debían hacer. “Como parte de los maltratos que yo nunca estuve de acuerdo, eran los gritos de la productora, era bien bochornoso los regaños que hacía delante de los invitados”, denuncia.
También comparte que se grababan programas especiales fuera del canal, pero se presentaban limitaciones cuando viaja todo el equipo fuera de Managua. “Te trataban como mierda. A veces tenías que hacer el trabajo y poner de tu propio bolsillo para comer algo agradable en el camino. A veces había unos viáticos que eran una tontería en comparación con los gastos que uno hacía”.
Olman Valle cuenta más. “Te exigían la ropa que se iba a vestir, el manejo de las redes sociales. Incluso, a nosotros se nos exigía como presentadores de televisión que todas las actividades que hacía el gobierno, teníamos que difundir”. Él sostiene que el régimen siempre mantiene vigilancia política hacia todos sus trabajadores
“Cuando quieres entrar a un medio de comunicación de la familia Ortega-Murillo, lo primero que hacen es escanear. Incluso, mandan investigadores cibernéticos a revisar tus redes sociales para ver qué has escrito o que has publicado. Te monitorean constantemente lo que haces en tus redes sociales, por eso muchos servidores públicos han dejado de utilizar sus redes sociales para atacarlos”, enfatiza.
No se sentía libre
Olman Valle afirma que eso no fue lo que le habían vendido al principio, cuando tuvo la entrevista de trabajo. Supuestamente le habían dicho que el medio de comunicación era “neutral”.
No obstante, no es primera vez que se conoce este tipo de denuncias. Ex funcionarios públicos o trabajadores del Estado han revelado que el régimen les orienta difundir propaganda política a su favor en sus redes sociales.
“Yo decía: ¿Qué pasa? No soy realmente libre. En un medio de comunicación que al principio me decían que era completamente neutral, que no se metía en política, pero resultó siendo todo lo contrario”, declara sin temor.
También no titubea en decir que, a pesar de todas esas exigencias, le pagaban una poquedad: “No me da pena decirlo, cinco mil córdobas que te paguen al mes y que exijan tanto, es sorprendente”.
Periodista traidor
Pero hubo algo más que lo convirtió en un “periodista traidor”. Fue cuando inició la guerra entre Rusia y Ucrania. Él comenta que se solidarizó con Ucrania en su cuenta en TikTok. Luego de publicar el video, la productora del programa lo llamó y le dijo que por órdenes de arriba tenía que borrar la publicación.
“Después de cuestionar o criticar, me convertí en un periodista traidor, mal agradecido. Siempre llegaban a mis redes sociales amenazas del por qué me fui (a Estados Unidos)”, confiesa. Esto le sorprendió a él porque esas coacciones vinieron a pesar de que sus padres lucharon por la revolución sandinista; hasta una casa de su abuela sirvió como refugio para jóvenes que combatían contra la dictadura somocista.
“Pero al Frente Sandinista no le interesa eso, solo el bienestar y el danielismo enfocado a ese factor”, lamenta. Evidentemente, el régimen de Nicaragua ha demostrado que no tiene límites para repeler a quienes se opongan a su sistema político. Ortega arrestó a guerrilleros sandinistas que lucharon junto a él, pero que años después se alejaron por el camino autoritario que tomó.
Olman Valle Hernández en su primera cobertura como periodista del periódico El Reportero. Foto | Cortesía.
“Salí de Nicaragua peor que un delincuente”
La salida de Nicaragua de Olman Valle fue a las tres de la madrugada del 17 de junio de 2022, por un puesto fronterizo en Honduras. Ese día, una autoridad de Migración y Extranjería lo reconoció como periodista, aunque afirma que no ha trabajado en secciones “conflictivas” en el periodismo, como la de política.
El hombre de Migración, como ha ocurrido con otros que pasan esta misma circunstancia, le dijo que no podía cruzar a Honduras. “Pero después la pensó y me dijo: «vaya a sentarse al bus y no diga que es periodista, sino comerciante»”.
Dejó atrás el amor de su familia, la comodidad de su casa, el afecto de sus amigos. Todo eso para recobrar la libertad que le arrebató el régimen. Pero se acuerda de una frase importante que su mamá le dijo: “Prefiero verte lejos y no muerto o en la cárcel. Eso nunca se me va a olvidar”, comenta. “Salí de Nicaragua peor que un delincuente”.
Logró entrar a los Estados Unidos el 7 de julio de 2022 con 80 dólares en su bolsillo. Le tocó empezar desde cero. Los primeros días durmió en un sofá donde le sobraban los pies. Después le tocó buscar trabajo de lo que sea. El primero fue en una cafetería rodante que se ubica en frente de un hospital en San Francisco. “Me levantaba todos los días a las cuatro de la mañana para llegar temprano al trabajo”, dice.
“Me acuerdo de pasar vergüenza por no manejar muy bien el inglés. Una mujer me dijo en una ocasión: «Aquí es para hablar inglés, no para hablar en español». Me lo decían en inglés. También me decían: «¿Qué haces aquí si no hablas inglés? ¿Cómo nos vas a atender?» Esas cosas te lastiman, pero te hacen fuerte a la vez”, comparte. Sin embargo, reconoce que en Estados Unidos se siente bien, le han dado muchas oportunidades en tan poco tiempo y se siente a salvo de las garras del régimen.
Él no fue beneficiado con el parole humanitario, un programa que ofrece permiso temporal por dos años en Estados Unidos, y que muchos sandinistas y ex funcionarios del régimen han sido favorecidos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), revelaron que al menos 41,026 nicaragüenses fueron beneficiados con el parole humanitario. Las estadísticas también detallaron que, entre enero y julio de 2023, ese país ha acogido a 34,810 migrantes nicaragüenses que cruzaron ilegalmente la frontera.
Trabaja en un periódico
Olman Valle ahora trabaja en un periódico estadounidense. Hace tres meses investigó sobre los medios de comunicación de habla hispana, llamó por teléfono y dejó mensajes de voz. Afirma que buscaba una colaboración, aunque no le pagaran ni un dólar.
El sábado 9 de diciembre recibió una llamada del gerente general del periódico El Reportero, Marvin Martínez. Lo citó para hacerle una entrevista de trabajo. Lo pusieron a prueba con una nota y la pasó. Ahora ya hizo su primera cobertura periodística y han publicado su primera nota en el periódico. “Todas esas lágrimas que lloré en todo ese camino, ahora tienen sus frutos. Uno de ellos es volver a trabajar en un medio de comunicación como es El Reportero”, resalta.
“Para mí es un sueño hecho realidad estar en un medio de comunicación. Es una emoción lo que siento, pero tengo mucha responsabilidad. Es una forma diferente de hacer periodismo en Estados Unidos que en países latinos. Tengo que tener mucho cuidado para hacer las cosas bien”, indicó Olman Valle, quien no se arrepiente de renunciar a la Revista Primera Hora de Canal 2, pero que siente nostalgia por no poder estar con su familia dos navidades.
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