Este domingo 21 de enero de 2024, Ramón Moncada Colindres, hermano del Canciller de la República, Denis Moncada Colindres, entregó cartas credenciales al presidente de Irán, Seyed Ebrahim Raisi para ocupar formalmente el cargo como embajador de Nicaragua ante ese país.
Es un cargo controversial, no solamente por las relaciones tan estrechas que el régimen de Daniel Ortega mantiene con un país que tiene enormes conflictos con Estados Unidos, el principal socio comercial de Nicaragua, sino porque, además, expande el nepotismo sandinista en el Estado, una práctica considerada corrupta y que el actual régimen ha implementado a manera de prebenda, para congraciarse con sus principales aliados y aduladores.
Desde julio del año pasado, Ramón Moncada fue nombrado embajador de Siria e Irán, pero su cargo no había sido oficializado. El nuevo embajador de Irán fue miembro fundador del Ejército Popular Sandinista en los años 80 donde alcanzó el grado de teniente. Más tarde, trabajó en el área de urbanismo de la Alcaldía de Managua.
Un Canciller “consentido” por la dictadura
No es el único hermano que el canciller logra ubicar en el Estado, el pasado mes de noviembre, Ely Wilfredo Moncada Colindres fue nombrado embajador de Nicaragua en Argelia. La embajada en ese país fue reabierta, con el principal objetivo de emplear al familiar del funcionario público, aunque en la comunicación oficial se habló de activar “un comité conjunto de desarrollo económico y cooperación técnica”.
Se sabe muy poco de la experiencia profesional de Ely Moncada y, por tanto, las razones que habrían hecho pensar al gobierno sandinista que cuenta con las cualidades para ser parte del servicio exterior. Se sabe que al igual que su hermano Ramón, formó parte del Ejército Popular Sandinista y también ejerció funciones en la Dirección General de Migración y Extranjería.
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Para el analista político Israel Lewites Cornejo, estos nombramientos responden a una intención del régimen por premiar el conformismo de Moncada.
“La esposa y el hijo del patrón le pasan por encima y lo humillan internacionalmente y supongo que como premio de consolación ahora a los hermanos les designan un par de embajadas”, dice el activista en relación con el papel poco protagónico del canciller y a las claras invasiones a sus funciones que hace constantemente Laureano Ortega Murillo, hijo de la pareja dictatorial al que perfilan como potencial presidenciable.
Lewites cree que “el sandinismo ha impuesto un modelo en el que se premia al más servil, al más indigno y al más inescrupuloso para ocupar un cargo en el Estado nicaragüense”, por lo que “no valen aptitudes académicas, ni méritos ni evaluaciones para designar al mejor candidato”, sino que “todo gira en tener al mejor padrino, en tener argolla”.
También considera que estos casos se ponen en evidencia cuando estas personas caen en desgracia con la dictadura, y pone como ejemplo el caso de la magistrada Alba Luz Ramos, cuya salida del poder judicial representó a su vez la expulsión de más de una docena de sus familiares y allegados contratados por ella.
Para el Dr. Guillermo Belt, politólogo, diplomático e historiador, también es claro que en muchas ocasiones se han abierto embajadas en países con los que no hay ningún interés ni comercial ni cultural, con el único afán de tener espacios en los cuales ubicar “a personas adeptas al régimen como una forma de recompensarlos”.
El jefe de sus hermanos
Denis Moncada Colindres como canciller nicaragüense, seria el jefe inmediato de sus dos hermanos por ser el encargado de dirigir el servicio exterior, aunque en la teoría, porque en la práctica todas las instituciones del Estado están sometidas a la voluntad expresa de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La posición de los hermanos Moncada Colindres es un hecho sin precedentes en la historia diplomática reciente, opina el Dr. Guillermo Belt.
“Es decir, sus dos hermanos son los subalternos del canciller y es muy poco común que se permita una situación de ese tipo porque hay obvios posibles conflictos de interés entre la función oficial y el supervisor de todos los embajadores”, indica.
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Para este especialista, esta situación denota la “manera poco convencional o ajustada a las normas diplomáticas usuales con que se maneja el servicio exterior de Nicaragua, que en otra época fue un servicio exterior de buena reputación entre los demás cancilleres y cancillerías de América Latina”, manifiesta, al mismo tiempo que recuerda que parte de la pérdida de esa credibilidad, también se relaciona con los comunicados que evidencian «falta de profesionalismo y de apego a las normas de protocolo e incluso de buenos modales”.
La práctica hace crecer el nepotismo que el Frente Sandinista ha instalado en el gobierno, en el cual esposas, hijos, hermanos y parientes de mayor y menor grado de consanguinidad de la familia dictatorial y sus más allegados han sido beneficiados obteniendo jugosos salarios y bonificaciones de la planilla estatal, como lo ha documentado en varias ocasiones Nicaragua Investiga.
El canciller Moncada jugó un papel trascendental en la represión del actual régimen iniciada en 2018, al defender a nivel internacional los argumentos del sandinismo, que atribuyó la barbarie a una acción “necesaria” para controlar lo que ellos llaman un “golpe de Estado”.
Para Lewites el tema del nepotismo es una práctica que se ha “normalizado” o cuyo impacto se ha minimizado, pero para él tiene alcances de enormes proporciones, ya que cree que “destruye a la sociedad desde sus cimientos, porque sepulta los valores que traen desarrollo a una nación: el esfuerzo, la honradez y la disciplina”.
Insiste en que “el nepotismo no es un mal menor, porque estas familias que están parasitando al Estado nicaragüense, que están malversando nuestros impuestos, nos están dejando una pobreza material y espiritual que tardará muchas décadas en poderse erradicar”.
El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más coincide en que esos nombramientos son un premio a Moncada por «negar las graves violaciones de derechos humanos» y la muestra está en que a estas personas «no se les conoce trayectoria ni formación en carrera diplomática».
Cancillería, la “caja chica” del nepotismo
El Presupuesto de la Cancillería General de la República es al parecer, uno de los predilectos del régimen para el pago de favores políticos.
En 2019 se conoció que esta institución pagaba un salario mensual de más de 90 mil córdobas al expresidente salvadoreño Mauricio Funes, prófugo de la justicia en su país por desvío y blanqueo de fondos. La Cancillería nicaragüense, lo habría empleado desde 2017 como asesor de asuntos internacionales.
El hijo del exmandatario, Diego Funes, también estaba en la planilla de la Cancillería, con un salario mensual de más de 47 mil córdobas.
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Una investigación de este medio de comunicación reveló en 2022 que Cancillería, también tiene empleados a otros cinco supuestos asesores, que pintan como militantes sandinistas a quienes se les paga favores.
Uno de los casos más controversiales es el del jefe paramilitar Leopoldo Antonio Rivas Alfaro, a quien entre 2017 y 2022 el régimen le habría pagado con fondos de Cancillería casi millón y medio de córdobas por una supuesta “asesoría especializada en relaciones estratégicas, civiles, militares y de seguridad nacional”.
De acuerdo con la planilla estatal en poder de Nicaragua Investiga, Denis Moncada Colindres, con cédula de identidad 490-281148-0000T, devenga un salario mensual de 138,259.41 córdobas. Además, le pagan estadía, boletos aéreos y viáticos para sus múltiples viajes.