Desde que Daniel Ortega regresó al poder en enero de 2007, en Nicaragua no se volvieron a ver protestas de parte del gremio magisterial, atrás quedaron los constantes paros de labores y las tumultuosas marchas que le «aplicaron» a los gobiernos democráticos.

En ese entonces las protestas eran dirigidas por José Antonio Zepeda, el eterno secretario general de la Asociación Nacional de Educadores de Nicaragua (Anden), pero una vez que Daniel Ortega llegó al poder las presiones disminuyeron, y cuando se ubicó como diputado en la Asamblea Nacional y posteriormente en el Parlamento Centroamericano (Parlacen), lejos de levantar la mano para protestar lo que hizo fue hacerse de la vista gorda en relación a las necesidades del gremio.

“Los sindicatos fuimos aniquilados y el único sindicato blanco que está en Nicaragua es Anden, la Asociación Nacional de Educadores de Nicaragua, y José Antonio Zepeda brilla por su ausencia. José Antonio Zepeda prácticamente vendió las reivindicaciones sociales de los maestros por una diputación al Parlamento Centroamericano”, explica a Nicaragua Investiga el profesor Gabriel Putoy, miembro de la Unidad Sindical Magisterial, actualmente exiliado a causa de la persecución política.

Labor magisterial en caída libre en Nicaragua producto del adoctrinamiento político

Maestros en riesgo de ser despedidos

Putoy explica que los maestros de Nicaragua no tienen otra salida más que obedecer al régimen, y hasta tienen que aceptar los diplomas de jubilación con fotos de los dictadores.

“Si no nos presentamos a retirar ese diploma corremos el riesgo de ser despedidos automáticamente y después de eso nos espera la ley de las liquidaciones, que nos vamos a ir sin ningún centavo para nuestras casas”, alega el profesor.

Utilizados para adoctrinar estudiantes

“Como Unidad Sindical Magisterial nosotros nos hemos pronunciado no sólo a la violación de nuestros derechos como maestros activos y como jubilados, siendo violentados desde el aula de clases y ahora desde el reconocimiento para ser promovido o reconocido por nuestros méritos, no por los méritos de ninguna dictadura, ahora tenemos que soportar fotografías de los dos tiranos dentro de los diplomas”, sostuvo Putoy.

El docente expone que la finalidad de la dictadura es “ser aceptado por el pueblo que mayoritariamente los repudia” y quiere hacer llegar a toda cosa su discurso político a las aulas de clases para adoctrinar a los estudiantes a través de los maestros porque estos son “los pilares fundamentales” para poder incidir en la educación.

“La dictadura impone su voluntad en el aula de clases. Colegios estatales están siendo tomados como centros de los secretarios políticos, de las alcaldías, una extensión más de las alcaldías son los centros de estudios, adoctrinamiento de nuestros estudiantes a través del lenguaje partidario, a través de los símbolos y esto es un atropello más. Nos están queriendo imponer un símbolo en nuestros diplomas”, denunció el profesor Gabriel Putoy.