En la comunidad Buenos Aires de Wina, jurisdicción de la microrregión de Ayapal, en el municipio de San José de Bocay, en Jinotega, estremeció el crimen contra un padre y su hijo, quienes fueron acribillados a balazos por varios sujetos.
Los criminales llegaron hasta la vivienda de las víctimas y ahí acabaron con sus vidas para robarles dinero. Los comunitarios se declararon extremadamente preocupados porque se suponía que las víctimas debían estar seguros en sus viviendas. “Si uno no está seguro en su casa, ¿dónde podría?”, se pregunta un habitante de la zona.
Otro comunitario criticó el poco patrullaje de la Policía para garantizar la seguridad ciudadana en zonas alejadas. “Lo que sabemos es que faltan agentes y esto ha provocado que la delincuencia se aproveche”, agregó.
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Incrementan las fechorías
Un experto en temas de seguridad ciudadana que vive en el norte del país, señaló bajo la condición de anonimato, que los altos índices de violencia continuarán en las zonas rurales, debido al poco interés de las fuerzas policiales de garantizar el orden.
“La Policía es más un instrumento de represión. Los agentes están más abocados al asedio y a la persecución de todas aquellas personas que son señaladas de ser opositoras al gobierno, eso lo podemos ver en las zonas alejadas de la ciudad”, expresa el experto, quien perteneció a las filas de la sancionada institución.
El experto asegura que la delincuencia está incrementando en el país porque los malhechores están siendo motivados a delinquir debido a que cuentan con la posibilidad de ser liberados por los indultos que el régimen otorga a reos comunes bajo la figura del “perdón presidencial”.
“Esos indultos desmedidos, en donde están liberando a los reos sin el debido proceso de rehabilitación, está alentando a los delincuentes a cometer crímenes porque le han perdido el miedo a estar en cárcel, saben que más temprano que tarde, estarán libres”, observa el exagente policial.
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Primera masacre del año
El 2024 inició de forma violenta. El 8 de enero, en la comunidad de Haulover, en la Costa Caribe Sur, tres jóvenes fueron secuestrados y asesinados por un grupo de sujetos.
Las víctimas fueron identificadas como Ignacio Jackson Casanova, de 23 años; Chris Cooper Henríquez Pérez, de 20; y Deron Julias Humphreys, de 26. Según información de la Policía, los jóvenes fueron asesinados por un ajuste de cuentas tras el presunto robo de 15 sacos con marihuana.
El crimen causó molestia entre vecinos y amigos de las víctimas, quienes salieron a las calles para exigir justicia. Días después, la Policía presentó a varios sujetos, señalados de ser los responsables de los crímenes.
“Hablamos de cinco personas asesinadas en un mes, vemos el método, armas y violencia temeraria. Las autoridades deben preocuparse por estos hechos”, aconsejó el especialista.