Este 30 de mayo, Rosario Murillo, Vicepresidenta de Nicaragua ordenó la realización de un homenaje a Lidia Saavedra en el marco de celebración del Día de las Madres en el país.
En su mausoleo en el Cementerio General, decenas de integrantes de la Juventud Sandinista se presentaron a depositar flores, gritar consignas y a presentar bailes folklóricos y otras expresiones artísticas.
Sin embargo, lo curioso es que El 19 Digital, medio oficial de la Presidencia y bajo el mando directo de Rosario Murillo, destacó que Lidia Saavedra era la madre de «los Comandantes Daniel Ortega y Camilo Ortega», omitiendo por completo a Humberto Ortega, hermano menor del dictador caído en desgracia el 20 de mayo pasado, luego de ofrecer unas controversiales declaraciones al medio argentino Infobae, en las que cuestionaba la capacidad de liderazgo de la primera dama y su hijo Laureano Ortega para mantener fuerte al Frente Sandinista una vez que el dictador fallezca.
La venganza de Murillo en contra de su cuñado saltaron al ámbito más personal cuando este 28 de mayo, durante el acto de celebración del 45 aniversario del inicio de la Ofensiva Final, Daniel Ortega leyó un decreto para anular la condecoración que su hermano, Humberto Ortega, como jefe del Ejército de Nicaragua entregó al agregado militar de la Embajada de Estados Unidos en 1992.
Entonces un agresivo Daniel Ortega acusó al artífice de su carrera política de «traidor», «vende patria» y «»vergüenza nacional».
Rosario Murillo se sumó a las ofensas y cuestionó que la medalla de condecoración al oficial norteamericano llevara el nombre de Camilo Ortega, otro de los hermanos, muerto en un combate en Masaya en febrero de 1978.
Rivalidad de vieja data
La rivalidad de los hermanos Ortega ha sido un tema recurrente en los reportes periodísticos de los principales diarios y medios de comunicación en Nicaragua.
Esa rivalidad habría iniciado porque Humberto Ortega era el ideólogo de la tendencia tercerista que finalmente dio el triunfo al Frente Sandinista sobre Somoza en 1979. Sin embargo, una lucha de poder se desató entre los comandantes de la revolución por ocupar la presidencia del país. Para solventar el problema, Humberto, habría dejado en el puesto a su hermano mayor, a quien entonces consideraba falto de chispa y liderazgo y a quien creía iba a manipular fácilmente convirtiéndose en el poder tras el trono.
Sin embargo, Daniel Ortega resulto más astuto de lo que su hermano pensaba y terminó haciéndose con el control de todo el partido y haciendo a un lado a su hermano.
Para la muerte de su mamá en un 4 de mayo de 2005 a los 97 años de edad, las relaciones entre los hermanos estaban tan fracturadas que incluso llegaron a pelearse por el féretro de la matriarca de la familia y el Cardenal Miguel Obando y Bravo tuvo que intervenir.
En 2018 Humberto cuestionó las acciones de Daniel Ortega. Lo hizo en entrevistas con medios internacionales como CNN en español y en artículos de opinión que escribía para el diario La Prensa. A pesar de eso, dentro del ámbito opositor siempre tuvieron dudas de sus verdaderas intenciones.
Finalmente en la entrevista concedida al periodista Fabián Medina para Infobae, Humberto reconoció que las relaciones con su hermano habían mejorado considerablemente y que «mantenían comunicación».
En enero de 2023 se filtró a los medios de comunicación que ambos se habían reunido en la casa del exjefe militar luego de que Humberto presentara complicaciones de salud vinculadas a males cardíacos.
«A raíz de mi enfermedad, el presidente Daniel, mi hermano, restablece sus encuentros con mi persona, y ahora la comunicación es más natural, fluida», dijo Humberto a Infobae.
Aseguró que ese reencuentro había sido «constructuvo» y «oportuno» y que había servido para tener conversaciones sobre el panorama mundial y nacional.
«Intercambiamos puntos de vista, animados en contribuir en la superación de la crisis, los serios problemas que aquejan a toda Nicaragua, en particular desde el año 2018», destacó.
Pero las relaciones no estaban tan sólidas como Humberto creía, el día después de la publicación de esa entrevista su cuñada estaba enviando a una batería de agente policiales a rodear su casa y someterlo al régimen de casa por cárcel, mientras preparaba un evento de alta producción en el que se aseguraría de arrastrar su imagen a lo más hondo del desprecio de la militancia sandinista.
Hoy, Rosario Murillo ha dado el último zarpazo a su cuñado: lo ha retirado de la lista de hijos de la familia.