La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó la expulsión de Nicaragua del embajador de Brasil, Breno de Souza Brasil Dias da Costa, por no asistir al acto de la Revolución Sandinista, celebrado el pasado 19 de julio en Plaza La Fe, Managua.
El medio de comunicación Divergentes informó de la noticia mediante fuentes diplomáticas que aseguraron que el régimen le dio un plazo de “15 días” al diplomático para retirarse del país, y que no han hecho pública la expulsión para “evitar” un escándalo.
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“Como te dije, le dieron 15 días para irse. Brasília quiere evitar un escándalo y lo van a retirar ellos. Pero cuando un embajador es removido del puesto tiene dos meses para salir. Hay que hacer una licitación para conseguir una compañía de mudanza y un montón de cosas”, explicó la fuente diplomática a Divergentes.
Nicaragua Investiga envió un correo a la embajada de Brasil en Managua, pero hasta el cierre de la edición de esta nota no hubo respuesta. También se consultó al número de WhatsApp de consultas consulares, pero la última conexión fue el jueves 1 de agosto.
Divergentes conoció que Brasilia dejará en la embajada de Managua únicamente a un encargado de negocios.
El embajador brasileño presentó en agosto de 2022 las cartas credenciales ante el canciller Denis Moncada Colindres.
Ortega evitó hablar con Lula
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reveló el pasado 22 de julio, días después del acto de la revolución sandinista, que Daniel Ortega no le atiende el teléfono desde que el papa Francisco le pidió que intercediera por la situación del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, ahora desterrado al Vaticano junto a otros 18 religiosos.
“Conversé con el papa y él me pidió que conversara con Ortega sobre un obispo que estaba preso”, dijo Lula en una entrevista con corresponsales extranjeros. “Lo concreto es que Ortega no me atendió el teléfono y no quiso hablar conmigo. Entonces, nunca más hablé con él”, agregó.
Daniel Ortega le dejó de hablar a Lula Da Silva. Este fue el motivo
“Yo hablaré con Ortega para que le puedan dar la libertad porque es necesario aprender a pedir perdón (…) y reconocer este error”, dijo Lula, en ese entonces, tras conversar con el papa Francisco durante 45 minutos en el Vaticano.
“Estas cosas (reconocer un error) no siempre son fáciles porque no todos son lo suficientemente grandes como para disculparse”, prosiguió.
Tanto la embajada de Brasil como el régimen Ortega- Murillo, no han confirmado sobre la expulsión del diplomático.