En una reciente entrevista en el medio oficialista Canal 4, el diputado oficialista Wálmaro Gutiérrez, reconocido servidor del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, defendió la política económica y las alianzas estratégicas con China y Rusia, pese a que estas siguen sin representar mayor peso comercial en las exportaciones de Nicaragua.
“Gracias a estas relaciones estratégicas, Nicaragua diversifica sus mercados y reduce su dependencia de socios tradicionales. Estas alianzas no solo garantizan mayor dinamismo productivo, sino también estabilidad y oportunidades para los sectores más vulnerables”, afirmó Gutiérrez.
En contraste, China, promocionada por Gutiérrez como un socio estratégico, apenas representó una fracción mínima del comercio exterior en el primer trimestre de 2024, mientras mercados tradicionales como Estados Unidos, Canadá y El Salvador concentraron más del 60% de las exportaciones.
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El más reciente informe de comercio exterior publicado por el Banco Central de Nicaragua, destaca que de enero a septiembre de 2024 las exportaciones sumaron 5,885.8 millones de dólares, reflejando un incremento interanual de 0.1 por ciento, explicado por el incremento de 1.7 por ciento en las exportaciones de mercancías y disminución de 1.8 por ciento en las de zona franca.
La participación de China en las exportaciones de Nicaragua sigue siendo marginal con apenas 40.7 millones de dólares, una cifra que contrasta notablemente con la influencia económica de Estados Unidos, país al que el régimen tilda como enemigo; pero que continúa representando el principal destino de sus ventas al exterior, concentrando el 38.4 % del valor total.
En comparación, otros socios comerciales como Canadá (10.9 %), El Salvador (10.5 %), México (4.8 %), Costa Rica (4.6 %), Bélgica (3.6 %), Guatemala (2.8 %), Honduras (2.5 %) y Panamá (2.1 %) también superaron ampliamente la contribución de China, evidenciando que, a pesar de los intentos del régimen por fortalecer los lazos con Pekín, su impacto en la economía exportadora nicaragüense sigue siendo prácticamente insignificante.
En una narrativa que busca justificar las políticas económicas y sociales de un gobierno señalado internacionalmente por su carácter represivo y autoritario, Gutiérrez intenta pintar un panorama económico positivo a pesar de las constantes denuncias de corrupción, violaciones a los derechos humanos y aislamiento internacional que enfrenta Nicaragua.
Gutiérrez destacó un crecimiento económico sostenido desde 2020, atribuyendo este logro a la «seriedad y responsabilidad» del gobierno en la gestión de las finanzas públicas.
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Régimen endeuda Nicaragua con préstamos a China
El Presupuesto 2025 de Nicaragua se encuentra marcado por una dependencia creciente de los préstamos chinos, a pesar de que este país asiático no representa ningún peso significativo en las exportaciones nicaragüenses.
Ortega y sus allegados han firmado acuerdos de inversión con empresas chinas que prometen financiar proyectos millonarios como un aeropuerto en Punta Huete, una fase de la carretera Costanera, tres plantas solares y esferas para almacenamiento de gas.
Sin embargo, estos acuerdos están ligados a préstamos con altísimas tasas de interés, que rondan entre el 9% y el 10%, y con plazos de gracia cada vez más reducidos, lo que implica una carga financiera abrumadora para el país.
Según el diputado oficialista, la economía del país ha crecido un 19.7% acumulado entre 2020 y 2023, sin mencionar la relevancia de las remesas que los nicaragüenses en el exterior envían a sus familiares y que sostienen las finanzas de Nicaragua.
Las cifras de crecimiento que presenta Gutiérrez contrastan con la percepción de la ciudadanía, donde el desempleo, la precariedad laboral y la emigración masiva continúan siendo problemas estructurales.
El diputado también defendió el superávit fiscal proyectado de más de 4,000 millones de córdobas en el presupuesto 2025, insistiendo en que esto refleja la confianza del sector privado en la gestión gubernamental.
No obstante, este superávit podría estar vinculado a un control autoritario sobre la economía y el aumento de los tributos, que recaen desproporcionadamente sobre la población.