Nicaragua registró la llegada del primer caso de COVID-19 el pasado 18 de marzo, y desde entonces en el país aún no se han establecido medidas contundentes para reducir los contagios, y las cifras continúan siendo altamente cuestionadas.
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Este viernes el Observatorio Ciudadano publicó una nota de prensa en la que señala que a casi 6 meses del reporte del primer caso de COVID-19 en Nicaragua se desconoce la verdadera situación de la infección, “no ha habido informes de prevalencia, se desconocen los datos reales del número de enfermos leves, moderados y graves y, aún en el caso de los fallecidos, se desconoce la verdadera magnitud de la pandemia”.
El Observatorio Ciudadano destaca que “la ausencia de una respuesta responsable y adecuadamente guiada por las autoridades nacionales ha significado una serie de sacrificios de la ciudadanía, para su salud física, su salud mental y su vida”.
Además, que ha generado desconfianza en la población hacia el sistema de salud, tanto de hospitales públicos como privados.
Por lo que llaman al Ministerio de Salud (Minsa) a cumplir con su responsabilidad de “informar a la población para que conozca sus riesgos y de esta manera sepa cómo protegerse”.
Casi medio año después las cifras reales continúan en duda
El independiente Observatorio Ciudadano reporta un acumulado total de 10,205 casos de COVID-19 en Nicaragua hasta este pasado 9 de septiembre. Y un total de 2,707 muertes, las cuales en su mayoría se han localizado en la capital del país.
Minsa reporta solo tres fallecidos por covid-19 en la última semana
Managua es hasta el momento el departamento con mayores incidencias del virus, pues acumula la mayor cantidad de casos y muertes sospechosas. Los otros departamentos que registran notables puntos de contagios son Matagalpa, León y Masaya.
Esta semana se ha registrado un municipio más afectado por el COVID-19 que la anterior, según información del Observatorio Ciudadano.
Mientras tanto el Minsa sostiene oficialmente un total de 4,818 personas contagiadas y 144 muertos desde la llegada de la pandemia.
El Observatorio Ciudadano rechaza que, incluso después de estas cifras, no se ha realizado “un solo estudio de prevalencia, ni entre poblaciones de mayor vulnerabilidad, como los mayores de 60 años o los y las trabajadores de la salud, menos aún entre la población en general”.
El equipo interdisciplinario ha reportado un total de 2,346 irregularidades, en donde un 37.8% responden a la exposición de personas en actividades o aglomeraciones.
Falta de medidas afecta el bolsillo de los nicaragüenses
Sumado a la crisis económica que enfrentan los nicaragüenses desde 2018, ahora se deben enfrentar mayores “gastos de bolsillo” para la atención privada de la enfermedad.
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Las personas que han laborado en casa desde hace casi seis meses han asumido desde entonces mayores gastos de luz e internet, han aumentado las labores de las mujeres dentro de sus hogares, y se han modificado las actividades de entretenimiento en los hogares, lo que ha reducido considerablemente la actividad económica del país.
La escasez y acaparamiento provocó un aumento injustificado en los precios de productos básicos de higiene y protección sanitaria, precios que ahora enfrentan una caída. Y todos estos gastos han repercutido en el bolsillo de las familias, sobre todo en las de aquellas que viven en situación de pobreza.
A casi seis meses de la llegada del COVID-19 a Nicaragua y ante la incertidumbre por la prolongación de una posible vacuna, las perspectivas continúan negativas.
La cantidad exacta de casos activos son desconocidos, así como las zonas en las que existen mayores riesgos, y si el país continúa sin establecer medidas oficiales, la inevitable contracción económica caerá con mayor fuerza sobre los sectores vulnerables.
Nicaragua Investiga
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