El 28 de agosto de este año se conoció que el reo político, Justo Rodríguez, se encontraba delicado de salud dentro de Sistema Penitenciario Jorge Navarro. El 31 de ese mismo mes una abogada denunció que Rodríguez había sufrido un derrame cerebral y se encontraba en el Hospital Lenin Fonseca, y luego fueron informados los familiares.
Rodríguez de 68 años, lleva más de dos meses hospitalizado bajo la custodia de cinco agentes policiales, pese que su recuperación ha sido lenta y la mitad de su cuerpo no reacciona como consecuencia del derrame cerebral. Los familiares ven imposible que el reo político vuelva a caminar.
Emérita Rodríguez, hermana de Justo Rodríguez, conversó con Nicaragua Investiga, y manifestó que su sobrina pasó más de un mes al cuido de su tío y producto de esta decisión tuvo que dejar su trabajo. Jazmina Rodríguez, hija de Emérita es la persona que ahora está al cuido del preso político, pero solo tienen derecho de verlo una vez al día.
Presos políticos de Nicaragua inician huelga de hambre
Familiares se siente como reos dentro del hospital
La «custodia» de los oficiales es constante hasta el punto que los familiares se les resguarda hasta para ir al baño del hospital y las compras que deseen realizar en las afuera del centro hospitalario, tiene que hacerlo un policía. Además que los teléfonos del familiar que está al cuido es totalmente prohibido, denuncia la hermana de reo político.
«Nosotras custodiadas porque nos tienen en UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), y ahí está una muchacha que la ponen en la mañana, otra en la noche. Nosotras también estamos como presas ahí que no podemos salir», denuncia Rodríguez.
Los familiares han sufrido afectaciones en su economía por el gasto constante. Este 14 de octubre, Emérita Rodríguez contaba con 200 córdobas que gastó en pasaje para ir al hospital. «Yo estoy cansada, yo quisiera tener una ayuda para sacarlo de allí», clama Emérita Rodríguez, de 70 años.
«Me arruinaron mi vida»
Según los familiares, Justo Rodríguez pierde el conocimiento constantemente y no se acuerda de nada; sin embargo, cuando se le pregunta cómo se siente, él responde: –»yo me siento mal, me arruinaron mi vida esta gente, se desgraciaron en mí», afirma su hermana.
Rodríguez ha sufrido cuatro operaciones en el periodo que ha estado hospitalizado. «Después que le hicieron las tres operaciones en la cabeza, le hicieron otra buscando el cerebro para meterle una sonda para que le llegara oxígeno, porque le estaba volviendo a fallar el oxígeno al cerebro», manifiesta Rodríguez.
Rodríguez no ha querido comer en las últimas semanas puesto que los policías permanecen vigilante ante él, y esto le ha provocado una pérdida de peso. «Yo no quiero ver a esa gente», dice el reo refiriéndose a los oficiales.
Presos políticos prometen zurcirse los párpados en símbolo de protesta
La desesperación de Emérita Rodríguez ha llegado al punto de pedirles a los oficiales que le ayuden de alguna manera para que su hermano pueda retornar a su casa, ubicada en la Isla de Ometepe. Ella teme que vuelva a la cárcel y tenga una recaída nuevamente, pero las súplicas no han sido escuchadas.
«Al muchacho policial que llega a verme le dije: ayúdame para ver si me lo puedo llevar, ¿qué hacen ustedes con un inválido que se lo vuelvan a llevar ahí (a la cárcel)? Él no tiene mamá, no tiene papá, no tiene hijos: su familia son sus hermanos», le suplicó a un agente policial, que solamente respondió que iban a ver supuestamente cómo le iban a ayudar, algo que considera incierto Emérita Rodríguez.
Están atentando contra la salud de Justo Rodríguez
La abogada Yonarqui Martínez, defensora legal de Justo Rodríguez, acota que la mayor preocupación es que el señor no se está alimentando, lo cual lo valora como símbolo de protesta y esto puede agravar más la salud del preso político.
«Es bastante preocupante lo que está pasando con don Justo y están atentando contra la salud misma de él, porque está siendo torturado psicológicamente. Desde que entró ha sido fuertemente custodiado, amenazado e intimidado y asediado dentro de la sala por los oficiales», denunció Martínez.
De acuerdo a la jurista, no debe haber oficiales porque está en un centro asistencial con los cuidados médicos requeridos y «sin que los custodios signifiquen una tortura para él». «Ellos son los responsables de tenerlo en el hospital, y aún más, la presencia de ellos dentro de la sala, para él es deprimente», manifiesta Martínez.
Agrega que se le violentan sus derechos humanos por la tortura psicológica que recibe por la presencia policial.
Madre denuncia que su hijo fue asesinado por el Ejercito de Nicaragua
Por otra parte la abogada tuvo una audiencia de apelación el 14 de octubre donde solicitó que se revise la sentencia para que sea anulada. «Antes que los magistrados dieran su resultado, dieran su beneficio condicional de la pena, que es un beneficio que se le da a cualquier ciudadano que tiene una pena menor de cinco años», destaca Martínez, y agrega que hasta el momento el tribunal de apelaciones no se pronunció, ni el médico forense ha llegado al hospital. ç
«Vemos una falta de voluntad de parte del Sistema Judicial, así como el Ministerio de Gobernación y las diferentes entidades», dice la abogada de Justo Rodríguez, quien agrega que se sentiría mejor de salud de Rodríguez si le da de alta médica.
Justo Rodríguez fue detenido en abril de este año en la Isla de Ometepe junto a otras seis personas que se encontraban con un grupo de pobladores ondeando la bandera de Nicaragua en conmemoración de los dos años de la «rebelión de abril».
You must be logged in to post a comment Login