El subsecretario de Estado para asuntos del hemisferio occidental de Estados Unidos, Michael Kozak, señaló este miércoles que los EEUU está listos para poner presión contra el gobierno de Daniel Ortega para la instauración de reformas de cara a los comicios electorales este próximo 2021. Aunque el diplomático no precisó el tipo de sanciones que podrían estar otorgándose en caso que Ortega se rehúse a efectuar las reformas, sí aseguró que tienen «mucho espacio para aumentar en Nicaragua la presión dentro del marco de sanciones».
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«Los EEUU están listos para poner presión contra el gobierno de Ortega e instaurar las reformas que se merecen la gente, y hasta ahora vamos a seguir utilizando sanciones y las herramientas a nuestra disposición» dijo Kozak a través de una llamada telefónica
Consenso internacional
Kozak destacó que el gobierno de Estados Unidos no ha sido el único en ejercer presión al gobierno nicaragüense, recordando que desde la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE) también se aprobaron recientemente resoluciones en favor de una restauración democrática.
«No solo Estados Unidos, hay gran consenso internacional», pero admitió que aunque no están solos en la labor, si han sido uno de los gobiernos «más activos en cuanto a poner presiones concretas contra el gobierno para que hagan estas reformas».
De igual forma, ante los miedos que han surgido respecto a si el pronto cambio de gobierno en Estados Unidos afectaría las medidas implementadas hasta el momento, Kozak destacó que en Nicaragua algunas de estas medidas fueron por decisión bipartita, es decir tanto de republicanos como demócratas, por lo que «se están viendo labores de ambos partidos», lo que indica que no deberían existir dudas respecto al apoyo que se continuará presentando.
«No solamente este gobierno (de Donald Trump) ha estado actuando más, sino que hay gran interés en ambos lados, de ambos partidos, para que Ortega tome en serio el tema» y agregó que «Nicaragua se merece mucho más que esto y el pueblo de los Estados Unidos apoya a la gente de Nicaragua».
La situación empeora
A medida que cierra el año 2020 y se acerca cada vez más el periodo electoral, el presidente Daniel Ortega continúa sin dar indicios de una implementación de reformas electorales tal y como ha sugerido la OEA y otros gobiernos a nivel internacional, en cambio ha llevado a cabo la implementación de polémicos cambios en la legislación para continuar reprimiendo las manifestaciones civiles y la libertad de expresión.
Ortega y la Asamblea, en su mayoría sandinista, ha lanzado tres nuevas restricciones legales para limitar aún más a los nicaragüenses de participar en procesos democráticos, las cuales según Kozak hacen la situación «incluso peor de lo que era antes de la resolución de la OEA, lo que no es una buena señal en cuanto a sus intenciones».
Recuerda que en las últimas elecciones en Nicaragua «él (Ortega) tuvo toda oportunidad para hacer esto bien, podría haber tenido observadores internacionales, podría haber sido muy escrupuloso en el recuento de votos y hacerlo con transparencia» pero en cambio se ejecutó un proceso altamente cuestionado «a pesar de que no hubo ninguna oposición, pero tenía tanto miedo de unas elecciones reales que tuvieron que hacerlo así de manera falsa».
La ejecución de un proceso fraudulento ha tenido consecuencias reales según el embajador pues solo unos años después, cuando se dieron las protestas por las reformas al seguro social, «un gobierno legítimo pudo haber enfrentado esas protestas sin problema, en cambio como es ilegítimo las protestas contra él fueron más fuertes y tuvo que reprimirlas».
¿A quiénes afectan realmente estas leyes?
Una de las nuevas medidas aprobadas por el gobierno ha sido la Ley de Regulación a Agentes Extranjeros, la cual refiere que individuos u organizaciones que reciban bonos desde el extranjero se registren con el gobierno y cumplan con una variedad de requisitos.
Sin embargo, aunque la ley parece estar dirigida a agentes extranjeros, el diplomático estadounidense cuestiona que de hecho es para los medios independientes y la sociedad civil en general pues «los verdaderos agentes que están interfiriendo en el país (Venezuela, Cuba y Rusia) no se ven afectados por esta ley, entonces simplemente lo que el régimen busca, y está muy feliz, de que estos otros poderes extranjeros participen en las políticas nicaragüenses, a la vez de que bloquea a los ciudadanos nicaragüenses, a los grupos de la sociedad civil y a los medios de comunicación a que participen en su propia sociedad» por lo que considera que el nombre de la misma «es muy equivocado». La misma oposición nicaragüense ha cuestionado que su fin es bloquear la participación de candidatos en los comicios del 2021.
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El lenguaje ambiguo de las recientes leyes (Ley de Agentes Extranjeros, Ley de Ciberdelitos y la implementación de Cadena Perpetua) da espacio a que puedan ser utilizadas como mecanismos de represión para silenciar a cualquier oposición al gobierno de Ortega. Estados Unidos ha reconocido que estas «son barreras a la participación democrática» y todo previo a las elecciones, por lo que sostienen que implementaran herramientas para presionar a Ortega en caso que no se lleve a cabo lo establecido en la resolución de la OEA sobre crearse condiciones para ejecutar elecciones legítimas.
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