El Senado estadounidense aprobó recientemente la Ley de Reforzamiento de la Adhesión a la Reforma Electoral, mejor conocida como Renacer, por medio de la cual se urge a la administración de Joe Biden a que examine la participación de Nicaragua en el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica. Una posibilidad que preocupa a varios nicaragüenses.
Senado estadounidense aprueba ley Renacer contra Daniel Ortega
El tratado de Libre comercio entre los Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-CAFTA) fue negociado entre los años 2003-2004, y ratificado finalmente por la Asamblea Nacional el 10 de octubre del año 2005, entrando en vigencia plena en Nicaragua en abril de 2006. Al ser Estados Unidos el principal socio comercial del país, el DR-CAFTA tiene gran importancia.
A través de dicho tratado comercial, Nicaragua puede intercambiar una gran variedad de productos, servicios y mercancías a tasas preferenciales con Estados Unidos, es decir, a menores niveles de impuestos y aranceles. Por lo que la aplicación de la Ley Renacer no solo tendría un impacto político, sino también económico.
Relaciones comerciales EEUU-Nicaragua
A pesar de que el presidente nicaragüense, Daniel Ortega Saavedra, arremete constantemente en contra de Estados Unidos durante sus discursos públicos, acusando a «los yanquis» de querer «desestabilizar» el país, al igual que ha sucedido con Cuba y Venezuela; uno de los principales puntos que el mandatario pasa por alto en sus declaraciones es el hecho de que Estados Unidos es el principal socio comercial de Nicaragua.
Los principales pilares de la economía nacional son las remesas, las exportaciones, el turismo, la inversión extranjera y la cooperación internacional. En el caso de las remesas, datos del Banco Central de Nicaragua (BCN) revelan que el 61.3% de estos flujos provienen de nicaragüenses que residen en Estados Unidos.
El economista Enrique Sáenz, considera a Ortega como un «anti imperialista de mentira», pues «con ningún gobierno en la historia económica reciente de Nicaragua el Estado ha dependido tanto de la economía norteamericana»; y cuestiona que no emita «una sola palabra ni siquiera de reconocimiento para el trabajo y el sacrificio de los nicaragüenses en Estados Unidos».
En cuanto a las exportaciones, Sáenz destaca que más del 40% de los ingresos por exportación de mercancías proviene de las exportaciones hacia Estados Unidos al amparo del CAFTA, «más de 100 mil de trabajadores de las zonas francas dependen de estas exportaciones, evidentemente se trata de una economía muy vulnerable frente a cualquier acción que se pueda tomar».
«Oro, langosta, camarones, peces, lácteos, carnes, café, azúcar, prácticamente de todo lo que se produce en Nicaragua se vende en Estados Unidos, obviamente cualquier afectación al CAFTA tendría efectos devastadores en la economía nicaragüense» detalla Sáenz. De hecho, desde la entrada en vigencia del DR-CAFTA las exportaciones desde Nicaragua hacia los Estados Unidos han incrementado aproximadamente en un 70%.
Implicaciones de exclusión del DR-CAFTA
Para el economista, «habría que meditar muchísimo las medidas, de manera tal que sean efectivas pero que no se transformen en un boomerang que al final terminen beneficiando a Ortega», ya que esto podría convertirse en un «instrumento» al cual el gobierno actual podría culpar de la crisis económica y social.
El economista Maykell Marenco, detalló a través de una publicación en redes sociales que perder «este importante mercado también afectará los flujos de inversión, cooperación e ingresos por turismo». Asimismo, enfatizó que investigadores han examinado el impacto de las sanciones económicas en las relaciones internacionales, de las cuales solo un porcentaje mínimo han logrado ser verdaderamente efectivas y con periodos de duración de hasta 10 años.
Dichos estudios, incluso reconocen que la implementación de sanciones económicas puede desembocar en que el Estado sancionado acabe recibiendo ayuda económica por parte tanto de aliados suyos, como de enemigos del Estado sancionador.
Datos del Banco Central revelan cómo Nicaragua recibe cada vez menos ayuda bilateral
Para Marenco la medida es de alto riesgo, pues «habría un impacto generalizado y los únicos que no poseen un colchón financiero para amortiguar el golpe son los nicaragüenses», ya que, aunque se disminuiría la recaudación, la presión «no necesariamente sería suficiente para que el objetivo de la expulsión se cumpla, ya que aún habría acceso al presupuesto de Estado, los flujos de cooperación y donaciones».
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