Pese a que el régimen de Daniel Ortega se ensalza continuamente destacando supuestos avances de Nicaragua en la equidad de género, en el número de mujeres que ocupan cargos de dirección y en los reconocimientos que algunas organizaciones internacionales le han hecho, la realidad dista mucho de ese edulcorado discurso.
De acuerdo a las denuncias, Nicaragua es un país donde las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres son perseguidas desde hace más de una década, donde hay feministas presas y donde estas organizaciones no marchan siquiera debido a que Ortega prohibió las marchas a la oposición. Las organizaciones feministas son consideradas “opositoras” por el oficialismo.
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Para Claudia Tenorio, feminista y defensora de derechos humanos, el discurso oficial es cínico y vacío, ya que sus propias acciones lo contradicen. «Hay 14 mujeres presas políticas, mujeres defensoras de derechos humanos, mujeres activistas, mujeres de la sociedad civil, mujeres que fueron secuestradas por pensar diferente, y la dictadura Ortega Murillo las ha estado torturando, violentando», manifestó Tenorio, quien se encuentra exiliada en Costa Rica.
Otra feminista que habló bajo condición de anonimato, resaltó que los Ortega han intentado «encubrir con propaganda su incapacidad de lucha contra la violencia hacia las mujeres» y la impunidad.
“Nicaragua es un país en el que hasta marchar es un delito. Antes cada vez que marchábamos, nos enviaban un montón de antimotines, porque es falso que todo esto haya empezado en el 2018, la persecución, la represión, en particular, hacia organizaciones de mujeres, tiene años de esta sucediendo”, expresó.
Tenorio es enfática al resaltar que la única imagen que da el régimen Ortega Murillo a nivel internacional es la represión brutal contra todos los nicaragüenses, incluyendo las mujeres. «Prueba de eso es que hoy no van a poder marchar las mujeres en Nicaragua, ni una sola puede alzar su voz, las van a a apresar», aseguró, pidiéndole a la comunidad internacional que escuche los clamores de justicia y libertad de los nicaragüenses.
La activista negó que en Nicaragua haya equidad de género y resaltó que «no es suficiente para hablar de empoderamiento de la mujer», debido a la realidad que existe en cuanto al crecimiento de cantidad de femicidios y a la liberación de «delincuentes» presos, incluyendo femicidas.
Murillo contra el feminismo
En Nicaragua el abuso sexual contra las mujeres ha sido un problema recurrente. En 1998 el país se vio sacudido con la denuncia de abuso sexual de Zoilamérica Narváez, hija de Murillo, contra el caudillo sandinista Daniel Ortega. Murillo acusó de mentirosa a su propia hija y respaldó a Ortega.
Aunque su madre le dio la espalda, los grupos feministas apoyaron a la joven en su denuncia.
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Tras el regreso del FSLN al poder, Rosario Murillo, número dos del régimen, no negó ni ha negado su animadversión hacia las feministas. El 27 de agosto del 2008 publicó un articulo titulado “El feminismo chatarra y las guerras de baja intensidad”. En este expresaba que “Ese falso feminismo, usurpador político de luchas y emblemas, ha convertido en ‘causa’ la enfermedad mental, la frustración, y la venganza mitomaníaca y personal, que atiborra páginas y titulares destacadísimos”.
«El falso feminismo, en todo caso, de falsas profetas y sacerdotisas, no nos hace justicia. Al contrario. Nos busca y persigue, para prendernos fuego como augusto Tribunal de Inquisición, sólo que hoy la hoguera es mediática, como corresponde a estos tiempos postmodernos, de imagen, frivolidad y entretenimiento. De invasión y dominación cultural, además», decía Murillo, en lo que se avisoraba como una guerra contra estos grupos defensores de los derechos de las mujeres.
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