“Le esperaba con ansias y contaba los días que faltaban para que naciera, pero cuando me dijeron que ya no latía su corazón se me derrumbó la vida y me quería morir”, dijo entre sollozos la angustiada mamá, quien asegura que no fue atendida a tiempo y que por esa razón su bebé nació muerta.
En mayo del 2021 Scarlett Judith Campos Muñoz, de 19 años, se enteró que estaba embarazada. Fue programada para dar a luz en la primera semana del mes de febrero del 2022, pero las cosas no salieron como esperaba.
Los primeros meses transcurrieron sin complicaciones, asegura la joven primeriza. Sin embargo, cuando faltaba un mes para su parto presentó un inusual sangrado y fue puesta en observación en la Casa Materna Martha Angélica Quezada.
«Mi embarazo fue normal. Algunas doctoras me atendían bien, no corría ningún peligro», comparte la joven originaria de La Paz Centro, municipio de León y quien llevaba su control prenatal en el hospital primario “Noel Ortega” de esa localidad.
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Nunca fue valorada por una ginecóloga
La joven mamá aseguró que no obtuvo la asistencia por parte del personal médico del centro hospitalario de La Paz Centro.
«Nunca me valoró una ginecóloga. Medían mi panza con un centímetro, escuchaban los latidos del corazón de mi bebé, que dijeron era varón y nada más. La atención que me daban al inicio era buena, pero después eso cambió, incluso cuando me pusieron la primera vacuna contra el Covid sufrí maltrato”, asegura Campos.
Calvario durante los dolores de parto
La pesadilla de Scarlett inició el 2 de enero del 2022 cuando fue internada en el hospital primario “Noel Ortega”, ante una amenaza de aborto a consecuencia del persistente sangrado. Ese día, asegura que le dieron pastillas para retener al bebé en su vientre y le practicaron varios exámenes.
“Primero estuve de reposo cinco días en la Casa Materna. Ahí me tomaban la presión y daban seguimiento a mi estado. En el hospital estuve llegando pero me dieron de alta pues aparentemente todo estaba bien. Luego el sábado 22 de enero regresé en busca de asistencia médica porque me sentía con dolores de parto y me dejaron en observación”, indicó.
La salud de la joven se complicó durante la madrugada del domingo 23 de enero cuando los dolores no cesaban y cada vez eran más intensos y continuos.
“El domingo se me puso dura la panza y me dolía. ‘Mira ésta ya se anda muriendo por un centímetro¨, me dijo la doctora María Elena Reyes y me mandó a acostar. Al día siguiente ya no le oían los latidos a mi bebé», narró Scarlet entre lágrimas, alegando haber recibido maltrato e indiferencia por parte del personal médico.
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No era varón, era niña
Cuando Scarlett fue trasladada al hospital Óscar Danilo Rosales el domingo 23 de enero, “ya no había nada que hacer», relata la adolorida joven.
“Esa misma mañana me revisaron y ya no escuchaban el latido del bebé, la doctora murmuraba con otra enfermera y a pesar que sabían lo que pasaba no fueron claros, ni honestos y me trasladaron a eso de las 11:00 de la mañana al hospital de León. Al llegar me realizaron un ultrasonido de emergencia y ahí, confirmaron que el bebé era de sexo femenino y ya no tenía vitalidad”, dice.
“Yo tenía la esperanza que fuera mentira y que estaba escondida en algún lado. Pero si hubieran actuado a tiempo hoy la tendría entre mis brazos. No fue mi culpa porque llegué a tiempo, pero la doctora no quiso actuar”, denuncia.
“Llegué con la esperanza que mi hijo iba a nacer con vida y que lo recibiría en mis brazos, pero por la negligencia y mala atención regresé con los brazos vacíos y con el dolor de haberlo perdido”, dijo la quebrantada mujer.
“Fue un dolor grande porque al mirar a las otras mujeres que estaban con sus hijos, yo hubiera deseado lo mismo. Pero lastimosamente a mí me atendieron mal, fue un día de sufrimiento para mí y la bebé. La doctora que me atendió me dijo fríamente que no se escuchaba el latido del corazón y a pesar que me miraba llorando no hacía nada porque estaba entretenida con el celular. Luego llegó otra doctora que recibió el turno y tuvo más humanidad y me decía que me calmara”, detalla la joven.
Justicia y más sensibilidad
Darling Muñoz, madre de la joven afectada, pidió justicia por la pérdida que sufrió su hija a la que acompañó en todo momento. “Ella presentaba contracciones de ‘labor de parto’, no le dieron seguimiento y fue atendida tarde, aproximadamente 72 horas después, a pesar que ameritaba traslado urgente.
La doctora tuvo negligencia médica al no darle la atención oportuna a mi hija, lo que causó, de igual manera, sufrimiento fetal a la bebé. No tienen ética porque el maltrato existe aquí en La Paz Centro, yo lo he vivido en carne propia así como lo han vivido otras mujeres que han callado y tienen miedo de denunciar. Hoy yo no tengo miedo de denunciar porque fue la vida de mi hija la que estuvo en riesgo y mi nieta la que murió”, expresó Muñoz
Scarlett Campos Muñoz al parecer fue víctima de violencia obstétrica, la que se define como “una forma específica de violencia ejercida por profesionales de la salud (predominantemente médicos y personal de enfermería) hacia las mujeres embarazadas, en labor de parto y el puerperio”.
Campos, experimentó el maltrato que sufren muchas mujeres embarazadas al ser juzgadas, atemorizadas, humilladas o lastimadas física y psicológicamente. Escuchar expresiones como “si estás joven, podés parir otro” resultan crueles y dolorosas para una madre que recién pierde a su hijo o hija.
La joven mamá le envió un mensaje al cuerpo médico de Nicaragua al recordarles el juramento hipocrático que hacen cuando asumen su profesión de salvar vidas: “la carrera de salud deben de acogerla con amor y luchar hasta lo último por la vida de sus pacientes brindando lo mejor. En mi caso no tuvieron corazón cuando estaba con dolores de parto. No actuaron a tiempo y mi hija murió y pusieron en riesgo mi propia vida” finalizó diciendo Scarlett.
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