La vocera del régimen sandinista Rosario Murillo ignoró la petición de su cuñado, el exjefe del Ejército, Humberto Ortega, hermano del dictador Daniel Ortega, de que sean liberados todos los presos políticos de Nicaragua.
Este viernes en una carta pública, Humberto Ortega lamentó la muerte del preso político y también general en retiro Hugo Torres, acaecida el 12 de febrero.
“El doloroso desenlace de un compañero de luchas (…), debe contribuir en la ruta de solución a la crisis política que padece nuestra patria, que requiere urgentemente un clima de reconciliación, que lo genera de ser puestos en libertad los encarcelados políticos, por medio de cualquiera de los instrumentos jurídicos, legales requeridos”, exhortó Ortega, recordando el legado del exmilitar, aún cuando lo actuales jefes del Ejército guardan silencio sobre el trágico desenlace que tuvo su excompañero de armas.
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Murillo habla de dignidad nacional
Rosario Murillo no solo ignoró a su cuñado sino que prefirió hablar del supuesto compromiso con “la dignidad y el decoro nacional” que representa Augusto C. Sandino, de quien este lunes los militantes del FSLN conmemoran el 88 aniversario de su asesinato.
“Honor y gloria a nuestro General de hombres y mujeres libres, a ese Ejército defensor de nuestra soberanía nacional, a su estado mayor y honor ,y gloria al pueblo nicaragüense que recorre estos caminos que son de dignidad nacional, de soberanía, de decoro”, expresó Murillo en su intervención por los medios de comunicación oficialistas.
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A pesar de ser implacable con sus rivales políticos, muchos de estos encarcelados desde mediados del año pasado, Murillo insistió en que su gobierno es “cristiano” y “solidario”.
En su alocución, la vocera del oficialismo reiteró una vez más su conocida y amenazante frase de que “con la paz no se juega”.
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