Las inversiones en el sector energético de Nicaragua han crecido en los últimos años, según el presidente ejecutivo de la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (ENATREL), Salvador Mansell, sin embargo, economistas señalan que la generación eléctrica más bien ha disminuido y los nicaragüenses siguen pagando una de las tarifa de energía más altas de la región.
El titular de ENATREL dijo en declaraciones a medios oficialistas que, en lo que va de este 2023, la inversión acumulada en el sector energético asciende a 4 mil millones de dólares.
Asimismo indicó que para finales de este año ingresará una planta solar, que sería la más grande del país, cuya ubicación es en el municipio de Malpaisillo, León. Agregó que la construcción de la planta de gas con la empresa New Fortress ha avanzado en un 95 por ciento todo lo que está en tierra, pero falta el tramo del gasoducto.
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En el caso de la cobertura eléctrica actual indicó que está arriba del 99.36 por ciento y que aún prevén ejecutar más proyectos.
“Hasta el 2030 ya existe un programa que es seguir con la cobertura eléctrica. Y es que cuando construís una red que tiene la capacidad a futuro, a 30 o 40 años, entonces eso permite que, con facilidades, el que quiere construir una casa (…) lo pueda hacer sin dificultad”, manifestó Mansell, el jueves 5 de octubre.
Generación de energía más bien ha disminuido
Sin embargo, todas estas inversiones no se traducen en más generación de energía y, mucho menos, en una disminución en el precio de la factura energética que pagan las familias nicaragüenses, de acuerdo al economista Enrique Saénz.
El experto ha indicado en reiteradas ocasiones que con estas millonarias inversiones se debería suponer que hay “un avance sustancial en la modernización del sistema eléctrico en Nicaragua”, pero no es así.
Los datos del Banco Central de Nicaragua muestran que, “después de semejante inversión, en lugar de aumentar la generación en 2022, esta es equivalente a la de nueve años atrás. Que el consumo, a pesar que dicen que hay una cobertura del 99 por ciento en 2022, equivale al de seis años atrás”, explicó en junio pasado, en el programa de entrevistas Esta Noche.
En esa misma entrevista, el economista señaló que las pérdidas técnicas no se redujeron, sino que, en 2022, son mayores que las registradas cinco años atrás.
Agregó que ha habido reducciones de consumo energético en el sector industrial y riego y Nicaragua volvió a ser importador de energía eléctrica.
“Si invertiste tanto, ¿por qué comprás energía a otros países centroamericanos? Porque es más barata, pero los nicaragüenses pagan las tarifas más altas de Centroamérica”, recordó el experto.
Reformas energéticas siguen afectando
Desde febrero de 2018. los nicaragüenses han visto crecer el monto que pagan por el servicio de energía eléctrica después que entró en vigencia la Ley 971, la cual reformó las leyes 272 (Ley de la Industria Eléctrica), 898 (Ley de Variación de la Tarifa de Energía Eléctrica al Consumidor), la Ley 720 (Ley del Adulto Mayor) y la Ley 160 (Ley que Concede Beneficios Adicionales a las Personas Jubiladas).
Las inversiones en el sector energético no han tenido un impacto positivo directo en el bolsillo de las familias nicaragüenses que siguen pagando más por lo mismo que consumen.
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