Las remesas continúan incrementando. El reciente informe del Banco Central de Nicaragua (BCN) indica que, en el mes de octubre, los nicaragüenses en el exterior enviaron 410.9 millones de dólares, lo que equivale a un 28.4 por ciento más en relación al mismo mes del año pasado, cuando se registraron 319.9 millones de dólares en remesas.
La mayoría provino de nicaragüenses en Estados Unidos con 342.3 millones de dólares enviados, para un 83.3 por ciento del total. Seguido en menor porcentaje de Costa Rica con 28.4 millones de dólares (6.9 por ciento); España, con 23.5 millones de dólares en remesas (5.7 por ciento); Panamá, con 4.4 millones de dólares (1.1 por ciento) y Canadá, desde donde se recibieron 2.8 millones de dólares, lo que representó el 0.7 por ciento del total.
Con estos datos, Nicaragua ha recibido un total de 3,844.4 millones de dólares en remesas desde enero a octubre.
La cifra representa un aumento de 49.1 por ciento, es decir 1,266.1 millones adicionales, con respecto a igual periodo de 2022 (2,578.3 millones de dólares).
Más del 80 por ciento proviene de EE.UU.
El Banco Central confirmó que las resultados se deben al crecimiento interanual de los flujos procedentes de EEUU que en el año aumentaron 62.2 por ciento.
Del país norteamericano se han enviado a Nicaragua 3,177.4 millones de dólares. Lo que representa 1,219 millones de dólares adicionales en comparación al mismo período del año anterior.
También aumentaron las remesas procedentes de Costa Rica en 19.5 por ciento. Del país vecino se recibieron 266.7 millones de dólares. Y las de España en 1.2 por ciento con 225.9 millones de dólares enviados a Nicaragua.
En contraste, los flujos de remesas provenientes de Panamá y El Salvador disminuyeron en -15.2 por ciento y -9.6 por ciento, respectivamente.
Con estas cifras, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo se acerca a su proyección de recibir este año 4,800 millones de dólares en remesas familiares. Esto sería alrededor del 28 por ciento del Producto Interno Bruto.
Son cifras récord que coinciden con el éxodo masivo de nicaragüenses que han abandonado el país por razones económicas y/o políticas, a lo que hay que sumar las personas a las que Ortega y Murillo han desterrado.