Desde que el presidente de los Estados Unidos fue juramentando como el mandatario número 45 del país norteamericano en enero 2017, su gobierno ha sido polémico. Desde su inicio como mandatario de la Casa Blanca cuestionó la cantidad de personas que llegaron a la inauguración del presidente saliente para en ese entonces, Barack Obama.
Para el mandatario, su inauguración fue más concurrida que la del presidente Obama, un tema completamente inusual de un presidente norteamericano. Para muchos que vivimos en los Estados Unidos nos causó mucha impresión el argumento del Presidente; porque no estamos acostumbrados a este tipo de argumento en un país donde hay cosas más importantes en debatir. Pero, estas declaraciones del mandatario era el inicio de una retórica que tuvo eco en la clase proletariado de los Estados Unidos.
Lo ocurrido en el Capitolio el pasado miércoles no fue más que una reconfirmación de lo que el presidente Trump vino realizando a lo largo de su mandato. Despertó el lado más oscuro de personas extremistas de este país. Además, prometió en reiteradas ocasiones sacar del estancamiento económico a la clase obrera del país lo cual nunca cumplió.
En su retóricas disfuncionales, el presidente se burló de las personas discapacitadas, a la mujer la denigró con palabras soeces jamás dicha por un funcionario público. A los migrantes hispanos los llamó violadores y narcotraficantes, acuso al presidente Obama de no haber nacido en los Estados Unidos, se burló en reiteradas ocasiones de los medios estadounidenses llamándolos de “noticias falsas”.
Prometió erradicar el problema del “Opioid”, una droga que está matando al pueblo estadounidense y de no tratarse a tiempo, más personas seguirán muriendo en todo el país a causa de esta droga. Prohibió a los musulmanes entrar al país violando la libertad de religión protegida por la Constitución del país. Canceló el permiso temporal de trabajo (TPS, por sus siglas en inglés) a más de 300 mil familias migrantes en su mayoría de origen Centroamericano quienes han tenido este permiso laboral desde 1998. De igual forma canceló el permiso de trabajo a más de 800 mil jóvenes soñadores, un programa conocido como “DACA” y el cual fue aprobado en la administración del presidente Obama. La lista de promesas de desaciertos y mentiras del mandatario son incontables.
Los estadounidenses en su mayoría de las áreas rurales del país creyeron en las promesas de Trump. El ataque constantemente a la comunidad migrantes y las personas de raza negra le sirvió mucho, para ganar mayor popularidad en la población xenofóbica que vieron en él la era de supremacía de la raza blanca.
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Muchas personas creyeron que el mandatario era el “Mesías” que salvaría la raquítica economía de las persona de cuellos rojos como se les conoces a la gente de campo en los Estados Unidos. Al recorrer muchos lugares rurales del país especialmente en la costa Este, todavía es visible las necesidades económica que esta gente enfrenta en su diario vivir.
Pero aun con todas las dificultades económicas que mucha de esta población enfrenta en sus diferentes comunidades; muchos todavía siguen creyendo en las promesas del presidente Trump.
Dos semanas antes de los disturbios en el Capitolio, recorrimos los alrededores de la Casa Blanca la cual esta bordeada con cercos de mallas para evitar el acercamiento de las personas a esta casa presidencial, este cerco se construyó después que ocurrieron las manifestaciones del grupo “Black Life Matter”. El presidente mandó a construir una tarima justo a la entrada principal de la Casa Blanca, para recibir a sus simpatizantes el día miércoles indicando que lo ocurrido en el Congreso estadounidense fue planeado anticipadamente.
A la 1 pm., el presidente el día de la manifestación después que acusase a los medios norteamericanos una vez más de hacer noticias falsas y además, de reiterar una y otra vez que las elecciones presidenciales fueron un fraude, el presidente instó a sus simpatizantes a que se dirigieran al Capitolio para reclamar a los congresistas las elecciones que le “robaron”.
Los manifestantes obedecieron las órdenes de su líder y se dirigieron al Capitolio con la intención de ingresar al edificio del Congreso donde se estaba llevando acabo la votación para confirmar al presidente electo Joe Biden, como el presidente 46 de los Estados Unidos.
A las 2:30pm., más de 20 mil ardidos manifestantes rompieron el cordón policial del Capitolio logrando ingresar en las instalaciones del Congreso obligando al Senado y la Cámara baja a refugiarse en lugares estratégicos para resguardar sus vidas de las turbas enfurecida que ocuparon varias oficinas congresistas incluyendo la oficina de la vocera de la Cámara Baja, Nancy Pelosi además de destruir todo lo que se encontraban a su paso.
Al observar los disturbios en el Capitolio, a las 2:51pm., la alcaldesa de Washington DC., Muriel Bowser, emitió un mensaje de alerta a través de los celulares donde declaraba que la ciudad estaría en toque de queda a partir de las 6pm hasta las 6am. En su mensaje, la alcaldesa especificaba que los únicos que tenían libre movilización eran los medios de comunicación.
Mientras el caos aumentaba, a las 4pm., el presidente electo Joe Biden, acusaba de “insurrección” el desorden en el Congreso y demandaba al presidente Trump dar un comunicado en televisión nacional para detener los ataques en contra del Capitolio. Por su parte, el presidente 20 minutos después que Biden brindó su comunicado televisivo; en un video difundido a través de la cuenta de twitter el presidente Trump, pedía a sus simpatizantes regresar a casa pero a la misma vez, insistía que las elecciones habían sido fraudulentas y que debían de ser defendidas por el pueblo.
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A 3 horas de haberse iniciado los disturbios en el Congreso y ya con una persona herida de un certero balazo en el pecho por un oficial del Capitolio y la cual falleció horas después convirtiéndose en la primera víctima de los cinco que fallecieron en este disturbio, la Guardia Nacional de las ciudades de Virginia, Maryland y Baltimore llegaron a las 5pm a la zona de los hechos para desalojar a los manifestantes del Capitolio.
Muchos de los seguidores del presidente Trump, abandonaron el Capitolio antes de las 6pm., para evitar ser arrestado. A las 7pm., la policía metropolitana de DC arrestó a los insurgentes que se quedaron deambulando por la zona del Capitolio. A las 8pm., regresaron todos los Congresistas al plenario para continuar con la votación de la ratificación del presidente, Joe Biden.
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Después de una larga noche, a las 5am el Vicepresidente; Mike Pence y quien fungió por orden Constitucional como presidente del Congreso para confirmar que las elecciones no fueron fraudulentas, ratificó a Joe Biden como el próximo presidente de los Estados Unidos el cual tomara posesión el próximo 20 de enero en el Capitolio.
Por su parte, la presidente de la Cámara Baja, Nancy Pelocy, emitió declaraciones donde pide la destitución inmediata como presidente de los Estados Unidos a Donald Trump a quien acusa de ser el principal causante de los disturbios ocurridos en el Capitolio el pasado miércoles. El presidente, de no acatar la orden; la Cámara Baja procederá a más tardar a mediado de la otra semana el proceso de destitución del mandatario norteamericano que de aplicársele, no podrá postularse como candidato presidencial a las elecciones del 2024.
- El autor fue corresponsal de El Nuevo Diario en Washington
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