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Barricada, el primer diario propagandístico de los sandinistas en los 80

Barricada fue el órgano oficial del Frente Sandinista que contó la supuesta “verdad de la revolución”, participó en un complot contra la Iglesia católica y murió en su intentó de convertirse en un medio independiente. Esta es parte de su historia:

En 1884, José Carlos tenía 15 años cuando pasó a formar parte del diario Barricada. Entonces, era un joven apasionado por la fotografía que buscaba hacerse un camino en la profesión. Su oportunidad la encontró en el nuevo periódico fundado por los sandinistas tras el triunfo de la revolución de 1979. Un medio de comunicación que sirvió para difundir en Nicaragua la propaganda e ideología del grupo guerrillero.

Antes de circular como Barricada, durante la guerra contra la dictadura somocista, los sandinistas publicaron Trinchera, un periódico clandestino que servía para informar sobre el acontecer de la lucha armada. El órgano oficial del Frente Sandinista nació de otro medio oficialista: Novedades, periódico que fue confiscado a la familia Somoza y que circuló en el país entre los años 1937 y 1979.  

Según explica el periodista Alfonso Malespín, quien trabajó en Barricada en la década de los 90, el periódico nació por la necesidad de “crear un sistema de comunicación que llevara el mensaje de la revolución al país”. Para eso, una de las primeras acciones de los sandinistas fue fundar el diario con la maquinaria que quedó de Novedades, incluso, una pequeña parte del personal continuó trabajando tras la caída de Somoza, una situación similar a lo ocurrido actualmente con diario La Prensa, luego que la dictadura de Daniel Ortega recontratara al personal especializado en el manejo de la rotativa y otras máquinas de la imprenta comercial. .

Luego contrataron a otros periodistas que habían trabajado en prensa escrita y radio. Además, llegaron al país comunicadores provenientes de Argentina, México y Brasil para formar al personal del equipo del diario oficialista. De esta forma, el medio escrito se convirtió en “el órgano oficial del Frente Sandinista, el Gobierno y del Estado”, detalla Malespín.

Novedades era el diario oficial y Barricada de los sandinistas. Foto | Ilustración NI

Para José Carlos, un fotógrafo que colaboró en el diario Barricada y que pidió mantener en reserva su identidad por razones de seguridad, manifiesta que el medio de comunicación significó una verdadera escuela en el campo laboral, con el que pudo aprender con profesionales de Europa y Estados Unidos, así como trabajar con destacados fotógrafos nicaragüenses como Mario Tapia, Mauricio Duarte, Carlos Durán, entre otros.

En 1986, su paso por el rotativo se vio interrumpido, cuando debió unirse al Servicio Militar Patriótico, también conocido como Servicio Militar Obligatorio, que consistió en una obligación incorporarse durante un período determinado a la estructura miliciana para defender con las armas la “soberanía” del país y la “revolución sandinista”.

A pesar de esto, continuó al tanto de la labor del periódico; ya en el servicio militar siguió ejerciendo la fotografía como corresponsal de guerra. Tras la abolición del mismo, por el Gobierno de la ex presidenta Violeta Barrios de Chamorro en 1990, José Carlos regresó a Barricada en una nueva etapa para los sandinistas: estaban fuera del poder.

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“La narrativa sandinista”

Guillermo Cortés Domínguez —veterano periodista y ex redactor de Barricada por 11 años— explica que en los años 80 el periódico jugaba el papel de vocero del Gobierno con contenidos altamente propagandísticos, sin embargo, a lo interno de su redacción hubo un grupo de periodistas con el deseo real de hacer un trabajo más profesional, labor que en ocasiones chocaba con los intereses de quienes dirigían el medio desde la Dirección de Agitación y Prensa (DAP). 

“En nuestro colectivo teniendo la dirección a cargo de Carlos Fernando Chamorro, siempre había un interés por hacer periodismo”, dice Cortés Domínguez. “En el ánimo del colectivo de la redacción siempre hubo un interés, porque nosotros éramos periodistas, no agitadores profesionales mandados a hacer periodismo, que sentíamos que nuestro trabajo estaba limitado por el rol (propagandístico) del periódico”, comenta. 

El periodista recuerda también que a lo interno del medio surgieron iniciativas que en el contexto actual sería difícil de creer, como el buzón popular, un espacio en el que los ciudadanos podían hacer reclamos o denuncias en contra de funcionarios o instituciones, que posteriormente eran investigados por los periodistas de Barricada, pero estos también tenía sus limitaciones políticas.

Caricatura publicada por Barricada en los años 90, en la que aparecen los directivos de La Prensa, Ana, Jaime y Cristina Chamorro, está última presa política del régimen. 

Entre esas denuncias recibidas, cuenta Cortés Domínguez, al periódico llegó una carta en el que se acusaba al entonces auditor general del Ejército, de tener en su finca a jóvenes del Servicio Militar trabajando sin paga a cambio de no ser enviados a combatir a la guerra. A lo interno del diario se inició una investigación, sin embargo, esta no fue publicada por la dirección del mismo, en su lugar fue enviada a la Comandancia del Ejército y tuvo como resultado el despido del funcionario de su cargo. “Eso no lo puede decir ningún periodista oficialista de hoy”, apunta.

Alfonso Malespín, en cambio, señala que el rol político que jugó Barricada en la Nicaragua de los años 80 era el de seguir la narrativa del Frente Sandinista y publicar los temas que les interesaban y excluir aquellos de los que no eran afines. 

“Todo los periódicos excluyen e incluyen en todas partes del mundo, si en Barricada era el órgano oficial del Frente Sandinista, lo que iba a estar en las páginas (…) eran los temas que les interesaba a la revolución y todos los demás iban a quedar fuera, igual en La Prensa, aparecían los temas sobre los cuales no quería hablar (el Gobierno): la escasez, la crisis, la muertes”, puntualiza.  

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El caso de Monseñor Carballo

Al igual que ahora, en 1982 la relación de los sandinistas con la Iglesia católica era tensa y de confrontación. El 11 de agosto de ese año se llevó a cabo uno de los hechos que marcaría la saga de los religiosos con los guerrilleros: el montaje en contra de monseñor Bismark Carballo —entonces vocero de la Curia y director de Radio Católica— en el que fue obligado a desnudarse luego de acusarlo de un supuesto romance con una mujer. 

En el complot participó el Ministerio del Interior —dirigido por Tomás Borge—, sus organizaciones políticas, y los medios de comunicación oficialistas, entre los que se encontraba Barricada. En entrevista con La Prensa en 2001, Carballo cuenta todos los detalles de la trama y cómo en el momento en que es sacado desnudo a la calle había una manifestación, instante que fue aprovechado por los medios oficialistas para fotografiarlo.

“Triángulo pasional en Las Colinas”, tituló en primera plana Barricada el 13 de agosto, en un texto breve de cuatro párrafos, en el que se omitían los nombres de los otros involucrados, y se acompañaba de dos amplias fotografías. Al día siguiente, el periódico publicaba un editorial afirmando practicar un periodismo “serio, constructivo y ético”. 

Fotografía publicada por Barricada en la que monseñor Bismark Carballo fue obligado a desnudarse en público.

“BARRICADA, celosa de mantener muy en alto la estatura del FSLN, con el fin de no dar lugar a las usuales malas interpretaciones o acciones que con pretextos tratan de justificar los problemas religiosos, desmantelando la mentira que Carballo pretendía convertir en su tabla de salvación, da por concluida el caso”, justificaba el rotativo oficialista. 

Luis Fley, conocido en las filas de la Contra como Comandante Johnson, dice que Barricada no puede ser considerado como periodismo, sino un instrumento mediático para ofender y señalar a los opositores de los sandinistas como “enemigos del pueblo” ante la opinión pública

“En el caso de los opositores era algo terrible, prácticamente los deformaba para que no tuviéramos credibilidad ante la opinión pública”, afirma. Fley también destaca que el diario en pocas ocasiones reportaba las bajas que los contras ocasionaron al ejército sandinista.  

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Fley asegura que el trabajo de Barricada estuvo involucrado en varias tramas políticas, como el de monseñor Carballo y Jorge Salazar, un empresario que fue acribillado por la Seguridad del Estado a quien se le acusaba de atentar contra la revolución. El último caso, según el opositor, el medio justificó su muerte. “Barricada se encargó de distorsionar la realidad y la verdad no es como la planteó el periódico”, detalló.  

Por otro lado, en las páginas de Barricada se plasmaron varias historias que contaron el desgarro de la guerra con amplios trabajos periodísticos, como el caso “Kenia, la niña de las piernas destrozadas”. Una menor que, de acuerdo con el relato oficialista, perdió las piernas como consecuencia de un mortero disparado por los Contras.

La historia de la actual magistrada del Consejo Supremo Electoral (CSE), Brenda Rocha, también apareció en esas páginas. Fue conocida como “La Sonrisa de la revolución”, tras perder uno de sus brazos en los 80. 

Fotografía publicada por Barricada para «denunciar» el ataque de una menor supuestamente perpetrado por la Contra.

El triunfo de la UNO y el cambio de Barricada

Con la pérdida del poder en 1990, el Frente Sandinista inicia un proceso de crisis interna que se traslada a Barricada. El partido, explica Malespín, se divide en dos grandes grupos. Los ortodoxos, con Daniel Ortega a la cabeza, quienes no querían cambio a lo interno, mientras los renovadores, dirigidos por Sergio Ramírez, Dora María Téllez y Víctor Hugo Tinoco, buscaban apertura y más democracia.

En este contexto, el diario oficialista dirigido por el periodista Carlos Fernando Chamorro busca convertirse en “un periódico serio, equilibrado y abierto a todas las opiniones”, según explicó Sergio Ramírez en un artículo de opinión titulado “El asalto al diario ‘Barricada’”, publicado en el diario El País de España en 1994.

Fuera del Gobierno los revolucionarios, el periódico sandinista pasó por un proceso de adaptación como medio de oposición, que dejó de contar con los recursos públicos y su compra obligatoria por parte de trabajadores del Estado, para convertirse en un diario dependiente de la venta de espacios publicitarios

La propuesta de cambio por parte de Carlos Fernando Chamorro no fue muy bien recibida por los altos dirigentes del Frente Sandinista, y fue destituido de su cargo en octubre de 1994. Sobre ese hecho, el periodista y escritor Arquímedes González relató en La Prensa en 2010 que la expulsión del entonces director estuvo llena de mucha tensión y era un intento por “acallar a un medio de comunicación que se había vuelto crítico e incisivo con el actuar de la dirigencia de ese partido”.

Tras dejar de ser órgano oficial del Frente Sandinista, Barricada se vio obligada a ampliar su oferta informativa. 

Tras el cambio de dirección, la situación entre los periodistas y administración se hizo insostenible y causó la renuncia de varios periodistas y editores por la diferencias sobre lo que se debía de publicar. El 30 de enero de 1998, tras años de problemas financieros, Barricada publicó su última edición impresa. 

El regreso de Barricada 

En medio de la sangrienta represión de las protestas que iniciaron en abril de 2018, el régimen sandinista anunció en julio de ese año el lanzamiento de un sitio web con el nombre de Barricada, como parte de su estrategia para defender la postura de la administración de Ortega-Murillo. El trabajo del portal se resume en reproducir contenido de otros medios oficialistas, como el de Canal 4, Redevolución, Radio Nicaragua, El 19 Digital, que están controlados por la familia presidencial.

En 2021, las cuentas de Facebook, Twitter e Instagram de Barricada fueron eliminadas, después que las empresas matriz de ambas redes sociales las identificaran como parte de una granja de trolls que buscaba manipular el discurso político durante las elecciones generales de ese año. 

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Extrabajadores del periódico coinciden en señalar que el trabajo que actualmente realiza el portal informativo de Barricada no es comparable con el diario de los años 80, porque si bien su objetivo era propagandístico este se preocupaba por contar historias de fondo.

 En la actualidad, la plataforma digital sandinista juega un papel menos destacado, dentro del emporio de medios de comunicación de la familia Ortega-Murillo, dedicándose a compartir video y fotografías de actividades partidarias, reproducir los discurso de Rosario Murillo y contar notas informativas breves de carácter nacional y económico, así como análisis oficialistas, entre los que destacan como autores los propagandistas y agitadores políticos Moisés Absalón Pastora y Francisco Bautista Lara.  

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