Pacifista, solidario, cariñoso, conversador, luchador, activo, conocedor y respetuoso de las leyes. Esas son algunas de las características con que amigos describen a Eddy Montes Praslin, el xreo político asesinado hace cuatro años por la dictadura sandinista.
Eddy Montes tenía 54 años. Era de Nicaragua, pero también ciudadano estadounidense. Fue asesinado de disparo de Ak-47 por un custodio del sistema penitenciario La Modelo de Tipitapa el 16 de mayo de 2019.
“Eddy Montes era una persona extraordinaria. Muy preocupado por el prójimo, sin importarle su propia vida. Lo recuerdo en su vida estudiantil, era un líder natural, preocupado por los cobros excesivos de las universidades privadas a los estudiantes, especialmente al momento de la graduación, que es cuando más se aprovechan”, cuenta un compañero de universidad, que prefiere el anonimato.
Asegura que Montes era un investigador constante, siempre estaba leyendo, le gustaba conocer más sobre las leyes y sus aplicaciones reales, en clases le gustaba participar frecuentemente, siempre compartía sus conocimientos y experiencias con los demás. Detalla que su presencia era notoria en las clases por su excelente aportes, principalmente en las clases teórica-práctica.
Una de las personas que interactuó de cerca con él, fue el exfuncionario judicial Yader Morazán, pues en una ocasión, Montes le comentó que estaba escribiendo un libro, que contenía propuestas democráticas y críticas hacia la clase política nicaragüense.
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Pasantías en el Ministerio Público
Asegura que Eddy Montes era una persona difícil de doblegar en algunas posturas, tenía firmeza en sus criterios jurídicos, incluso adelantaba clases en su carrera y vendía libros entre sus compañeros de la Universidad del Norte de Nicaragua (UNN) de Matagalpa, que fue una de las universidades ilegalizadas por la dictadura sandinista en abril de este año.
Recuerda que realizó sus pasantías en el Ministerio Público de Matagalpa, donde le ayudó a muchos funcionarios sandinistas, que hoy ni siquiera lo mencionan, “incluso hacía mandados como chavalito a todos esos defensores públicos, les compraba gaseosas, enchiladas, vos sabes cómo son con los pasantes. Muchas veces lo vi subiendo un gran cerro donde está la sede del Ministerio Público, enviado por los defensores públicos para ir a presentar algún escrito”, recuerda Morazán.
El 7 de octubre de 2018, Montes fue citado a la delegación policial de Matagalpa, bajo engaño, por un supuesto problema de propiedades, pero en realidad lo estaban investigando por la muerte de Lenin Mendiola, acontecida durante una marcha de autoconvocados de Matagalpa que fue atacada por policías. Posteriormente fue trasladado a las celdas del Chipote en Managua.
Después de 56 días detenido, fue acusado junto a otros matagalpinos de supuestamente haber saqueado e incendiado el plantel de la Alcaldía de Matagalpa. Luego fue trasladado al sistema penitenciario La Modelo. El Ministerio Público al servicio de la pareja presidencial, lo acusó de “terrorismo, robo agravado, entorpecimientos de servicios públicos e incendio”.
Un hombre de Dios y líder en la cárcel
En la cárcel fue un líder que siempre estaba al frente de las quejas cuando había violaciones a los derechos humanos de los demás reos políticos, recuerda el exreo de conciencia Nahiroby Olivas.
“En la prisión era una persona muy servicial, amable, paciente, tenía la capacidad de controlar su carácter y cualquier agresión la respondía con palabras amables. No ofendía a nadie, ni le gustaba la violencia, era muy respetuoso. Era una persona especial que muy pocas veces te encuentras en la vida, soñadora y auténtica, una persona de espíritu y sabía que Dios lo amaba”, subraya Olivas.
Recuerda que en los momentos difíciles en el penal, Montes siempre intervenía con los custodios para buscar soluciones a las demandas de los reclusos políticos. “Muchas veces habló por alguien más, porque algunos presos les daba miedo hablar. Él era un líder dentro de la galería”, recalca.
“El día que lo asesinaron, nos rodearon y él estaba al frente para tratar de disuadir a los oficiales para que detuvieran las agresiones, y pues por estar al frente, le dispararon. Ese día fue de locura, todo mundo estaba corriendo, mientras se escuchaban disparos, y en un momento vi caer al suelo a don Eddy, luego dos reos políticos lo recogieron, y tenía los ojos muy abiertos como si trataba de respirar o en shock, hicimos contacto visual, luego se lo llevaron sangrando hacia un pasillo. Después nos siguieron dando una paliza, pero hasta que llegó la Cruz Roja Internacional nos dejaron solos, luego a través de un celular supimos que don Eddy había fallecido, y entonces todos nos unimos en llanto y oración por lo que le había pasado”, relata el expreso político.
Versión oficial de su muerte contrastada
Después de ese hecho la versión oficial de la policía sandinista fue que durante un forcejeó con Eddy Montes en un altercado entre los reclusos y los custodios, el arma se disparó. Pero esta versión no es creíble para Morazán.
“En primer lugar, por regla general, los custodios del sistema penitenciario no pueden entrar armados al perímetro donde están los reos, porque eso está en contra de los protocolos de seguridad y de la ley misma, porque vos sabes que pueden ser desarmados por los mismos presos, entonces el disparo que él recibió fue desde afuera del perímetro de seguridad”, asegura el exfuncionario.
“Yo ayudé a buscar a una médico forense, y según el dictamen que no se ha hecho público, el disparo salió desde cierta distancia de arriba hacia abajo, y no como dijo la policía, que fue durante un forcejeo con Eddy Montes”, explicó el abogado.
Hasta la fecha, el asesinato de este ciudadano estadounidense sigue en la impunidad, mientras la comunidad internacional pidió justicia y explicación de este caso. El segundo reo de conciencia que falleció bajo custodia de la dictadura Ortega Murillo, fue el exguerrillero sandinista y general en retiro, Hugo Torres, quien falleció por supuesta enfermedad el 12 de febrero de 2022.
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