El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunciaron este viernes un acuerdo migratorio para detener los cruces irregulares entre ambos países, que han incrementado en los últimos meses.
Este convenio pondría fin a un proceso que ha permitido a miles de migrantes de todo el mundo cruzar a pie la frontera entre ambas naciones por caminos secundarios y entrar a Canadá, donde los dejan en libertad para después comenzar sus casos de asilo.
«Nuestros dos países creen en la migración segura, justa y ordenada, la protección a los refugiados y la seguridad fronteriza. Es por eso que ahora aplicaremos el acuerdo de Tercer País Seguro a los solicitantes de asilo que cruzan entre los puntos de entrada oficiales», confirmó Trudeau en una conferencia de prensa conjunta, con motivo de la visita oficial de Biden a Ottawa.
El premier canadiense precisó que «después de la medianoche de esta noche, la policía y los agentes fronterizos harán cumplir el acuerdo y devolverán a los que cruzan la frontera irregularmente al punto de entrada más cercano con los EEUU».
«Nuestros equipos han trabajado arduamente para lograr este acuerdo, todo el trabajo permitirá desalentar la inmigración irregular en nuestra frontera y al mismo tiempo incrementar la migración regular», dijo Trudeau, flanqueado por su homólogo estadounidense.
Un comunicado conjunto, emitido tras la reunión de ambos líderes, advierte que las autoridades de las naciones vecinas continuarán «en estrecha coordinación» mientras trabajan «para implementar este nuevo acuerdo».
Ambos líderes anunciaron además que «Canadá dará la bienvenida a 15.000 migrantes adicionales con carácter humanitario desde el Hemisferio Occidental durante el transcurso del año». Este anuncio es similar al programa de parole humanitario aplicado por la administración de Joe Biden para paliar la crisis migratoria en la frontera sur de EEUU.
El comunicado conjunto insistió en que ambas administraciones creen que «la migración irregular requiere un enfoque regional centrado en ampliar las vías legales y la gestión humana de las fronteras», además de reconocer que deben «abordar los impulsores económicos y de seguridad subyacentes de la migración».
Antes de la conferencia de prensa, Biden celebró la unión y cooperación entre ambos países, vecinos y poseedores de un «compromiso e historia comunes», pero también de retos «que atañen a las dos naciones».
«En EEUU estamos ampliando las vías legales para la migración en busca de seguridad con una base humanitaria, al tiempo que desalentamos la migración irregular, que alimenta la explotación y la trata de personas. Así que hoy aplaudo a Canadá por implementar programas similares y abrir nuevos caminos legales para que 15.000 inmigrantes vengan a Canadá», dijo Biden durante un discurso muy aplaudido ante el Parlamento canadiense.
El mandatario estadounidense mencionó esfuerzos similares desde su país y recordó la creación de los Welcome Corps o Cuerpos de Bienvenida, una iniciativa que permite a ciudadanos estadounidenses patrocinar refugiados que buscan llegar al país.
Aumento de cruces en la frontera norte
Desde principios de 2017, el principal punto de entrada a Canadá es el Roxham Road en las afueras de Champlain, Nueva York. Allí se ha instalado un control de la Real Policía Montada Canadiense para procesar a los solicitantes de asilo a unos ocho kilómetros del cruce oficial de la frontera, donde se los obligaría a regresar a EEUU.
Mientras, en coincidencia con el reforzamiento de las condiciones de entrada en la frontera sur, han aumentado los cruces de norte a sur.
En el último año, la nación estadounidense ha recibido cifras récord de solicitantes de asilo, la gran mayoría desde su frontera sur con México. Para paliar la situación, Biden puso en marcha un programa de parole humanitario que combina la concesión de permisos de residencia y trabajo temporales por dos años, con la prohibición de entrada irregular.
Primero fue extendido sólo a venezolanos, luego en enero, también se incluyó a ciudadanos de Cuba, Nicaragua y Haití, los países desde donde llegan la mayoría de los migrantes. Según cifras oficiales, esto logró disminuir en un 95 % las entradas ilegales desde México.
Ahora, las autoridades estadounidenses están dirigiendo la mirada hacia su frontera norte, que aunque no recibe la magnitud de migrantes que llega al sur, ha registrado un incremento en el tráfico y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) ha reforzado la presencia de agentes en los pasos fronterizos.
Según el CBP se realizaron 1.513 detenciones de personas que cruzaron ilegalmente entre el 1 de octubre de 2022 y el 31 de enero de 2023, un aumento notable con respecto a las 160 aprehensiones registradas en el mismo periodo del año previo.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza impidieron 628 cruces ilegales desde Canadá en febrero, cinco veces más que en el mismo período de 2022, lo que corrobora la tendencia en ascenso.
La mitad de los que llegan desde Canadá son mexicanos, que no necesitan visa para volar desde su país. La mayoría de estas entradas se producen por áreas no permitidas entre los grandes centros poblados de ambos países, de Quebec al norte de Nueva York y Vermont.
La muerte de migrante procedente de México en febrero pasado a causa de las bajas temperaturas, el primer fallecimiento de este tipo este año, hizo saltar las alarmas y demostró el aumento en los cruces irregulares en el área.
Cooperación bilateral reforzada
Durante la visita de Biden a Canadá, ambos líderes reafirmaron la voluntad bilateral de asistir a Ucrania en su guerra contra Rusia y continuar colaborando en el enfrentamiento al cambio climático, la creación de una estrategia de energía limpia, la creación de trabajos, fabricación de semiconductores, el combate al tráfico de drogas, enfocado sobre todo en detener la distribución de fentanilo.
Ambos líderes también abordaron la situación de inseguridad en Haití, dominada casi en su totalidad por pandillas que dificultan la llegada de asistencia humanitaria y el trabajo por sofocar brotes de cólera y otras enfermedades.
Trudeau anunció que su gobierno destinaría 100 millones de dólares para brindar apoyo y equipos a la policía haitiana, además informó que aplicarían sanciones a dos «miembros de la élite» del país, en advertencia a quienes se benefician de la violencia y la inseguridad en la nación.
«Lo más importante que podríamos hacer, y va a llevar tiempo, es aumentar las perspectivas de que el departamento de policía de Haití tenga la capacidad de hacer frente a los problemas», dijo por su parte Biden, quien aseguró que estudian la posibilidad de que las Naciones Unidas pueda desempeñar un papel más importante en los esfuerzos por asistir al país haitiano.
[Con información de AP y Reuters]
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