La candidata de izquierda Claudia Sheinbaum arrasó en las elecciones presidenciales del domingo en México con una votación que oscila entre 58% y 60%, según el conteo rápido de la autoridad electoral.
Sheinbaum se impuso a la opositora de centroderecha Xóchitl Gálvez, cuya votación se ubica en un rango de entre 26% y 28%, detalló la presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei. El centrista Jorge Álvarez Máynez obtuvo al menos 9,9% de los sufragios.
La candidata opositora a la presidencia de México Xóchitl Gálvez reconoció en la madrugada del lunes la victoria de su rival de izquierda Claudia Sheinbaum en las elecciones presidenciales.
«Hace unos minutos me comuniqué con la doctora Claudia Sheinbaum para reconocer los resultados de la elección», dijo Gálvez, senadora de centroderecha, en un discurso ante simpatizantes en un hotel de Ciudad de México.
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Claudia Sheinbaum mientras tanto aseguró esta misma mañana que no fallará a los mexicanos, tras ser electa como primera presidenta de México en las elecciones generales del domingo.
«No les voy a fallar», dijo la oficialista a la prensa luego de que el conteo rápido oficial la diera como ganadora.
Los retos de la primera mujer presidenta de México
«Cero impunidad», promete la primera presidenta electa de México sobre el inmenso desafío que le aguarda: gobernar un país donde unas 80 personas son asesinadas a diario por grupos criminales que controlan territorios y están en colusión con autoridades.
Claudia Sheinbaum, una científica de izquierda de 61 años, deberá combatir la violencia que dejó casi 190.000 muertos durante el gobierno saliente de Andrés Manuel López Obrador, su padrino político, y que frena el crecimiento de México, dijeron analistas a la AFP.
Otros retos son reducir la pobreza en la que vive un tercio de la población, mitigar el creciente impacto del cambio climático en un país con sequías y escasez de agua y administrar la compleja relación con Estados Unidos que se augura tensa.
Sheinbaum promete profundizar las reformas sociales de AMLO y gobernar para los más desfavorecidos. ¿Pero cuán leal le será? ¿Podrá imponer su propia agenda? Las respuestas, coinciden analistas, aún son un misterio.
Carteles florecientes
Pese a la política de «Abrazos, no balazos» la cifra de homicidios aún es altísima, y el país registra más de 100.000 desaparecidos. «El crecimiento ominoso del crimen organizado y los carteles florecientes es el problema más abrumador que Sheinbaum precisará confrontar», dijo a la AFP Michael Shifter, experto del centro de análisis Diálogo Interamericano.
«Si no puede frenar el deterioro dramático de la situación de seguridad de México, será cada vez más difícil cumplir con su agenda de políticas sociales y económicas», estimó.
La presidenta electa promete erradicar la impunidad, y como AMLO, enfocarse en las causas de la violencia mediante la ampliación de programas para jóvenes, el refuerzo de la guardia nacional, más inteligencia policial y cooperación entre instituciones a cargo de la seguridad.
«No hay dinero»
Sheinbaum hereda un déficit fiscal de casi 6%, el mayor en un cuarto de siglo pese a las políticas de austeridad de AMLO. En el último sexenio, el país apenas creció 0,8% en promedio.
«El reto más importante para la siguiente administración será corregir el elevado déficit fiscal», sostiene Víctor Ceja, economista en jefe de Valmex.
La presidenta electa necesita engrosar las arcas del Estado para financiar las ayudas directas que actualmente reciben 25 millones de mexicanos jóvenes, adultos mayores y discapacitados y llevar a cabo otras reformas.
«Precisa gastar dinero en muchas cosas, y no hay dinero. La infraestructura es obsoleta. La electricidad es un problema. (La estatal petrolera) Pemex es un problema», resume Pamela Starr, experta en México de la Universidad del Sur de California.
Sheinbaum apuesta al «nearshoring», la transferencia de una parte de la producción de empresas extranjeras al norte de México, para atraer inversiones.
Pero Carlos Ramírez, de la consultora de riesgo Integralia, advierte que «el nearshoring no es la gran tabla de salvación de México» y que su eventual éxito depende de mejorar la seguridad y la infraestructura, el suministro de agua y energía.
«Falta una reforma fiscal que aumente la recaudación (…) El status quo es insostenible», estima.
El agua, cuya disponibilidad ha caído 68% per cápita desde 1960, se convirtió en un tema clave de la campaña en medio de una ola de calor, temperaturas récord y una sequía que afecta a represas hidroeléctricas.
Doctorada en ingeniería ambiental, Sheinbaum promete aumentar la inversión en energías limpias, mientras AMLO apostó a la energía fósil al inyectar millones en la endeudada Pemex.
Migración: «romper el ciclo»
La pobreza, y sobre todo la violencia, son las principales causas de la migración de los mexicanos al norte. De los casi 2,5 millones de cruces de migrantes a Estados Unidos, un tercio corresponde a mexicanos, según cifras oficiales estadounidenses.
Críticos sostienen que desde hace años México no tiene una verdadera política migratoria y solo reacciona a las exigencias estadounidenses.
Stephanie Brewer, directora para México del Washington Office on Latin America (WOLA), deplora las «crecientes acciones de contención, detención y militarización de fronteras» que AMLO ordenó a pedido de Estados Unidos.
Cree que Sheinbaum «tiene la tarea urgente de romper este ciclo y poner al centro la protección de las personas», priorizando la lucha contra la violencia y la extorsión.
EEUU-México: incertidumbre
Manejar la compleja relación con Estados Unidos plantea otro reto para Sheinbaum, en medio de la incertidumbre sobre quién ganará las presidenciales de noviembre y la revisión del Tratado entre México, EEUU y Canadá (TMEC) en 2026, para lo cual Washington puede exigir contrapartidas.
Si el presidente Joe Biden pierde y gana Trump, que promete instalar campos de detención de migrantes y deportarlos masivamente, «el mayor desafío que enfrentará México es la incertidumbre», dice Starr. «La relación estará mucho más puntuada por el conflicto».