Los cubanos se recuperan este jueves del susto por el huracán Rafael, que golpeó con furia el oeste de la isla y dejó nuevamente al país a oscuras, mientras las autoridades hacen un recuento de los daños materiales sin reportar hasta ahora pérdidas humanas.
Rafael azotó el oeste de Cuba a tan solo dos semanas del paso de la mortal tormenta Oscar, que dejó ocho muertos en el este de la isla durante un corte de energía eléctrica nacional que duró cuatro días.
#EnFotos 📸 Huracán Rafael provoca nuevo colapso eléctrico en Cuba.
🌧️ Los meteorólogos predicen que Rafael se desviará hacia el oeste del Golfo de México a finales de esta semana, aunque la trayectoria sigue siendo incierta https://t.co/usuTj6mxlt
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— Nicaragua Investiga (@nicaraguainvest) November 7, 2024
El presidente Miguel Díaz-Canel realizaba este jueves un balance de daños y tenía previsto recorrer las zonas más afectadas.
«Evaluamos temprano los daños provocados por Rafael. La recuperación se centra» en las provincias del oeste de Artemisa, La Habana y Mayabeque, dijo el mandatario en su cuenta de X.
«Ya se levanta» el Sistema Eléctrico Nacional, «del centro al oriente, y se evalúan los daños en occidente para iniciar allí también su recuperación. Estamos en pie y combatiendo. Fuerza Cuba», añadió.
Los fuertes vientos que entraron a 180 kilómetros por hora provocaron la «desconexión del sistema eléctrico nacional», indicó el miércoles en la red social X la estatal Unión Eléctrica.
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La carretera que va de La Habana a Artemisa amaneció con torres de alta tensión tiradas en el suelo y sus estructuras de grueso metal retorcidas. Las calles de los poblados estaban llenas de ramas de árboles, pero también de tejas y de pedazos de concreto de fachadas de casas que no resistieron la cruel embestida del huracán.
«Ahora, se va el huracán y tenemos otro apagón, o sea, que no vamos a tener agua, cómo vamos a cocinar, qué agua vamos a tomar», se pregunta con tristeza Lidia, un ama de casa de 49 años, frente a su casa en Candelaria, un poblado de 20.000 habitantes a 40 km de playa Majana, el sitió por donde entró Rafael el miércoles por la tarde.
«No hay esperanza. Cuando se ha vivido tantas cosas horribles en esta vida», dice la mujer a la AFP recordando que es el segundo apagón general en menos de tres semanas, «¿qué país puede desarrollarse así?», reflexiona.
En La Habana, donde viven dos millones de personas, los vecinos salieron con escobas, palas y cubos a remover ramas, basura, lodo y pedazos de cemento en calles y principales avenidas.
Rafael ingresó el miércoles en la tarde con la fuerza de un ciclón categoría 3 de las 5 que tiene la escala Saffir-Simpson. El ojo azotó con toda su potencia playa Majana en la provincia de Artemisa, vecina de La Habana, y salió de la isla casi dos horas y media después dejando una estela de árboles, postes, cables y escombros tirados en las calles, incluidas las de la capital.
El estadounidense Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami, informó por la noche que Rafael «sigue alejándose del oeste de Cuba», y alertó sobre marejada ciclónica, vientos y lluvias que podrían afectar a la isla.