Cuando la francesa Anne Zemmour llegó a Nicaragua a trabajar para una organización como diseñadora gráfica se enamoró de las bellezas naturales y la hospitalidad de los nicaragüenses, pero al permanecer más tiempo en el país, observó el maltrato que los carretoneros daban a sus caballos, obligándolos a trasladar pesadas cargas que sobrepasan sus fuerzas físicas y esos episodios le resultaron tristes e indignantes.
Al conocer como los equinos con sus cuerpos debilitados eran explotados en largas jornadas y en muchos de los casos abandonados por sus amos cuando caían enfermos, se conmovió y pensó en hacer algo al respecto. Lo primero que vino a su mente, fue involucrarse en un grupo de rescate como voluntaria, pero se enteró que no existía en el país una organización que se dedicara a ayudar a los caballos abandonados. Eso la decepcionó, pero prometió que no iba a quedarse de brazos cruzados.
Entonces decidió fundar el grupo El Mirador de Galán en 2016, una especie de cuadrilla de rescatistas de equinos en peligro. Al proyecto se sumaron otros dos jóvenes y entre los tres, se dedicaron a curar y alimentar a los cuadrúpedos que caminaban por las calles abandonados por sus dueños, desnutridos y enfermos.
Un refugio para equinos
Pronto se dieron cuenta que necesitaban un lugar para garantizar el cuido de los animales. ¿Dónde albergarlos? Lo primero fue alquilar fincas, para poder alimentarlos y cuidarlos.
Con el paso del tiempo, el trabajo que realizaba Zemmour junto a su equipo fue creciendo y vieron la necesidad de contar con una finca propia para la organización. Este paso lo alcanzaron con mucho éxito al comprar una propiedad de más de cinco manzanas de tierra en una comunidad rural del departamento de Granada, a la que llamaron refugio El Galope.
En este 2023, el refugio El Galope alberga 20 caballos que fueron rescatados de diversas ciudades del país, como Managua, Rivas, Granada, Masaya y Boaco. En el lugar, los animales reciben su alimentación y cuidado veterinario.
La fundadora del refugio se llena de alegría al ver que estos animales llevan una vida digna, a ninguno lo ponen a trabajar, por el contrario, se dedican a recrearse en los potreros del refugio El Galope. Los machos son castrados, porque no buscan la reproducción.
Cada inquilino, una historia diferente
Cada uno de estos caballos tiene una historia diferente de sobrevivencia al maltrato. A una yegua, por ejemplo, la hallaron en el vertedero de Ciudad Sandino con una pierna fracturada, no podía caminar. Estaba en el suelo, y casi moría también de hambre y sed. Estaba siendo devorada por las hormigas, pero conociendo el llamado de la comunidad, fue rescatada para atenderla por los jóvenes del refugio El Galope. La yegua no sobrevivió, pero al menos tuvo un final diferente, recibió cuidado y se intentó salvarla.
“Mi sueño es que se abran más refugios y grupos de rescate en toda Nicaragua y así poder trabajar en una red con una zona de trabajo a favor de los equinos”, resalta la joven francesa que tiene un amplio dominio del idioma español.
Detrás del trabajo de Anne Zemmour se encuentra un equipo de jóvenes voluntarios que trabaja sin ánimo de lucro, en la rehabilitación de equinos rescatados de situaciones de emergencia, negligencia o abandono.
Trabajo voluntario
Dentro de los trabajos rutinarios del refugio se observan a jóvenes limpiando el estiércol de los caballos, para luego alimentarlos con pasto. Algunos son estudiantes de veterinaria que llegan a brindarles la debida atención, para mantenerlos en buen estado de salud.
Zammour en el pasado montaba caballos de raza en su país, pero en la actualidad, no realiza esta práctica, porque su misión es cuidar de estos animales criollos, que muchos sufrieron maltratos y al final fueron abandonados al verlos viejos y enfermos.
Otro de los sueños de esta activista francesa, es que los carretoneros tengan otras actividades laborales o educarlos para que cuiden más a sus animales. Desea también ampliar el espacio de refugio El Galope, para recibir a más caballos.
“Ahorita tenemos el proyecto de construcción de un centro de rehabilitación que son cuadras específicas para rehabilitación con una estructura adaptada a los caballos que a veces requieren ayuda para levantarse y un lugar techado que los proteja del frío y el sol”, revela Zammour.
¿Cómo apoyar al refugio El Galope?
Cada mes el refugio El Galope requiere para su funcionamiento un presupuesto de mil quinientos dólares que implica la compra de 200 pacas de zacate y 22 quintales de concentrados, así como el salario de dos personas que se dedican al cuido y mantenimiento de la finca, también se incluye el pago de los servicios básicos.
Este proyecto se mantiene gracias a padrinos que donan al mes 60 dólares. La mayor parte, son nacionales que entienden muy bien la problemática de maltrato que reciben los caballos por parte de los carretoneros. Las personas extranjeras también realizan sus donativos.
Si usted necesita reportar un caso de un caballo en situación de abandono o requiere ser parte de esta organización de bienestar animal, puede visitar su página en Facebook “El Mirador de Galán, rescate de equinos Nicaragua” o bien buscarlos en Instagram.
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