La ola represiva y los ataques del régimen hacia la Iglesia Católica, no se detienen en Nicaragua; y los sacerdotes son los que han pagado con cárcel, golpizas, destierro y censura, por no callar ante los abusos del régimen Ortega-Murillo.
Esta vez el turno le tocó al sacerdote Néstor Mendoza, párroco de iglesia en Palacagüina, de la Diócesis de Estelí, a quien se le negó la entrada al país, de acuerdo a una nota que publica el diario La Prensa.
De acuerdo con fuentes, Migración de Nicaragua le dijo al sacerdote que su entrada al país estaba prohibida, sin justificar los motivos, publica dicho medio. El religioso pertenece a la Congregación del Verbo Divino y se conoció que el sacerdote había estado trabajando activamente, incluso con las autoridades del partido de gobierno y nunca había tenido problema.
Presión obligó al régimen a torcer su brazo y mostrar a monseñor Álvarez
Iglesia sin párroco
Mendoza, de origen uruguayo, tenía 3 años de estar trabajando en Nicaragua, y la congregación el Verbo Divino tiene más de 25 años de dirigir espiritualmente la parroquia María Reina de Palacagüina, quedando actualmente sin párroco.
La dictadura mantiene una guerra en contra de la Iglesia católica desde las protestas sociopolíticas de abril 2018, cuando se desataron las protestas, pero las tensiones alcanzaron su punto más crítico tras la reciente suspensión de relaciones con el Vaticano, tras las fuertes declaraciones del papa Francisco hacia Ortega, a quien comparó con la “dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35” y “con mucho respeto” expresó que las acciones de Ortega muestran que tiene “un desequilibrio”.
Actualmente el régimen mantiene preso al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, una de las voces más críticas contra la dictadura.
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