Restos de maestra asesinada por cartel en México ya descansan en Nicaragua

Antes de salir de la “Perla del Septentrión”, Matagalpa, rumbo a Estados Unidos, Jessira Massiel Chavarría González tenía 29 años y muchos sueños por cumplir, trabajaba como maestra en el Instituto Nacional Eliseo Picado (INEP), pero salió de Nicaragua para mejorar su calidad de vida y la de lo suyos.

Sin embargo, un cartel de Ciudad Juárez de México, la asesinó el 27 de diciembre del año 2022, terminando con sus metas. La familia de Jessira, se enteró de la tragedia tres meses después.

Desde el primer momento, sus familiares emprendieron una campaña para recaudar fondos y con ellos pagar los costos de repatriación de sus restos desde México a Nicaragua, cosa que sucedió hasta la penúltima semana de abril del 2023. “Fue bien difícil porque es caro, agotador, desesperante, uno llega a creer que se va a perder el cuerpo y nunca tendremos paz”, dijo uno de los familiares de la joven que prefirió no revelar su identidad.

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Aunque la familia refirió no tener detalles precisos sobre el proceso de repatriación, aseguró que cualquiera se hubiera rendido, “pero gracias a Dios nos unimos todos y recibimos apoyo de muchos amigos y conocidos, de instituciones de gobierno, comercio, empresas, eso fue algo muy valioso”, contó.

El proceso y costo de una repatriación

La repatriación consiste en trasladar el cadáver de una persona hacia su país de origen. Se lee fácil, pero se debe cumplir un procedimiento que va desde tener la certeza que son los restos correctos, hasta organizar la documentación requerida, cumplir los protocolos internacionales de salud, pagar los costos y recibir el cuerpo en el país del fallecido, informó la organización Texas Nicaraguan Community.

El organismo indicó que lo primero, es notificar a las autoridades del país donde murió la víctima, seguido de reunir los documentos oficiales que se exigen como certificados de defunción, permiso para transportar el cuerpo, el dictamen forense, documentos del difunto, si los hubiera, y ponerse en contacto con el consulado en el extranjero, quien a su vez, se contactará con la funeraria que hará el trabajo de la repatriación.

La doctora María Matthews, experta en temas migratorios aseguró que en el caso de los costos para repatriar un cadáver hasta Nicaragua, uno no solo se enfrenta a sus altos costos. “La familia se ve sometida al estrés constante que significa no tener el dinero a mano, intentar reunirlo y sufrir ese tiempo, porque a la mayoría de las familias, se les hace casi imposible», señala.

La experta afirmó que los costos van a variar según el país y oscilan entre los 4,000 a los 10,000 dólares, en la peor de las circunstancias, considerando además el tiempo que los restos pasan en una morgue mientras se hace el proceso y que significa más dinero. En algunos países, puede tardar desde 30 días a tres meses.  Por eso es importante que se busque apoyo del consulado nicaragüense.

Experta aconseja cremar cuerpo

De acuerdo con la doctora Matthews, una de las recomendaciones a las familias de Nicaragua para evitar los altos costos de repatriación es considerar la opción de cremar el cuerpo de su ser querido.

“Es un proceso más rápido, menos costoso y menos complicado, pero en nuestro país casi no existe la cultura de cremar cuerpos y le aseguro que de cada 10 personas, solo 1 ó 2, pensarían en esa posibilidad”, sostiene.

No obstante, cuando una persona fallece en zona mexicana el proceso puede llegar a ser más rápido, según un trabajador voluntario del organismo Texas Nicaraguan Community. Los familiares pueden reconocer a la persona en videoconferencia con los fiscales aztecas, y ahí inicia el proceso, aunque advierte que “trabajar con cualquier funeraria es un riesgo pues algunas, están ligadas a los carteles mexicanos, pero existen muchas que son excelentes y seguras”, añadió.

“Para nosotros, haber pasado por todo ese calvario para tener el cuerpo de nuestra querida Jessira es el objetivo cumplido y la familia, en medio del dolor, está conforme”, manifestó el familiar de la joven maestra.

“Gracias a quienes nos ayudaron a que este andar fuera menos amargo”, dijo y elevó una plegaria por ella. Los restos de la profesora, ya descansan en la tierra que la vio nacer, tras la repatriación la semana pasada.