Nicaragua es el país de Centroamérica con la aprobación más baja de visas de turismo B1 y B2, según cifras de la oficina de asuntos consulares.
En 2022 fueron aprobadas 16.029 visas B1 y B2 para nicaragüenses, una cifra relativamente baja en comparación a su país vecino Costa Rica, con 64.221 en el mismo período.
Por otro lado Nicaragua, en general, encabeza la lista de negación de visado tipo «B» en la región centroamericana, con un 50,81 %; seguido de El Salvador, con un 45,46 % y Honduras, con un 30,47 %.
Estados Unidos ofrece más de 20 tipos de visa de no inmigrante para personas que viajan a este país temporalmente; en el caso de las B1 y B2 es otorgada para negocios y turismo.
De acuerdo con la ley estadounidense, hay muchos estándares bajo los cuales se puede denegar una solicitud de visa, como el hecho de que un funcionario consular no tenga toda la información requerida para determinar si el solicitante es elegible para recibirla, o porque el solicitante no califica para la categoría de visa para la cual solicitó.
Otra razón para que la persona sea «no elegible», es por acciones actuales y/o pasadas de un solicitante, tales como drogas o actividades delictivas, por ejemplo.
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Nicaragua es el país más grande de Centroamérica con un poco de más de 6 millones de habitantes, según el censo más reciente. Panamá, que es el país menos poblado, con 4,4 millones de habitantes que representan el 8,9 % el del total de la población del istmo, está por encima de Managua en cuanto a aprobación de visado.
En el año 2022, los ciudadanos panameños recibieron 18.288 aprobaciones de visado B1 y B2; mientras que Nicaragua: 16.029.
¿Influye el panorama político?
Los analistas creen que una razón por la cual Nicaragua está por debajo del resto de países de Centroamérica en cuanto al visado es por sus crisis política iniciada en 2018, que repercute en la economía.
«Las personas que residen en Nicaragua no siempre pueden comprobar lazos económicos y no pueden calificar porque no van a tener bienes, suficiente dinero en los bancos y también tenemos la situación política», explica a la Voz de América, Astrid Montealegre, abogada y colaboradora de la fundación Nicaragua American Human Rights Alliance (NAHRA).
La VOA pidió una solicitud de comentarios al Departamento de Estado sobre este tema y señalaron que todas las solicitudes de visa se adjudican caso por caso.
También indicaron que los funcionarios consulares niegan las solicitudes de visa si se determina que un solicitante no es elegible según la Ley de Inmigración y Nacionalidad u otras disposiciones de la ley de los Estados Unidos.
El costo para aplicar a una visa estadounidense para negocios o turismo (B1, B2 y BCC) es de 160 dólares, sin embargo a partir del 30 de mayo de 2023 incrementará a 185 dólares.
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Otras opciones
Pero aunque las aprobaciones de visado de turismo para nicaragüenses sean bajas en relación al resto de países de Centroamérica, los expertos en temas migratorios dicen que hay una ventaja, como por ejemplo la opción de aplicar a un parole humanitario.
Jorge López, por ejemplo, es un nicaragüense que logró reunirse con dos de sus hermanos por medio del parole humanitario. López explicó a la VOA que a ellos se les había negado un visado en Managua y no había forma de reencontrarse de forma «regular con ellos».
«Muchas de las personas que aplicaron a una visa de turismo y se las negaron, podrían calificar para un asilo por persecución política o religiosa, en otros países no existen estas posibilidades y la única es la visa de turismo», señala al respecto Montealegre, del NAHRA.
Desde que entró en vigencia el parole humanitario hasta marzo, unos 7.500 nicaragüenses han entrado a Estados Unidos, según cifras obtenidas por la Voz de América.
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