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Así redujeron la deuda externa los gobiernos liberales y así Ortega volvió a enjaranarnos

Tras dieciséis años en el poder Daniel Ortega ha catapultado la deuda externa 4.3 veces por encima de lo que recibió de la administración Bolaños.

A lo largo de la historia reciente de Nicaragua, los ciudadanos de ayer y hoy, han pagado grandes sumas de dinero derivadas de una inconmensurable deuda externa heredada del sandinismo, y que tras años de restricciones, los llamados “gobiernos neoliberales” redujeron. Dieciséis años después Daniel Ortega ha catapultado ese compromiso financiero 4.3 veces por encima de lo que recibió de la administración de Enrique Bolaños.

Cuando Violeta Barrios de Chamorro llegó al poder en abril de 1990 recibió una deuda externa de 10,980 millones de dólares, según datos del Banco Mundial. En los siguientes años se incrementó en medio de una debacle económica y la desesperación por encontrar soluciones a la crisis que enfrentaba el país.

La exagerada inflación, una estructura productiva destruida, altos compromisos monetarios a causa de las confiscaciones perpetradas por el sandinismo y un sin fin de situaciones, sumieron a Nicaragua en una profunda crisis no solo social sino económica, lo que habría aumentado la deuda externa a 12,410 millones de dólares en 1994, no obstante, la rápida y efectiva gestión de la primera mujer presidenta de Nicaragua, Violeta Barrios, permitió que esa deuda cayera de tajo a $10,590 millones en tan solo un año, un abrupta pero positiva caída que impactó en casi $2 mil millones menos.

“A finales de 1991, el gobierno de Nicaragua logró renegociar la deuda externa con 16 de los países capitalistas que integran el llamado Club de París, asegurando que había reducido la deuda pendiente con esos países en un 75%”, recoge un artículo de la Revista Envío.

Deuda externa Nicaragua 1990-2022 en millones de dólares.

Si bien la crisis generalizada en la que se encuentra sumida Nicaragua tras la brutal represión de 2018 ahoga cada vez más a los nicaragüenses, aún no se compara con la debacle económica de los primeros años de la década de los noventa; sin embargo, se debe prestar mucho cuidado a los pasos del régimen de Daniel Ortega, pues podría llegara a tener repercusiones similares si la deuda externa continúa creciendo al régimen que lleva en la actualidad, según explica el economista Marco Aurelio Peña.

“En ese momento eran once mil millones de dólares con grandes desequilibrios, era una economía en una fase recesiva, cerca de casi cinco períodos con caídas de crecimiento económico, con caída de sus niveles de productividad y su PIB per cápita, con grandes desequilibrios monetarios, con mega devaluación e hiperinflación y definitivamente era un país con una economía arruinada”, indica Peña.

Gestiones del gobierno de Barrios

Mientras el país experimentaba un retroceso económico de casi cinco décadas tras el terremoto de 1972, la guerra y el período revolucionario, para poder hacerle frente a la situación el gobierno de Violeta Barrios tuvo que disponer de la cooperación externa que tuvo que ser dirigida en gran parte a pagos de la deuda externa, según explica un artículo de la Revista Envío.

“Gran parte de la cooperación externa se utilizó inicialmente para eliminar la hiperinflación. Después, entre 1991 y 1994, para mantener una baja tasa de inflación y sostener la estabilidad del tipo de cambio. A la par, el pago de la deuda externa se incrementó consistentemente en todos esos años, al punto de que en 1994 casi la totalidad de la cooperación externa líquida, un 96%, fue dedicada al servicio de la deuda externa”, detalla la revista.

Régimen reduce las perspectivas de crecimiento del PIB

Aunado a ello, el gobierno de la Unión Nacional Opositora (UNO) mantuvo una “estrategia de negociación” con el objetivo de aliviar la “sobrecarga desequilibrante”. Y las medidas implementadas tuvieron sus frutos. En el sexto año de gobierno (1996) la administración Barrios descendió significativamente la deuda externa a $6,170 millones, es decir, 4,810 millones de dólares menos de la deuda que le entregó Daniel Ortega.

Para enero de 1997 sería el presidente electo Arnoldo Alemán quien tomaría las riendas de una economía con grandes avances en comparación a lo que recibió Barrios, pero además toma la batuta para renegociar la deuda externa, que en ese año cerró en 6,320 millones de dólares y si bien en el año 2000 incrementó en casi un 8 %, al cierre de 2002 la redujo, manteniéndose durante todo ese período en el rango de los 6 mil millones de dólares.

La era de Enrique Bolaños

El 10 de enero de 2002 asume la presidencia Enrique Bolaños Geyer, quien se convirtió en el segundo gobernante de las décadas recientes en reducir considerablemente la deuda externa. En su último año de gobierno (2006) la bajó en un 53.6 % y tras sus gestiones Daniel Ortega puedo cerrar sus primeros meses de administración en 2007 con una de apenas $3,415 millones de dólares en compromisos financieros internacionales, según datos del Banco Central de Nicaragua (BCN).

“Logramos conseguir el 87 % del perdón de la deuda. Que yo recibo 6 mil y pico de millones de dólares de deuda externa y dejé mil seiscientos millones de deuda. Pagamos los intereses mensuales, la economía se revitalizó, fue creciendo, había bastante más empleo, dejamos 1,850 millones de dólares de programas y efectivo para seguir el progreso que traíamos”, dijo el expresidente Enrique Bolaños (Q.E.P.D.) en una entrevista con Nicaragua Investiga.

Y efectivamente así fue, Enrique Bolaños fue muy cuidadoso con los recursos estatales. A criterio del economista Marco Aurelio Peña en ese período de gobierno “el gasto público fue utilizado de manera responsable” a tal punto que redujo más la deuda, pero para ello se tuvo que hacer reajustes en el Presupuesto General de la República que impactaron negativamente en sectores como salud y educación.

“Ese proceso de reducción implicó sacrificios: reducción de gastos de educación. salud, etc., pero también fueron una gran oportunidad para que (Daniel) Ortega montara asonadas, protestas, tranques, quemas de buses, quemas de edificios públicos y hasta muertes, ahora nos tiene enjaranados de nuevo con 15 mil millones de dólares”, explicó recientemente el economista Enrique Sáenz en un video publicado en su página de Facebook.

La Biblioteca Enrique Bolaños, fundada por el mismo expresidente, describe la condonación “de más de seis mil millones de dólares” de la deuda externa como “uno de los logros económicos más significativos de las últimas décadas para Nicaragua”, pues:

  • Permitió al país reinsertarse, por primera vez en 30 años, en la comunidad de países económicamente viables.
  • Se reactivaron fuentes de financiamiento que permitieron incrementar los niveles de inversión pública.
  • Redujo significativamente el riesgo país.
  • Se trajeron nuevas inversiones privadas.

Corrupción engulló la ética en la función pública

“He trabajado para dejar la mesa servida para que mi sucesor sea quien fuere pueda servirle mejor al pueblo en su lucha contra la pobreza. Si en cada período de gobierno se trabaja con esta misma filosofía pronto podríamos llegar a vivir con dignidad”, dijo Bolaños en 2007, antes de entregar el poder a Daniel Ortega.

Régimen catapultó la deuda

Una vez el régimen sandinista volvió al poder en 2007, lejos de seguir la tendencia a la baja de la deuda externa o al menos mantener en un solo rango como lo hizo Arnoldo Alemán, Daniel Ortega empezó a incrementarla año con año. Así, tras casi tres años de gobierno, 2010 pasó a los 7,020 millones de dólares, es decir, la duplicó y cinco años después la llevó a $11,510 millones.

“Después de negociaciones, renegociaciones, programas de ajustes… se logró reducir la deuda externa a 3 mil cuatrocientos millones de dólares, así la recibió Ortega en el 2007 y ahora la tiene en 15 mil millones de dólares”, detalló el economista Enrique Sáenz en un video publicado en su página de Facebook.

El régimen de Daniel Ortega ha recibido financiamiento de distintos países y organismos financieros, pero los que más figuran son el BID, BM, FMI y el BCIE, este último  es el que ha otorgado créditos con más facilidad, pese a ser criticado por oxigenar a la dictadura.

En 2022, “la deuda externa total en el año fue de 14,903.7 millones de dólares”, según el informe deuda externa 2022 del BCN. La deuda puede que sea mayor pues los créditos otorgados no cesan, pronto se sumará un préstamo de 96 millones de dólares que otorgará el BCIE en los próximos días, esto luego que el régimen autorizara al viceministro de Hacienda y Crédito Público (MHCP), Braulio Gallardo Pallavicini, para suscribirlo.

Daniel Ortega y la cíclica historia de las confiscaciones

Nicaragüenses “pagan los platos rotos”

Esos casi 15 mil millones de dólares se traducen en una deuda externa per cápita (por persona) equivalente $2,300, lo que tiene una serie de implicaciones negativas en la población del país, pues según explica Enrique Sáenz, “cada dólar que se paga a la deuda externa, es un dólar que no se destina a mejorar las condiciones de vida de los nicaragüenses, eso tiene que ver con el empleo, con los salarios y con el bienestar de la población nicaragüense”.

“Cada año se carga en el presupuesto (general de la república) lo que tiene que abonarse a los acreedores externos… Se destinó del presupuesto de 2022 al bono de la deuda externa: 437 millones de dólares. Para poder destinar estos fondos al pago de la deuda externa no se le va a aumentar a los maestros, no hay mejores condiciones, mejores infraestructuras ni económicas ni sociales, ni hay mejoras sustantivas en la educación, ni hay mejoras sustantivas en la salud”, explica el economista.

Marco Aurelio Peña, por su parte, explica que si bien la deuda externa todavía no significa un riesgo para Nicaragua, “sí evidencia que se está descontrolando”, pero lo que más le preocupa es el asunto de la transparencia y la rendición de cuentas.

“Los niveles se están incrementando, no hay mecanismos de supervisión, de control, no hay rendición de cuentas, no hay transparencia, no hay aplicación de normas anticorrupción y eso hace que el uso de esos recursos vía endeudamiento se utilicen de manera ineficaz e irresponsable, que no necesariamente son orientados para las obras de desarrollo, infraestructura y los proyectos de inversión para los que supuestamente se prestan, si no todo lo contrario, se pueden estar utilizando para fines políticos y no económicos que más bien perpetúan el régimen autoritario en el que la economía está operando”, agrega Peña.

A juzgar por lo observado en estos 16 años en los que Ortega ha gobernado por segunda ocasión, los compromisos de la deuda externa tienden a incrementarse y no a disminuir, aún no se sabe hasta donde nos llevará este régimen.

El monto de la deuda externa de Nicaragua es practicamente igual al Producto Interno Bruto (PIB), que en 2022 cerró en 15,671.6 millones de dólares, según datos del BCN.  Es decir, lo que producen todas las fuerzas productivas en todo un año, ya se debe.

Quizás una deuda de 15 mil millones de dólares para un país rico con un PIB enorme, no sea algo significativo, pero para el segundo país más pobre del hemisferio y que en los últimos años ha expulsado a más o menos el equivalente del 10% de su población, sí lo es.

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