En la casa de la niña Sofía Caballero Huete, en Nicaragua, el próximo 11 de junio, estará un pequeño pastel de cumpleaños con cinco velitas, pero nadie las va a soplar, pues desde el 17 de mayo del año pasado, no se sabe sobre el paradero de la menor, quien se perdió mientras cruzaba el rio Bravo, junto a su madre, Yaritza, cuyo cuerpo fue hallado después que ambas fueron arrastradas por la corriente, en su intento por llegar a Estados Unidos.
La tragedia ocurrió precisamente en el peligroso cruce de Piedras Negras, en Coahuila.
La situación se ha vuelto más preocupante porque las autoridades no la buscan. El Comité contra la Desaparición Forzada (CED) de la ONU, dirigió al gobierno de México, medidas urgentes para exigir la búsqueda inmediata y exhaustiva de la niña, pero lamentablemente no se han cumplido con dichas medidas, muchos menos hay resultado de la investigación.
“Hasta el momento, se desconocen las acciones de investigación realizadas. Se ha limitado a realizar acciones formales de solicitud de información, las cuales son insuficientes e inadecuadas tomando en consideración la vulnerabilidad extrema en la que se encuentra la niña y las circunstancias en las que ocurrió su desaparición forzada”, expone el CED.
Agrega que, a 11 meses de haberse emitido la acción urgente, el gobierno mexicano no ha demostrado la voluntad suficiente, ni la capacidad para cumplir con sus términos, es decir, localizar a Sofía e identificar a los perpetradores.
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Las organizaciones acompañantes del caso denuncian que al parecer la menor está desparecida tanto físicamente como en los registros oficiales de Fiscalía general del Estado de Coahuila (FGE) y la Fiscalía General de la República, y que mucho menos aparece anotada en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNL) de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).
“La familia de Sofía y las organizaciones acompañantes exigimos el cumplimiento inmediato de las obligaciones internacionales del gobierno de México en el caso, la implementación de un plan de investigación y búsqueda articulado, exhaustivo, diligente, estratégico y multidisciplinario, siguiendo los estándares internacionales de búsqueda diferenciada y transnacional”, exponen.
Familiares de la niña la recuerdan como una pequeña alegre que cursaba el primer año de kínder, “era la luz de la casa”, y cuando su padre decidió irse a Estados Unidos para darle una mejor vida a su familia en Nicaragua, la niña siempre añoraba su regreso.
La pequeña había salido de su casa junto a su madre el 10 de mayo de 2022. La tragedia impidió el sueño de volver a ver a su padre.
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