Luego que el régimen de Daniel Ortega ordenó confiscar la Universidad Centroamericana (UCA), esta podría perder todos sus derechos de tratados que tiene firmados bajo la red Jesuita con otros países y universidades. Los grandes perjudicados serían los universitarios.
Pero la situación de los estudiantes para culminar sus carreras podría tener cierto arreglo, que estos se sujeten a las imposiciones de la dictadura, como ya lo han tenido que hacer otros que estudiaban en otras universidades confiscadas, lo que sí estaría difícil de conseguir es que se sigan manteniendo los convenios internacionales que la UCA tenía con homólogas de Latinoamérica y otros países del mundo.
El rector de la cancelada Universidad Paulo Freire (UPF), Adrián Meza y el periodista Israel González Espinoza, explican que es poco probable que estos convenios y alianzas se sigan manteniendo tal cual, y en el peor de los casos se podrían cancelar completamente, lo que causaría un profundo daño a estudiantes, docentes, la educación y a la misma sociedad nicaragüense.
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La UCA alcanzaba el centenar de convenios con distintas universidades aliadas por diversas partes del mundo, entre ellas se destacan la Universidad Católica de Córdoba, Argentina; Universidad Católica de Río de Janeiro y la Universidad Católica de Pernambuco, en Brasil. Otras en Colombia, El Salvador, Costa Rica, España y muchas más.
Acuerdos sujetos “a revisión”
“Estas universidades no son ajenas a lo que está pasando en Nicaragua, además hay un fuerte impacto por la modalidad que está usando el régimen, acusar a los jesuitas de terroristas y de traidores al pueblo de Nicaragua. Esa es una causación que va por la vía penal, entonces es de esperar que estas universidades revisen efectivamente los términos en los que pueden mantener o no los acuerdos”, señala Adrián Meza.
Meza explica que cuando el sujeto contraparte de un acuerdo internacional cambia, “todo está sujeto a revisión” y eso podría pasar con los acuerdos que la UCA había establecido mucho antes de ser confiscada.
“Si las universidades deciden no continuar eso significa una pérdida neta para el país, en términos de cooperación académica internacional, una pérdida para los estudiantes, una pérdida para los docentes por los intercambios académicos, pero también está una pérdida para el país, estás hablando de la UCA, seis centros de investigación especializada”, añade Meza.
Exigen al régimen revertir “la calumniosa confiscación”
La UCA formaba parte de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL), una red que le brindó su apoyo durante años y que permitió grandes logros en la educación superior de Nicaragua. Este miércoles sus miembros también se pronunciaron al respecto en las redes sociales y exigieron al régimen de Ortega revertir “la calumniosa confiscación”.
“Por medio de esta red (AUSJAL) muchísimos estudiantes han podido hacer experiencias, incluso, hasta de dos cuatrimestres en otras universidades de América Latina y de Estados Unidos, con los cuales la UCA tenía ese convenio por pertenecer a esta organización de casas de estudios superiores confiados a la orden jesuita”, expone el periodista y exestudiante de la Universidad Centroamericana, Israel González.
González que gracias a estos convenios también se beneficiaron muchos docentes que recibían capacitación de profesionales procedentes de otras universidades de América Latina y España.
“A raíz de 2018 universidades de AUSJAL y la Universidad de Comillas en España estaba apoyando a estudiantes en sus becas de pregrado que debido a la reducción drástica del 6 por ciento constitucional habían quedado en el aire respecto a la financiación de sus becas”, añade.
Incertidumbre por los centros de ciencias
Pero las repercusiones del zarpazo cometido por el régimen contra la UCA no acaba ahí, en el alma máter también funcionaban el Instituto Interdisciplinario de Ciencias Naturales, el Centro de Biología Molecular y otros cuatro centros de ciencias de reconocimiento internacional que contribuían con investigaciones de alto nivel, ahora prima la incertidumbre de qué pasará con ellos.
Adrián Meza explica que para todas esas investigaciones la UCA busca y tiene programas de cooperación internacional.
Él se pregunta si “van a continuar esos convenios y esos financiamientos internacionales con un régimen que no representa ninguna garantía de credibilidad con relación al uso de los recursos”.
“Si yo fuera rector de la Universidad de Salamanca, la pensaría dos veces para poner un solo centavo en manos de un estamento que lo que menos ha demostrado es capacidad académica y seriedad científica”, apunta.
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Según el académico, con esta acción el régimen no solo está “confiscando a los jesuitas”, sino a todo el país desde el punto de vista del patrimonio científico y tecnológico que la UCA representa para Nicaragua.
Agrega que tan solo entre 2020 y 2021, la universidad “produjo 19 publicaciones científicas de clase mundial”, lo cual indica que es un “patrimonio de la sociedad nicaragüense”.
Israel González avizora que los convenios que la UCA tiene con otras universidades “van inmediatamente a romperse” y lamenta que sean los estudiantes y la calidad educativa del país los que se vean más afectados.
“Quien pierde no solo es Nicaragua, pierde no solo la democracia, pierden también los estudiantes y la juventud porque se ha privado al país entre las casas de la educación superior, la última voz crítica de Nicaragua y esto se engloba en la dinámica de persecución religiosa emprendida por el orteguismo en contra de la iglesia católica”, concluyó el periodista.
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