Ha pasado una semana desde que el régimen de Daniel Ortega dio la estocada final contra la Universidad Centroamericana (UCA), ordenando la cancelación de su personería jurídica y la confiscación de sus bienes. Esta acción, sin embargo, ha evidenciado la inoperancia de Ortega para mantener una estructura como la de la UCA.
La dictadura aún no define cómo funcionará la nueva Universidad Nacional Casimiro Sotelo. El jueves 24 de agosto dio a concer a través de La Gaceta que ese centro de estudios sería «autofinanciado», pero 24 horas después informaba que había un «error» y que su funcionamiento será con el presupuesto del Estado.
Arturo McFields, exembajador de Nicaragua en la Organización de Estados Americanos (OEA), refirió que la dictadura ha “fracasado” con el robo de la Universidad Centroamericana y de las demás universidades que ha confiscado.
Régimen se retracta y ahora dice que Universidad Casimiro Sotelo será financiada por el Estado
“La dictadura ha fracasado totalmente con las universidades que se han robado. Actuaron como esos delincuentes que roban un vehículo, lo pintan, le cambian las placas y luego dicen: este vehículo es mío. Ellos vinieron, robaron la UCA le cambiaron el nombre, pero al asumirla han fracasado”, dijo McFields.
Señaló que “administrativamente no cuentan con el personal necesario para hacer una buena administración, han fracasado académicamente, todavía no se han llevado todas las coordinaciones para el personal docente, con los estudiantes. No cuentan con los estudiantes porque un estudiante no está dispuesto a pagar por un título que antes era de la prestigiosa UCA por una universidad que se llama Casimiro y que no cuenta con ningún prestigio”.
Universidad Javeriana rechaza «falsas acusaciones» contra la UCA
“No puede agarrar al toro por lo cuernos”
Por su parte, Danny Ramírez Ayérdiz, secretario ejecutivo del Centro de Asistencia Legal Interamericano de Derechos Humanos (Calidh), dijo a Nicaragua Investiga que los “titubeos” del régimen demuestran que con la UCA no les resultaron las cosas que querían, ya que esta es una estructura “consolidada, desarrollada y excelente”.
“Se dieron cuenta de que la universidad tiene una capacidad para albergar estudiantes tremenda, se dieron cuenta de que la universidad tiene una cantidad de hitos, que resguarda una cantidad de institutos académicos que no se pueden echar a la basura de un día para otro como hicieron en la UPOLI, se dieron cuenta de que no pueden agarrar a ese toro por así decirlo por los cuernos”, manifestó Ramírez Ayérdiz.
Agregó que “al estar titubeando, al estar en contradicciones, la vicedictadora y el CNU, evidencian de que no tenían, ni nunca han tenido un plan ni siquiera de intervención de la universidades que se van robando». «Evidencia la tremenda mediocridad con la que actúa el Estado orteguista”, subrayó.
Cabe mencionar que la gratuidad o no de la educación en la Universidad Nacional Casimiro Sotelo se ha convertido en una disputa entre las autoridades universitarias, la presidenta del Consejo Nacional de Universidades (CNU), Ramona Rodríguez; y la misma vicepresidenta de la República Rosario Murillo.
Más desórdenes
La dictadura de Ortega demostró también su inoperancia posponiendo el inicio de clase del segundo semestre hasta el próximo 25 de septiembre de este 2023, el cual estaba previsto para el 28 de agosto.
A través de un comunicado firmado por Moisés Ignacio Palacios, secretario de la universidad sandinista, explicó que el retraso se debe a que se encuentran en una «revisión exhaustiva» de expedientes académicos de los alumnos matriculados, según ellos «para identificar a los estudiantes que provienen de familias de escasos recursos económicos».
You must be logged in to post a comment Login